—Igual debe estar mal, pero bueno, lo hicieron cuando ellos aún no estaban juntos y creo que si antes le caías mal, ahora te odia.

—Sabes, si fuera por mi no le hubiera dicho nada al Erick, total no se hubiera enterado...

—Igual tenía derecho a saber si el hueón lo único que quería era ser papá.

Si, el Erick lo único que más quería era convertirse en padre pero era más que obvio que yo ya no estaba en aquellos planes antes de lo que sucedió y aunque él se veía muy feliz con la noticia, yo sabía que en el fondo estaba con millones de dudas sobre cómo llevaríamos el asunto.

Es que, ¿cómo chucha se me ocurrió embarazarme?osea, fue totalmente accidental y no planeado, pero a la tonta ni siquiera se le ocurrió tomar una pastilla del día después...

—¿De qué hablan?—preguntó Charles luego de soltar un bostezo.

—Déjate de ser tan copuchenta y partiste a bañarte—lo retó la Feña.

El Charles hizo un puchero y luego se acercó a su esposa para abrazarla y llenarla de besos. Mierda, como me hacía falta tener una relación así.

—•—
Erick.

Cuando llegué a Antofagasta mi mamá me miró sin poder creerlo, pero no era de sorpresa por al fin verme, era por mi acompañante y creo que ya sabía que eso iba a pasar. Le hizo cientos de preguntas, la miró mal un par de veces y luego, cuando nadie nos estaba mirando, me preguntó que qué hacía con esta niñita sin haberle pedido permiso. El Jeans no dejaba de preguntarme por la Maite, incluso al frente de la Flavia. El día se nos pasó así...

Me molesté demasiado en cuanto mi teléfono comenzó a soñar y cuando vi que la Flavia, sin permiso, lo había contestado y lo peor, la Maite era quien llamaba. Estuve todo el resto de la tarde dejandole mensajes y llamándola sin éxito, ella no contestaba a nada. No podía dejar de pensar en lo mismo; ¿y si le había pasado algo? ¿y si se le había complicado algo del embarazo? tenía mucho miedo de la segunda opción, es que sabía que el hueón que había elegido la Maite era un inservible de mierda, se notaba a kilómetros.

—¿Qué tienes, hermano?—preguntó el Cris después de ponerle pausa al partido del FIFA que estábamos jugando.

¿Cómo explicarle a tu hermano chico las cosas que estabas sintiendo? él jamas lo entendería, solo era un niño...

—La Maite está embarazada—dije sin más con la vista pegada al televisor. No esperaba que lo entendiera así que no hice más que recostarme en el sillón.

—¿Vas a ser papá?—preguntó. Elevé una ceja, seguramente la Sherry le estuvo hablando de eso.

—Si, enano.

—¿Y tu polola sabe?—me incorporé en el sillón y el dejó el control del Play a un lado para sentarse tipo indio y mirarme fijamente.

—Si sabe, el problema es que se pone medio mal si le hablamos del tema—frunció el ceño confundido—¿Podrías guardarme el secreto?

—¿Tampoco puedo contarle a mi mamá?—negué con la cabeza.

—Lo qué pasa es que el próximo mes, quiero reunirlos a todos para contarle la noticia, por lo necesito que no le cuentes a nadie. ¿Está bien?

—Si hermano—asintió rápidamente.

Como que en un par de minutos se le olvidó lo que acababa de contarle y continuamos jugando la liga que habíamos dejado a medias. Me encogí de hombros mientras soltaba el mando un poco, si lo dejaba ganar se iba a sentir bien todos los días siguientes y eso me iba a distraer un poco.

Yo ya quería contarle a todo el mundo que al fin iba a ser papá, era algo que me tenía emocionado hasta no poder más pero con la Maite habíamos llegado a un acuerdo de no contarle a nadie hasta que cumpla al menos seis meses aunque bueno, la Flavia ya sabía y de todos modos no iba a poder ocultárselo por tanto tiempo.

El Cristóbal se paró del sillón rápidamente en cuanto vio que la Flavia había entrado a la pieza. Me miró feo y tiró el control.

—Cristo...—intenté llamarlo pero él no contestó y solo salió. Era evidente que le caía mal la Flavia.

—Oye amor, mira lo que te traje—dijo ella dejando la bandeja a un lado del sillón y sentándose en mis piernas—Tu mamá dijo que amabas el queque de limón.

—Gracias, Flavia—murmuré.

Ella me miró impaciente y no hice más que comer. De repente mi mente solo pensó en la Maite y en los queques que me hacia una vez a la semana con la excusa de que no quería hacerme engordar tanto, aunque en realidad sabía que era para que ella no engorde. De repente me sentí mal, era verdad que quería remediar todo y seguir pensando en la Maite cuando estaba con mi polola me hacía sentir miserable.

—Erick, tengo que decirte algo—pasó un brazo por mi cabeza y la miré a los ojos.

Por favor que no esté embarazada.
Por favor que no esté embarazada.
Por favor que no esté embarazada.

—Estoy...

—¿Embarazada?—la interrumpí, me moví tan fuerte que casi la boto al piso.

—Claro que no, tontito—rió delicadamente, tanto como su fineza se lo permitía—Eso arruinaría mi carrera. Es que estoy hablando con mi mamá por WhatsApp y quiere que viaje a pasar el año nuevo con ella, a Brasil.

—¿Y vas a ir?—pregunté.

—Si, ¿quieres ir conmigo?—negué con la cabeza—¿Por qué no?

—No quiero...

—Ya po, Erick.

—Ya, si de verdad no quiero, para otra ocasión tal vez—ella asintió con la cabeza y me dio un casto beso en los labios.

—Pero... ¿Podrías prestarme para comprar el pasaje?—asentí—Genial, voy a pedirle el compu a tu hermana.

En menos de cinco segundos ya había desaparecido. Me terminé de comer el queque y me puse a ver Instagram, de repente en la red social todo era embarazos y bebés. Solté un suspiro y cuando vi la foto de un parque de Leverkusen sobresaliendo entre ropa de bebé, se me prendió la ampolleta.

¿Y si me iba a Leverkusen?

———
Cortito pero es pak mi bb actualice (Pathyyyy)

Ill be loving you forever || Erick Pulgar #LTIA2 Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz