—Me gusta este... Lo voy a llamar Xin. Xin y Ten.— Sonrió entusiasmado el más bajito mientras miraba a Kun que seguía de pie.

Este asintió y habló con la encargada para terminar de arreglar todo mientras Ten jugaba con el minino.

Una vez que ambos estuvieron fuera del lugar Kun sacó un bonito collar amarillo de su manga (pequeña manía que tenía como mago de guardar casi todo ahí) y se lo puso a Xin quien maulló con tranquilidad.

Ten se percató de que el collar tenía una nota atada y se le aceleró el corazón cuando la tomó aún con el gato en brazos, miró a Kun brevemente antes de abrir la nota como pudo... Encontrándola en blanco.

—No me hacía falta escribir nada, sabes que te quiero y quiero que tú me quieras como yo lo hago. Deseo hacer oficial este sentimiento entre los dos y poder presumir de que tengo al mejor novio del mundo. Pero para eso ¿Aceptarías serlo?— Preguntó Kun poniendo sus manos sobre los hombros del contrario para no molestar al gato.

—Te quiero, bobo.— Se sonrojó levemente al haberse visto engañado, sientiéndose algo payaso pero asintió de todos modos y se inclinó para besar al mayor con dulzura.

Xin los miró algo desconcertado y alzó su pequeña pata para separar los labios de ambos, haciendo que Ten riera por su actitud.

—Serás celoso, Xin. Para ti también tengo mucho amor, para ambos, así que espero que te lleves bien con Kun, porque él será tu mamá.

—¿Cómo que mamá? En todo caso yo sería el padre.— Contestó Kun bromeando mientras empezaba a seguir a Ten quien se había puesto a correr con Xin en brazos.

Se pasaron las horas siguientes comprando cosas para la nueva mascota (o miembro) del hogar.

—¿Puedes entender lo que dice?— Preguntó Kun mientras volvían a la casa del pelinegro.

—Más o menos sé lo que piensa o lo que siente, pero no con exactitud. Como con mis ojos, si me enfado puedes saberlo porque se ponen azules pero no puedes saber el porqué. Es lo mismo con Xin.

—Entiendo... Estoy seguro de que os lo pasaréis en grande cuando estés en tu forma de gato.

—No lo dudo...

Ten iba a continuar hablando pero justo había abierto la puerta de su casa y el panorama le había hecho olvidar cualquier palabra que hubiera querido salir anteriormente.

El salón entero estaba cubierto en pintura, como si hubiera estallado manchando absolutamente todo a su paso. La mirada de YangYang conectó con la de su hermano y supo al instante que la había liado.

—¿No se suponía que ya sabías controlar tu don? ¿Qué has hecho para explotar los botes de pintura? ¡Mira a Renjun!— Dijo Ten alterándose al instante y dejando al minino en brazos de su ahora novio.

—¡Pero si ha sido culpa suya! Me estaba retratando, todo bien hasta que se ha acercado a mí y ha empezado a besarme. Ha sido sin querer, ¡De verdad! Pero me he alterado y todo ha estallado.

—¡Renjun!— Le riñó Kun entre risas a su hermano menor.

—¡Deberías haber visto lo rojo que estaba! Ha sido grandiosa su expresión.— Contesto Renjun intentado no reírse más debido a la severa mirada de Ten.

Pero bastó la risotada de Kun para que su novio se soltara también y empezara a perseguir a los dos menores en busca de mancharlos aún más si cabe.

Xin y Kun se quedaron viendo la escena apartados para no ensuciarse.

—Esta es tu nueva familia, gatito, algo alocada, pero te acabas acostumbrando.— Le susurró el peligrís mientras acariciaba su pelaje.

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Bueeeno, gente. El siguiente capítulo es el último, espero que os haya gustado este y quiero agradecer todo vuestro apoyo.

Hasta pronto 💞

Hasta pronto 💞

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King of hearts | KuntenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora