Tengo que admitir que mi corazón latió tan rápido que pensé que se saldría de mí cuando Dylan coloco ambas manos en el auto a mis costados, su rostro estaba tan cerca que pude sentir su respiración con la mía. ¿Y por qué no me aleje? Probablemente porque me di cuenta de que Dylan llego a atraerme solo un poco. ¿Cómo? Vaya, ni yo lo sé, pero con las preguntas de las chicas y lo que ha ocurrido hoy, termino por ocurrir esto.

—Perdiste— mordí mi labio inferior con diversión.

—Si—dijo como si nada.

—¿Me vas a decir o no?

—No tengo de otra.

—Así es—solté un pequeña y nerviosa risa.

No sé qué ocurrió, pero mis manos fueron como en la escuela, primero que mis pensamientos, dirigiéndose hacia su rostro tranquilamente, me detuve al instante de cuando me di cuenta, pero la mirada de Dylan en mis manos fue lo que me motivo a tomar sus gafas y colocarlas sobre su cabello, haciendo lo que antes habían querido mis manos. Sus ojos color castaño quedaron chocando con mis verdes.

—¿No me vas a decir? —susurre tratando de enfocarnos en algo que no fuera lo que acababa de hacer, me sentía tonta y temía por su rechazo.

Dylan suspiro suavemente, haciendo chocar su fresco aliento contra mis labios. Sentí como si un montón de pequeñas, cosquilladas y heladas, hormigas pasaran por todo mi cuerpo y fueran a detenerse en mis mejillas. Un agradable ardor en mi estómago surgió después de aquello.

—La razón por la que me pelee con Richard fue por cómo te habla.

Ese cosquilleo en el vientre no desapareció, pero si envió una alarma a mi corazón para hacerse más latiente.

Fue entonces que me preocupe por la situación: Él estaba tan solo a unos centímetros de mí, sus manos casi rozando las mías que igual estaban en el auto, nuestras respiraciones y...y como él me hizo sonrojar de a poco.

—¿Solo p-por eso?... —pase grueso.

—¿Acaso hay otra razón para golpearlo?

Solo sonreí un poco.

—Acaso fueron celos, ¿O'Brien?

Él ladeo la cabeza un poco, recordándome a un gato.

—No.

—Entonces no quiero que le vuelvas a golpear por mí...ni a nadie.

Dylan rio sarcástico, pero no estaba enojado, al menos eso creía yo.

—¿Quieres que cualquier imbécil te hablen como se les dé la gana? —Okay, si estaba enojado. Y eso me hizo saber que no lo conocía del todo.

—¿Te peleaste con Rick porque me hablaba mal?...¿solo por eso?

Estuvo a punto de mirar a otro lado, pero cuando una mano mía le toco su mejilla, logre que me mirara.

—Sí.

Mirando sus ojos por un momento espere una señal que me resaltara su falsedad. Y como si lo mandara, sus ojos miraron a otro lado cuando pregunte un "¿Si?". Sonreí.

—Mientes. —le acuse.

Él me sonrió de lado con suspicacia.

—¿Miento?

Asentí apretando mis labios juntos.

—¿Estabas celoso, verdad? —me corto antes que nada.

—Por favor.

—¿Entonces sí?

Dylan rodo los ojos sonriendo con ironía, y me dijo.

—Cuanta insistencia.

—Solo tengo curiosidad, y quiero saber—admití.

—Si quieres que te diga: Cuando llegues a tu casa y si tu padre no te regaña te lo diré, esa es la apuesta.

—Tú y tus apuestas... ¡es obvio que me regañara!

Alejando sus manos y su figura de la mía, señalo hacia la motocicleta para que me subiera. Rodé los y me subí después de cuando él lo hizo. Aferre mis manos en una pequeña base de metal detrás mío para no abrazarlo.

—Me temo entonces que mi respuesta seguirá siento "no".

—Imbecil—le golpe el hombro juguetonamente.




Ahora estábamos en frente de mi casa o más bien al principio de mi muerte. Dylan suspiro.

—¿Estas lista para eso? —dijo en burla cuando apago el motor de nuestro transporte azul.

Me encogí de hombros para después bajarme de la motocicleta al igual que él.

—Lista...al menos eso supongo.

Él me sonrió de lado.

—No es que yo sepa de regaños paternales...pero no puede ser tan malo.

—¿Gracias? —reí por eso. Subí las manos a mi cabello—No quiero entrar ahí—después las deje caer perezosamente.

—Creo que mejor te hubiera dejado irte con tu papá.

—¿Te estas disculpando? —fingí asombro cuando me tape la boca con ambas manos.

—Olvidalo....

Tome su mano para que me prestar atención y dejara de mirar hacia otro lado con cara de pocos amigos.

—Gracias—agradecí y el frunció el ceño.

—Tonta...por este tipo de cosas no se agradecen.

—Me refiero por ser mi amigo.

Dylan me miro por unos momentos sin saber que decir, entrecerrando sus ojos por medio segundo, fue a pasar saliva como si el sentirse cómodo con una persona fuera imposible desde hace años. Y entonces me di cuenta del momento incomodo cuando mi mano acariciaba la suya con el pulgar. La aparte algo avergonzada fingiendo que iban a los bolsillos de mis pantalones, y me sentí tonta cuando agache la mirada "disimuladamente" metiendo un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Lo siento... —dije cerrando los ojos al sentir el rubor subir por mis mejillas lentamente—Es mejor que me vaya—señale la puerta de mi casa todavía sin poder mirarlo. Patética.

—Rebeca—me llamo. Estuve a punto de corregirlo sobre cómo me nombro, pero en ese momento no quise decir nada.

—¿Si?

Y justo en ese momento sentí como el zoológico de animales se desataba en mi estómago cuando él, sin previo aviso, por primera vez beso mi mejilla en forma de despedida.

—Nos vemos...y suerte—me sonrió rápido.

Parpadee tres veces para volver en si y después le conteste levantando mis comisuras. Todo había pasado tan rápido que me dieron ganas de gritar internamente de la emoción.

—Nos vemos, y gracias.

Alejándome de él, camine hacia la puerta. Esto fue un gran progreso, como los que quería antes. Quería que fuera mi amigo, solo que ahora yo estoy pareciendo sentir cosas dentro de mí que no se sienten entre amigos. Pero, además de mi confusión, no era en lo que tenía que preocuparme ahora, sino en mi regaño adentro de mi casa.


¿Me espera una gran sorpresa no?... espero que se note el sarcasmo.



Intocable ➳ DO'B©Where stories live. Discover now