MI SUPERHEROE

MÍO

Podía distinguirlo claramente entre la multitud de gente y reporteros, es que siempre que Clark Kent aparecía en su rango de visión no podía dejar de seguirlo; no sabia lo que el héroe de Metrópolis le hacía a su persona, era simplemente irritante; su excesiva amabilidad, la sonrisa que mostraba a todos y Lois Lane.

Oh si, se sentía irritado cuando Clark estaba cerca de Louise aquella reportera de bonitas curvas y dientes perfectos; Clark cambiaba y parecía un cachorro detrás de ella; como si no lo fuese diariamente en la base lunar en su trabajo como Superman.

- ¿una copa señor? –

-gracias Alf-

Tomo un sorbo mientras calmaba su mente de los negros pensamientos contra el buen samaritano de la ciudad vecina; mientras disfrutaba de aquella fiesta, su fiesta de cumpleaños. Observo a sus hijos mayores coquetear por ahí mientras los menores robaban golosinas; suspiro, la llegada de Wonderwoman los hizo coincidir mientras se quedaban viendo el uno al otro.

-Bruce-

-Kent-

Diana los observaba, ambos eran tan idiotas, Bruce retomo las cosas mientras invitaba a Diana a bailar y esta aceptaba; la pista se despejo mientras ambos bailaban, Bruce le daba sonrisas forzadas a Diana y esta agradecía conocerlo bien para saber que pese a todo estaba incomodo; aquella mirada que derretía a las mujeres, era solo un reflejo del caballero de la noche al contacto con otras personas.

No es que Bruce fuera antisocial (en parte no podía) pero había perdido aquella calidez al contacto con los demás cuando tenía 8 años, aquel evento que lo llevo a convertirse en Batman; y que rompió su niñez en pedazos también lo llevo a distanciarse de la gente; solo Alfred el fiel mayordomo y su segundo padre era merecedor de su cariño.

Aunque ella sabía que había alguien más, pero ¿Cómo ayudarles? Batman era terco y con Lois Lane rondando no podía tener a Superman cerca, la mujer era un dolor de cabeza, pese a su fachada dulce y sonrisa tierna, era un demonio manipulador y teatral quien quería al hombre de acero para ella sola; aunque no había logrado cruzar la frontera de ser la mejor amiga del mas alto; aunque eso se lo debían agradecer a ella, para Lois Lane la mayor amenaza era ella y ello evitaba que viera las miradas fugaces entre el hombre de acero y el caballero de la noche.

-gracias por la pieza Señor Wayne-

-de nada señorita, Prince-

La velada siguió hasta altas horas de la noche mientras Clark llevaba a Lois a su casa y Bruce hervía en ira; Diana se quedó ahí con la escusa de que debían hablar algo como los superhéroes que eran; la sonrisa de Diana nunca era buena señal, pero Bruce decidido callar y no molestar a la amazónica; enfrentarse a su ira no era algo bonito de ver.

La mansión estaba en calma, Alfred había llevado a los chiquillos a acostar y sus hijos mayores habían desaparecido tras una llamada de auxilio en Gotham así que quizá estarían ocupados toda la noche; Superman regreso ya enfundado en su traje; aquel traje que marcaba perfectamente toda su figura.

-y bien ¿qué sucede Diana? –

-meteoritos, razas alienígenas, otro kriptoniano quizás-

Clark le dio una mala mirada sabía que algunos de sus familiares habían causado problemas antes, pero no era para que Bruce usara ese tono sarcástico que tanto le fascinaba usar.

-nada de eso, solo quería tener un tiempo de amigos; entre el señor sociedad atraigo todas las cámaras que me topo y el señor soy un reportero muy ocupado, no hemos podido salir o divertirnos los tres; además entre amenazas de distinto nivel nuestras vidas de super héroes son caóticas además...es el cumpleaños de Bruce-