Capítulo 7: rechazo

3K 504 117
                                    

Alistair nos observa con cara de pocos amigos. Tampoco se le escapa que Hawke y yo tenemos las manos entrelazadas. Confesaré que a mí se me había olvidado y aflojo mis dedos de forma disimulada. Debería empezar a mantener las distancias con Hawke. No quiero que él permanezca esperando algo que quizás nunca llegue. Sería demasiado egoísta por mi parte y es un buen hombre, no se merece algo así.

- Alistair - Hawke se levanta y se para frente a él mientras yo me quedo sentada sobre la manta, cuya aspereza hace que las palmas de mis manos piquen -. Deberíamos hablar sobre lo que ha pasado antes...

Dejo de escuchar. Hay zonas del aparcamiento subterráneo donde la oscuridad es tan espesa que parece engullir las columnas. Singuen estando ahí, pero no hay manera de distinguir sus bordes. Es en esa densa oscuridad donde veo algo demasiado familiar y que me hace contener la respiración durante unas escasas milésimas de segundo. Cuando, finalmente, mi cerebro procesa la información actúo. Rápido. Me levanto y me lanzo en busca del pequeño interruptor que hay junto a la puerta de emergencia. El fluorescente que está anclado a la pared se apaga sumiéndonos en la oscuridad. Mis movimientos han llamado la atención de Hawke y Alistair que interrumpen su conversación y me miran confusos. En la penumbra les lanzo una mirada de advertencia y coloco mi dedo índice frente a mis labios pidiéndoles silencio. En el exterior sigue siendo de día, por lo que unos tenues rayos de luz se cuelan a través de los pequeños ventanucos que hay en la parte superior de las paredes más alejadas. Por suerte, no hay ninguna en nuestra zona. Hawke sigue la dirección de mi mirada y descubre lo mismo que me ha puesto en alerta. Un diminuto punto rojo que parpadea cada pocos segundos. Hawke le hace un gesto a Alistair y éste lo entiende sin necesidad de intercambiar palabra alguna. Después, agarra mi muñeca y tira de mí para escondernos tras una columna. Alistair se oculta detrás de otra a nuestro lado. Hakwe apoya su espalda contra el cemento y rodea mi cintura con sus brazos presionando mi espada contra su pecho. Su cálido aliento roza mi oreja cuando susurra:

- No te muevas

Cierro los ojos durante un momento. Yo que quería mantener las distancias... y aquí estoy presionada contra su cuerpo dura como una puta roca. Por desgracia, una no es piedra. Menos aun después de la charla subidita de tono que acabamos de tener, así que mientras las manos de Hawke afianzan con más fuerza mis caderas yo me dedico a contar mis respiraciones. Una dentro, una fuera, una dentro, una fuera...

El destello de intenso color rojo cada vez está más cerca hasta que finalmente conseguimos ver a la persona tras él. Se trata de un hombre vestido con un uniforme negro de asalto, guantes, botas oscuras y un pasamontañas. Lleva el torso protegido con un chaleco antibalas y en entre sus manos un arma de grandes dimensiones, similar a un rifle pero que Hawke y yo sabemos que dispara mortíferos arpones. No nos hemos escondido tan bien como creíamos si aquel que intentó matar a Hawke la última vez, nos ha encontrado tan fácilmente. Y será por el lugar en el que nos encontramos o por la situación de peligro que nos amenaza, pero se me acaba de ocurrir una gran idea.

- Alistair - susurro en voz baja y siento como todo el cuerpo de Hawke se tensa contra mí -. ¡Alistair!

Alistair me lanza una mirada glacial de fastidio.

- Mantén la boca cerrada - me reprende.

- Ariel... - me advierte Hawke también.

Ignoro a ambos y me dirijo de nuevo a Alistair con cuidado de no delatar nuestra posición. A no ser que el enemigo tenga una capacidad auditiva sobrenatural es imposible que me escuche.

- Alistair, ¿recuerdas aquella cosa nueva que decidí probar la última vez que estuvimos aquí?

El ángel de ojos verdes, con su habitual brillo oscurecido por la penumbra, frunce el ceño mientras aparta su larga melena blanca hacia un lado.

ALMAS DE LOTO  | CANCELADA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora