CAPÍTULO 4

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Foto: Bruno.

- ¿Será posible?- gruñó Jhoma al entrar a la casa de Bruno y darse cuenta que nadie había despertado aún.

Todos los días ella llegaba temprano y despertaba a todos mientras preparaba el desayuno, pero ese día se había quedado dormida y corrió directamente a despertar a todos. Golpeó con fuerza las puertas de los tres dormitorios y entró gritando sus nombres con énfasis.

- Diego... Es tardísimo. Ten...- Jhoma le lanzó el uniforme del colegio en la cama.- Vístete y vete si no quieres llegar tarde.- Cerró la puerta y continuó al cuarto de Logan quién ya estaba despierto.

- No hace falta que grites...- Se adelantó a decir el muchacho.

-Lo siento es que me quedé dormida...- Se disculpó Jhoma- Pero ¿qué diablos tengo que andar dando explicaciones? Ustedes deberían al menos poner una alarma para despertarse solos, no deberían confiarse en que yo los despierte todos los dias.-

- Tú nos mal acostumbraste Jhoma.- Respondió Diego tratando de arreglar su uniforme.

Jhoma golpeó la puerta de Bruno y lo encontró durmiendo boca abajo con el torso desnudo. No era la primera vez que lo veía así, pero cada vez que lo hacía, se detenía unos minutos a comtemplarlo. Sabía que estaba lejos de su alcance, era algo así como un amor imposible, y lo peor era, que aunque deseaba arrancarselo de la cabeza, cada día se aferraba más a ese sentimiento.

-Bruno...- Se acercó al lado de la cama con cautela.-¡Bruno!- Gruño ella.- Despierta o llegarás tarde al trabajo.- El hombre trató de acomodar la visión en la luz y una sonrisa se asomó en sus labios al ver a Jhoma tan seria y preocupada.

-¿Ya preparaste café?- Ella negó con la cabeza.- ¿Podrías prepararme uno de esos que levanta a los muertos?-

- A la orden, pero apresurate o llegarás tarde.- Exclamó ella y él sólo le hizo una seña y volvió a enterrar la cara en la almohada.

Los Chicos se habían ido y mientras preparaba café, encendió la tv para informarse con las primeras noticias de la mañana. El clima y el transito era lo que más le interesaba aunque no saliera a la calle. Con la taza de café subió al cuarto de Bruno, esperando encontrarlo en la cama, pero al entrar se sorprendió al verlo salir del baño, con una toalla cubriendo la parte baja de su cuerpo. Balbuceó algo que ni ella logró entender y optó por dejar el café en una mesita que se encontraba en el cuarto y quiso salir de allí lo más rápido que le dieran sus piernas.

- ¿Jhoma podrías pasarme una camisa por favor?- Le pidió Bruno con amabilidad y ésta se paralizo en su lugar.

<No te comportes como una niña... Solo le tienes que alcanzar una camisa... No lo mires a los ojos, no lo mires a los ojos.> Se dijo a sí misma pero hizo caso omiso a sus propios pensamientos.

Mientras rebuscaba entre las camisas colgadas y correctamente planchadas, Bruno se apresuró a ponerse el pantalón. Ella se acercó con una camisa blanca en mano y con un atrevimiento que pocas veces le nacía, lo ayudó a ponersela. Al quedar frente a él, sus miradas fueron instantáneamente atraídas, él sonrió y ella soltó la hilera de botones como si quemaran.

-Lo siento... Sólo quería ayudarte para que hicieras más rápido.- Soltó con nerviosismo y se apresuró a salir de su habitación. Cerró la puerta a sus espaldas y volvió a la cocina con el corazón latiendole aceleradamente. - Ya tranquilizate, no seas estúpido...- Dijo golpeando con fuerza sobre su corazón.

Trató de calmar sus nervios comenzando a limpiar y a ordenar todo, en unos minutos ya estaba concentrada en sus tareas hasta que Bruno bajó de repente.

El Dia Que Pueda Amarte.Onde as histórias ganham vida. Descobre agora