CAPÍTULO 2 : LA DUCHA

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—¿Vecino? —

—¡Sí! ¡Su vecino! —

—Que lo trae por—

—Mire infeliz... si a usted no lo importa su sueño y quiere tirarse una orgía todas las malditas noches, por mi está bien—interrumpió el fotógrafo sin dejarlo hablar— pero póngale una almohada en la boca a sus amantes de ¡UNA PUTA VEZ! —soltó Tae sobrellevado por la ira haciendo que el contrario abriera más sus ojos—¡o un bozal, como quiera! —

—Que esta dicie—

—¿Jin? —

La morena cajera del super aparecía con cara de miedo bajando las escaleras, Tae la reconoció inmediatamente, y la chica se cubrió más con la bata que llevaba y que obviamente no era de ella, el fotógrafo la fulminó con la mirada.

—¡Porque sí señorita! le agradecería que moderara sus berridos desgarradores... ¡hay gente que queremos dormir! ...creo que ya sé me ¡hasta el color de su tanga! —

—No tiene que ser grosero—replicó Jin con voz fría ajustando la puerta tras de sí, mientras la chica corría despavorida por las escaleras hacia arriba.

—¿Grosero? ¿le parece que soy grosero? —espetó Tae acercándose a su rostro—cuando puedo adivinarle hasta la posición en las que las pone... ¡porque usted no tiene un mínimo de vergüenza! —

—No tenía idea—

—Si claro...me doy cuenta que usted no tiene ¡una puta idea de nada!... ¡voy decirle algo o se modera o la próxima vez, lo voy grabar con mi celular! —le dijo mostrándole su teléfono— ¡y lo voy a acusar con la policía de ruido nocturno en área residencial, además de actos libidinosos! —

Tae no esperó respuesta y se dio la vuelta gritando un—¡esta advertido! — pero él hombre aparentemente tampoco quería replicarle, porque solo se dedicó a verlo con una mirada helada y el ceño fruncido.

Aun acelerado entró en su casa, respirando agitado y recostándose de la puerta, estaba asombrado de él mismo, no era una persona conflictiva, pero eso definitivamente se había sentido bien y una sonrisa cuadrada se dibujó en su rostro. Unos pequeños rasguños contra la puerta acompañado de suaves lloriqueos, lo alertaron haciéndolo abrir sus ojos en demasía —¡Ohh mierda Tannie! —

El muchacho despertó a eso de las 8 am, e inexplicablemente a pesar de la interrupción de su sueño, solo hizo volver a tocar su cómoda cama para caer nuevamente rendido sin complicaciones y plácidamente.

Pasó su mañana pensando en el bochornoso incidente de la noche anterior y aunque por momentos se sentía algo apenado de su reacción, no se arrepentía en lo absoluto, ya estaba cansado de lo mismo y era hora de poner en su lugar al pervertido.

Las cosas permanecieron en bastante calma y no supo de su querido vecino hasta dos días después, en que por coincidencia se cruzaron mientras el tipo lavaba su jeep y Tae salía por su pedido de químicos para el revelado, aprovecharía para llevar a Yeontan de paseo.

Lo vio por una fracción de segundo, puliendo esmerado su auto, avanzó con Tannie abriendo la reja de su jardín, suponiendo que esta vez el tipo no tendría ganas de sonreírle, ni mucho menos de dirigirle la palabra, pero volvió a equivocarse, cuando escuchó su voz firme.

—¡Vecino! —

Tae respiró profundo, pero sería estúpido ignorarlo después de su enfrentamiento, y se giró para encararlo, por lo menos ya no le sostenía esa ridícula sonrisita amable, su gesto era serio pero tranquilo.

—¿Podemos hablar un momento? —

Lo miró por un momento más, vestía un polo gris sin magas, unos jeans cortos y estaba descalzo. El muchacho razonó que el hombre tenía justificados motivos para cambiar de pareja sexual cada noche, probablemente se las encontraba gratis en los cereales, porque entre su físico y su estúpida sonrisita, era evidente que no requería hacer ningún esfuerzo por llevarlas a la cama.

MI QUERIDO VECINO  [JinTae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora