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MAIREEN

Otro día en la aburrida  preparatoria; y estábamos en la aburrida clase de geometria y me encontraba de mal humor porque no entendía nada de lo que decía la maestra.

Cuando Silbia la niña de adelante me paso una nota que me mandó mi mejor amiga Monica, se la arrebaté y la coloqué en mis piernas para que la maestra no la viera:

Hey! Haré una fiesta en mi casa, a las 7 te veo ahí. ♡

Tocaron la puerta y el director cara de mierda, que fue el apodo que Mónica ya yo le pusimos. Entró con un traje de color vino y su cara de abuelo malhumorado.

-Queridos estudiantes me eh enterado de su apodo de cara de mierda y antes de discutir con los alumnos responsables, debo informar que la señorita Mónica se tiene que retirar.

Monica se levantó de su asiento y se fue con una velocidad increíble; vaya que cuando quería, podría hacer las cosas rápido.
Cuando Mónica se fue, él director prosiguió su plática de su apodo "cara de mierda".

-Bien como ya les eh dicho, me enteré del apodo que se rumora por los pasillos del instituto y me gustaría que el responsable fue muy valiente y se levantára- replicó muy molesto.

Me levanté.

-Fui yo- dije con mi dignidad demasiado alta.

-Señorita McCurdy no me extraña de usted todo esto, ya que no es su primer reporte y... ¿Le digo algo? ya lleva más que los chicos de la clase de americano -tosió -¿Hay algún otro implantado en este crimen?-dijo con firmeza.

¿Implantado?¿Qué crimen? Me dieron ganas de preguntar pero mejor cerré la boca.

-Solo fui ...- comencé con el mismo tono.

-Yo también- interrumpió un chico al que nunca le había dirigido la palabra y creo que ni lo conocía.

-Bien, maestra Romero lamento llevárme a estos degenerados alumnos de su clases pero hablar3 con sus padres - se dirigió a ella- y ustedes -se dirigió a nosotros mientras señalaba la puerta- a mi oficina con todo y cosas, por qué están en problemas. 

El chico obedeció; yo no, ya que seguía impactada por que nos llamó degenerados y no pensaba que un gordo como él, me faltara al respeto.

-Señor director; con todo el  respeto del mundo, usted no puede llamar a unos alumnos degenerados, eso ya es contra las reglas.

Se dirigió con pasos cortos a mi.

-Señorita McCurdy, estoy de acuerdo con lo que dice y me disculpo por el insulto- sonrió -aunque eso no impide que me arrepienta puesto que cómo todos saben que usted me puso un apodo, no sería justo que usted si me pusiera uno y yo no... Así que le pondré uno- se paro en seco y se coloco cara a cara - ¿qué le parece pato?

-¿Pato?-fruncí el ceño -¿porqué pato?- este hombre era pésimo para poner apodos.

-Porque nunca se cálla- aclaró levantando mi mochila y tomándo de mi muñeca en dirección a la puerta.

~.~.~ ~.~.~.~.~.~.~.~.

En la oficina del director solo nos puso a escuchar su charla de respeto y valores. Cuando salimos de la oficina del director, sonó la campana de salida.
Suspire aliviada por qué ya podía llegar a mi casa sin preocuparme de absolutamente nada, antes de que me fuera él chico tocó mi hombro.

-Soy Trevor Materazze ¿Y tú?- dijo timidamente.

-Mairenn McCurdy- traté se ser amable.

-Que exitico nombre - hizo silencio para luego él romperlo-me preguntaba si tú quisieras sañir conmigo, si no te sientes cómoda pues no aceptes pero es que me pareces una chica muy increíble y valiente.

Trevor era una de esas personas por la cual desmayarse por qué era guapo con sus ojos color azul, su pelo cafe claro y su sonrisa amplia y tierna. Aparteno estába mal físicamente y pues se había arriesgado por mi mejor amiga y a eso no se le puede decir no. Quedámos en vernos el Viernes después de la escuela.

Cuando lo arreglamos todo, cada quien se fue por su lado. Al salir del edificio mi celular comenzó a  sonar, lo saque de mi bolsillo y contesté sabiendo que Mónica era la que me estába marcando.

-¡Si iré! ¿Ok Mónica?- dije ya frustrada.

-¡Genial!- gritó de alegría- será estupendo.

-Si ajá- dije sarcásticamente.

-¿Qué te pasa?

-El cara de mierda se enteró del apodo y le llamó a Joan, me va a matar- gruñí.

-¡¿Enserio?!- Mónica comenzó a reírse muy fuerte.

-Basta Mónica, no es gracioso por qué un chico se invucró por ti.

-¿Dijo que fue él?- se rió más.

-Sabes, eres un caos niña y debo irme si no Joan me matará- dije con una sonrisa.

-Claro que si, niña mala- se burló de mi -Te veo al rato.

Colgó.

Comencé a caminar ya más relajada pero el mundo solo me odiaba, por qué comenzó a llovér y tuve que correr. Joan me mataría ¿Por qué? Por qué había cometido una infracción a la dirección; una muy fuerte, y aparte no había llevado la sombrilla por si llovía.

Simplemente genial Maireen.

Mi mejor amiga es lesbiana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora