–Yo... creí que mamá te había dicho que me adelante unos días –no sabia que mas decir

–No me dijo nada, –habla con cautela –¿Ya estás aquí?

–Eso creo...

El no me responde nada, me pongo tan nerviosa con el silencio que empiezo a imaginar lo peor ¿Me dejaría en la calle hasta acción de gracias? ¿Tenia otros planes?

Y de repente cuando creí que lo peor había pasado me cuelga el móvil ¿En serio me había colgado? ¿Debía llamar de nuevo? Oh tomar mi poca dignidad y marcharme a rogar el perdón de mi madre, tal vez si le digo a Bill que mi padre no me quiso aquí el me deje quedarme en casa y con el tiempo todo vuelva a la normalidad, tal vez hasta Noah vuelva a casa y podríamos hablar bien, podría darme una explicación decente y

-¡Olivia! –Michael sale por la puerta principal gritando mi nombre –Ven acá a darle un abrazo a tu viejo

Alivio.

Es lo que siento recorrer mi cuerpo al ver a mi padre correr, o tratar de correr, por el jardín. Bajo del auto con calma cuando él ya está fuera de él esperándome con los brazos abiertos, me abraza con fuerza mientras me esfuerzo por devolver el gesto por educación, decir que lo amo es mucho, digamos que le tengo aprecio y respeto, eso es algo para una persona que he visto 4 veces en mi vida y de la que recuerdo muy pocas cosas.

Mi madre nunca me hablo mal de él, todo lo contrario, siempre me dijo que su divorcio fue de mutuo acuerdo y que en los años que compartí con el siempre fue un padre ejemplar, es una buena persona y eso lo sé de sobra.

—¿Por qué tu madre no me aviso que venias? —se separa de mi

—Se nos pasó miento

—¿Cómo te deja conducir sola con nieve desde Michigan? —sus intentos por parecer molesto fracasan, nunca en mi vida lo he visto enojado

—Ya no tengo 13 —le recuerdo

—Eso me queda más que claro —me escanea con la mirada —.Estas enorme mi calabaza

Calabaza, el apodo que me dio Noah cuando cumplí 6 porque era mi disfraz favorito para Halloween y me encantaba comerla en acción de gracias, desde que el comenzó a decirme así, todos lo hicieron, el apodo fue tan fuerte que incluso Michael se entero de ello

—Tu tampoco te ves mal Michael —los años le han pasado factura, sus ojos verdes están rodeados de arrugas, su cabello blanco casi en si totalidad, sigue siendo más alto que yo por mucho y ha subido considerablemente de peso

—¿Qué opinas si me dejo la barba? —se ve bastante serio mientras hace la pregunta —.Me daría un toque más maduro ¿no crees?

—Seguro —me pone de buenas verlo, es esa clase de personas que transmiten su alegría.

—Que falta de educación calabaza —se acerca al maletero—. Abre esto y déjame ayudarte con tus cosas

—Gracias —no tenia ganas de cargar cajas—. Y lamento haber llegado sin invitación previa ¿interrumpí algún tipo de planes?

—De que hablas Olivia —toma la caja mas grande y la pone en el piso—. Tu no necesitas invitación para ver a tu viejo, esta casa es tuya siempre

Sus palabras me reconfortan por segunda vez en todo mi día, tomo mis dos maletas que venían en el asiento trasero y sigo a Michael cuando se dispone a entrar a su casa, cruzamos el pequeño jardín y subo los dos escalones antes de entrar por la puerta principal.

El calor de la chimenea se siente tan bien al entrar, la casa es más lujosa de lo que imagine y a pesar de eso es una casa que se siente como un hogar, el piso de madera le da un toque muy peculiar y sofisticado.

IT'S MEWhere stories live. Discover now