Lluvia De Amor.

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Era un día hermoso soleado como los que ella amaba ver por su ventana, siempre que salía el sol ella se acomodaba para ver los pájaros volar y sentir los rayos del sol en su cara, le gustaba ver a los niños correr y reír felices de la vida, siempre que estaba ahí se llenaba de vida. Sentía la necesidad de salir y sentir el pasto en sus pies, hace tiempo que ya no sabia como se sentía la tierra en sus pies o las hormigas que caminaban en sus piernas cuando se recostada en el pasto, simplemente le faltaba una parte de su vida y esa parte la estaba teniendo dentro de su casa encerrada...

-Deja de mirar por la ventana Lucy- Exclamaba el padre de Lucy ya un par de veces sin hacer entender a la rubia.

-Si no puedo salir por lo menos dejame ver por la ventana- contesto con molestia.

-Lo único que haces es hacerte daño- seguía regañando mientras hojeaba el periódico sentado en el sillón- Lo hago por tu bien- agregó.

-¿Por mi bien? ¿Enserio? ¿Realmente crees que mientras me tienes encerrada aquí yo por alguna razón voy a curarme? El doctor lo dijo, ya no hay nada que se pueda hacer, entonces ¿Por que no dejas que pase los días que me faltan afuera? ¿Sonriendo con mis amigas? ¿QUE ES LO QUE TE SUCEDE?- Grito irritada y molesta volteando a ver a su padre.

-Callate, solo necesitamos que te hagas la operación y ya, no digas estupideces- Era un padre despreocupado y para nada amoroso, era un hombre de negocios y gracias esos negocios tenían una gran fortuna.

-¿Operación? ¿Es enserio? Dejame ya de una vez ya dijo el doctor y ya está hecho, acabo de cumplir 22 años y creo que puedo hacer lo que quiera, me la he pasado 8 años encerrada aquí, desde que se descubrió el problema he estado encerrada, nisiquieras dejas que mis amigas vengan a verme- gritaba la joven rubia.

- ¡Ya te dije! Es por tu bien entiendelo  de un buena vez y si estas aquí es para que estés lo más tranquila posible, todos estos años que has estado encerrada han funcionado de maravilla ¿De qué te quejas?- contesto lanzando el periódico a la mesa mientras masajeaba su frente molesto.

-¿Que? Tu no entiendes para nada, sabes me voy a mi cuarto ¿Feliz? - dijo la rubia mientras subía las escaleras furiosa.

Entro a su cuarto y azotó la puerta lo más que pudo, estaba realmente furiosa, su padre no entendía absolutamente nada sus sentimientos , no entendía que ella iba a poder estar feliz si por lo menos una vez el la dejará salir con sus amigas, nada malo pasaría pero el simplemente no veía esa parte, incluso le puso un maestro privado. El que su padre fuera así de frio no la ayudaba en nada, simplemente hacia que sintiera aun más odio hacia el, se sentía sola y no estaba su mamá para ayudarla, se encontraba totalmente sola.
Siguió llorando, tratando de desahogarse en sus lágrimas y con el peluche que su mamá le había dado antes de fallecer, siguió de esa manera hasta que se quedo dormida.

Al otro día su padre ya tenía preparado todo para que viajaran y se pudiera someter a la cirugía...

-Lucy, despierta tenemos que irnos- hablaba mientras movía el cuerpo de Lucy.

-¿Adonde vamos?- pregunto a dormirtada.

-Ya te dije, iremos a que te óperes- contesto mientras guardaba las cosas de su hija.

-¿Por que no lo entiendes? No quiero operarme, durante 8 años estuvieron abriéndome, dejame de una vez- contesto molesta y sus ojos llorosos.

-¡Solo quiero salvarte layla! - grito y al darse cuenta del nombre que había pronunciado se quedó sorprendido.

-así que es eso, yo no soy mamá ella se murió y yo estoy apunto de irme también, ella ya no regresará como yo tampoco lo are, nunca te importe. Solo quieres que haga esa operación para que me pudiera quedar y recordarte a mama ¿Verdad? Que egoísta eres- decía la mujer.

- ¡Callate!- contesto mientras le daba un cachetada.

-¡No lo soporta más! - contesto muestras salia corriendo.

-Lucy- gritaba su papá.

Salió de su casa corriendo, aunque ella sabia que no podía correr, ella siguió y siguió corriendo como si subida dependiera de eso, no veía nada solo veía a su padre despreocupado en su mente y eso aun más la alentaba para correr, cruzo las calles sin fijarse hasta que llegó a un parque. El día no era como los ella amaba, estaba lluvioso y ella estaba empapada, se canso drásticamente que tuvo que sentarse para poder retomar el aliento, se encontraba destrozada seguía llorando en la banca, hasta que alguien llego, alguien que vio como corría y por alguna razón decidio seguirla y ayudarla.

-¿Te encuentras bien? - pregunto un chico alto y guapo con una bata blanca, lo cual hizo que alzará la mirada.

-¿Eh? Si, estoy bien- dijo en sollozos y con dificultad para hablar

-¿Que es lo que sucede? confía en mi- insistió el chico.

-Yo... - no pudo más y callo desmayada.

-Hey, hey ¿Que te pasa? - preguntaba preocupado.
Preocupado el chavo, subió a Lucy a su carro para llevarla a su departamento y pudiera descansar un poco. En todo el trayecto se la pasaba admirando a Lucy, el podía ver lo hermosa que era, su rostro perfecto, cuerpo espectacular y su cabello largo, rubio y cedoso, definitivamente ella era hermosa y la palabra perfecta le sentaba de maravilla. Pero el no se quedaba atrás era extremadamente guapo, con un cuerpo muy bien trabajado, sonrisa perfecta y unos ojos achocolatados hermosos.
Despertó lucy y noto que estaba en un lugar desconocido con ropa que no era la que traía, cubrió su cuerpo con la sábana y trataba de recordar que había pasado.

-Ya despertaste- dijo mientras entraba a la habitación.

-¿Quien eres? - pregunto sorprendida.

-¿Como te sientes? - pregunto ignorando lo que decía Lucy.

-Bien, pero ¿Quien eres? - seguía preguntando con voz temerosa.

-Soy Natsu Dragneel, soy medico y cuando te pregunte que te paso en el parque, te desmayaste y decidí traerte a mi departamento-dijo mientras se sentaba en la esquina de la cama - tienes problemas con tu corazón ¿Verdad? - pregunto un poco preocupado.

-¿Como es que lo supiste tan rápido? -

-Soy experto en esa área y vi tus síntomas, jadeabas bruscamente, ¿Ya esta muy desarrollado, cierto?, supongo que por eso corrias- dijo mientras veía fijamente los ojos de Lucy.

-Si pero no era por eso, mi padre quería que me fuera a operar y honestamente ya no quiero hacerme más cirugías estoy arta de eso- contesto con sus ojos llorosos.

-Hey tranquila, todo esta bien si no quieres hacerlo esta bien, pero no corras de esa manera ¿Sabes que estuviste a punto de ser atropellada? - dijo tomando de su mano.

-oh, no me di cuenta, lo siento. - dijo un poco apenada.

-No te preocupes, si quieres puedes quedarte mientras te recuperas iré a trabajar, regreso en la noche- decía mientras se paraba y se ponía su bata.

-A decir verdad no quiero regresar a mi casa y no tengo a donde ir, ¿Podría quedarme aquí un par de días? - preguntaba la bella rubia.

-... (dudo) Si, esta bien puedes agarrar cualquier cosa del refrigerador y al rato traeré ropa para ti- contesto mientras caminaba a la puerta.

-¡Gracias! Por cierto soy Lucy, Lucy Hearfilia- contestó sonriendo lo cual le gustó al Pelirosa.

Lonely Love (Fairy Tail)Where stories live. Discover now