The Noble and Ancient house of Black

Sólo una bebe

29 de diciembre de 1957, Nº12 de Grimmauld Place

Era noche cerrada en el número doce de Grimmauld Place, a pesar de eso ninguno de sus habitantes dormía, al fin y al cabo, un nuevo integrante de la familia Black nacería esa noche.

Walburga Black paseaba con un bebe en brazos evitando que llorara frente las puertas de una habitación desde la que se oían gritos, a su lado su hermano, Pólux Black, se hallaba sentado en un sillón con la cabeza entre las manos. Al lado de la chimenea mirando el fuego concentrado se encontraba su marido, Orión Black. Todos en silencio esperando al nuevo o nueva integrante de la familia.

El pequeño niño que Walburga llevaba en sus brazos empezó a removerse nervioso debido a los constantes gritos, su madre procedió a calmarlo mediante arrumacos. Justo en el momento en el que el niño volvió a caer en un sueño profundo la puerta de la habitación se abrió y salió de allí una medimaga completamente agitada y con las manos llenas de sangre. El niño volvió a llorar, pero nadie de esa sala estaba pendiente de él, todos miraban expectantes a la mujer.

-Está siendo un parto extremadamente difícil, si las cosas se complican más necesito saber si salvar a el niño o a la madre.

Todos los presentes en la sala se quedaron estáticos y en silencio mirando como el futuro padre levantaba lentamente la cabeza para mirar a la mujer. Esta se quedó completamente tiesa ante su mirada.

-Realmente va a matarme- Pensó la mujer.

-Te atreves a preguntarme eso- Grito el hombre completamente fuera de sus cávales, luego continuo con una voz mucho más suave pero que heló el alma a la medimaga -Si alguno de los dos pierde la vida esta noche tú los acompañaras hasta el inframundo-

Walburga miro a su hermano mayor sin objetar nada, debido a que estaba de acuerdo con él, mientras intentaba calmar al pequeño Sirius en sus brazos, al ver que no surtía efecto y percatarse de que su hermano se impacientaba con los constantes lloros del bebe salió de la habitación acunando a su primogénito entre sus brazos.

Dos horas más tardes se escuchaban los lloros de un bebe en la noble y ancestral casa de los Black, una nueva integrante había nacido. La mujer totalmente exhausta con una débil sonrisa sostenía a su hija recién nacida entre sus brazos, sentado a su lado, su marido observaba a la pequeña niña mientras esta observaba todo.

El padre al fin reunió el valor para sujetar a la niña entre sus brazos, al verse en unos brazos desconocidos la recién nacida comenzó a llorar, esto se detuvo nada más mirar a los ojos de su padre, la madre soltó una pequeña risa desde la cama.

-Fíjate, todavía no te conoce y ya le da miedo tu mirada- Comento desde la cama – Casiopea Adhara Black, ese será su nombre- Después de recibir el asentimiento de su marido y observar a su hija por última vez la mujer exhalo su último suspiro antes de cerrar sus ojos y abandonar ese mundo.

En ese mismo momento Walburga entro en la habitación con los brazos al fin libres, ahogo una exclamación al ver como las manos de su querida cuñada se resbalaban por las finas sabanas, sintió como se le cristalizaban los ojos al ver a su hermano levantarse de la silla en la que se encontraba y ponerle a la pequeña bebe en sus brazos. Luego salió de la habitación con paso firme. Le hecho una última mirada a la que había sido su cuñada y salió detrás de él en dirección a la entrada donde Kreacher despedía a la medimaga.

-Crucio- Exclamo su hermano, de inmediato Kreacher cerró la puerta evitando que la mujer saliera y se apareció al lado de su ama -Crucio, crucio, crucio- Repitió su hermano.

La mujer se retorcía en suelo suplicando bajo la fría mirada de todos los presentes, tanto Walburga como Orión observaban desde la puerta como Pólux torturaba a la mujer con crueldad.

-Avada kedavra- dijo Orión apiadándose de la mujer. Walburga jamás olvidaría los lloros de Casiopea en sus brazos, las maldiciones de su hermano y su ojos desquiciados ni como los gritos de la mujer cesaron tras la maldición mortal.