Tres. Viste.

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Después de un rato de historias improvisadas sobre las aventuras de mi increíble familia de comerciantes en el Pacífico (no conocían el océano), Weland me ha invitado a pasar al castillo. Conforme parecía coger confianza hablando conmigo, toda esa cortesía iba desapareciendo. Se nota que realmente es un chico tosco que, en otras circunstancias, probablemente hablaría con un lenguaje gamberro digno de un atracador de esos que te amenazan con una navaja. Pero ni él ni su hermano pequeño dejan de tratarme de vos. Es irritante, aunque al mismo tiempo me hace sentir importante.

Las puertas del castillo no tienen nada que ver con las que yo recordaba. Son gruesas y robustas, hechas con una madera basta y poco pulida, nada que ver con la trabajada y (relativamente) más elegante madera de roble que debieron de poner mucho después, en una época más moderna. Sobre ellas hay un enorme escudo en el que se ve a dos peces rojos saltando, cruzados uno con otro, sobre un fondo azul. Me recuerda al emblema de los Tully en Juego de Tronos. Debajo hay un grabado que dice “non bis in idem”. No dos veces por lo mismo. Ventajas de ser de letras.

En lo que podía llamarse vestíbulo, una sala oscura por la falta de ventanas, sin apenas decoración, rebosante de piedra y madera, hay un chico más bajito que Weland, cuya piel clara y lisa destaca sobre el gris que llena la sala. Me esperaba guardias a los lados de la puerta, como en las pelis, pero solo está él y no parece estar precisamente montando guardia. Está apoyado en la pared, mirando a un pequeño tragaluz situado cerca del techo y no parece tener más ocupación que esa. Me dan ganas de decirle “Qué, ¿sujetando la pared?”, pero…es como si todo lo que se me pasa por la cabeza estuviera fuera de lugar aquí. Al vernos entrar, viene con paso ágil hacia nosotros y me examina con ojo crítico. Hola, discreción, ¿eres tú? Se te echaba de menos.

-¿No ibais a esperar hasta la tarde para la cacería, querido hermano? ¿Tan pronto habéis vuelto con tan hermosa presa? –no sé si debo sentirme halagada porque ha dicho que soy hermosa o insultada porque insinúa que me ha cazado.

Weland (así que es su hermano, quién lo diría) suelta una carcajada. No se parecen en nada. El chico debe de tener mi edad, tal vez sea algo mayor, pero tiene una estatura normal, está más bien delgado y, aunque sus ojos son del mismo azul…no, no parece su hermano. Su pelo, castaño oscuro, le cae sobre la frente hacia el mismo lado, como si se hubiera peinado con agua. Tiene la cara fina y la piel perfecta, sin rastro de barba, mientras que Weland tiene la típica barbita de varios días. Y luego está su olor. Sé que en la Edad Media los hábitos de aseo eran más bien pocos, pero la diferencia la he notado desde el primer momento. Este chico desprende un olor a limpio, un olor que, sin ser específico, agrada; cosa que lo diferencia de sus dos hermanos. Hace una reverencia con tal elegancia que deja la de Weland por los suelos. Agradezco interiormente que no le dé por besarme la mano también.

-Ya que veo que mi hermano no va a molestarse en presentarse, yo mismo lo haré. Deorwine Bramlett, encantado. Y bonita vestimenta, aunque fuera de lugar. Espero que no os crucéis con el padre Cristopher mientras aún la vistáis. Podría hacer que os expulsaran de la ciudad, o…-se queda mirando mis ojos, con una expresión que denota indiferencia- cosas mucho peores.

-Oh, encantada. Soy Panda, de Pandora –a este paso, me convertiré en una experta en reverencias-, y mis ropajes se deben a mis últimos viajes por Asia, os sorprendería la variedad de prendas que…

Sin esperar a que termine, me quita las gafas, sujetándolas por el borde de la montura, y las mira a trasluz. Después vuelve a hablarme.

-Tengo no pocas preguntas acerca de vuestro vestuario. Pero, sin duda, me ha causado desconcierto este artefacto.

-Se llaman gafas. Eh…las hizo un cient…sabio chino, las fabrican para personas con problemas de vista –le enseño la patilla izquierda, con una pequeña inscripción que dice “Made in China”-. Como iba diciendo, mi ropa también viene de Asia.

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⏰ Last updated: Jan 26, 2016 ⏰

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Warwick, 1414.Where stories live. Discover now