Final: Punto de vista de Scott Parnell

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Estaba luchando contra los ángeles caídos que Dante controlaba por medio del Devilcraft, cuando vi que este estaba luchando contra Nora. Sentí una opresión en el pecho pensando en que podría hacerle daño y por ello decidí ir en su ayuda.

—Déjala ir —. gruñí, cuando estuve cerca. Blandí mi espada interponiéndome entre ellos.

—Scott — llamó Nora—. Sal de aquí ahora.

—Hice un juramento a tu padre para protegerte — bramé, sin quitar la vista de los movimientos de Dante. Este rió.

—¿Un juramento a un hombre muerto? ¿Cómo haces ese trabajo?

—Si tocas a Nora de nuevo, considérate muerto. Ese es mi juramento a ti.

—Apártate, Scott —ladró Dante—. Esto no es sobre ti.

—Ahí es donde te equivocas.

Embestí contra Dante, ambos batallamos en una nube de rápidos golpes. Cuando analicé sus movimientos relajé mis hombros y me apoyé en mi físico y gracia atlética, para así poder compensar la experiencia de Dante mejorada por el devilcraft. Mantuve la ofensiva, mientras Dante daba rápidas y precisas estocadas en mi dirección. En cuanto creyó ver una brecha en mi defensa se lanzó con todas sus fuerzas en mi contra. Nora gritó horrorizada. En cuanto lo tuve a un par de centímetros con un movimiento rápido y limpio, un arco de mi espada, cortó la mitad inferior del brazo izquierdo de Dante. En cuanto lo atravesé, quité la espada y me alejé rápidamente.

Dante, apenas inmutándose, me forzó atrás hacia una elevada cruz de piedra, cosa que pude darme cuenta gracias a que Nora gritó en mi mente.

«¡Lápida directamente detrás!»

Salté hacia un lado, evitando fácilmente una caída mientras simultáneamente bloqueaba un ataque. El sudor chorreaba de los poros de Dante, pero si se daba cuenta, no lo hizo notar.

Sacudí mi cabello húmedo, de los ojos, y continué cortando tanta piel como podía. Mi brazo se encontraba exhausto, y mis golpes comenzaron a ser desesperados. Quería terminar con esto de una buena vez.

En cuanto vimos una oportunidad de rodearlo, junto a Nora, lo hicimos. Alguno de nosotros por fin tendría la oportunidad de liquidarlo.

Avancé y di un último ataque, que definiría todo nuestro futuro.

De la nada se oyó un gruñido junto a un llanto. Caí sobre mi rodilla derecha. Rodé sin percances lejos de la espada de Dante, quien cayó en picada. Cuando vi que estaba próximo a mí, levanté mis pies y le pegué una patada en la mano, logrando así que su espada cayera a un costado.

De atrás Nora vio la oportunidad de atacar a Dante y con un grito clavó su espada en la espalda, logrando que esta llegara a su corazón y así lograr la muerte de Dante, y por ende el Devilcraft desaparecería. 

A pasos pausados, debido a las heridas y el cansancio, Nora caminó hacia mi y me ofreció su mano para ayudar a levantarme. Con un gemido de dolor, me impulsé sobre mis pies y apoyé mi cuerpo sobre el suyo.

La niebla se cernía sobre el cementerio, con el dorado y el gris fundiéndose, mientras los rayos del sol los separaba. Ignoré el ardor en mis costillas, y con ayuda de Nora salimos tambaleándonos de la agrupación de lápidas y entramos al campo abierto del cementerio.

Bultos extraños cubrían el cementerio, y mientras nos acercábamos contemplábamos lo que realmente eran, cuerpos de ángeles caídos, o lo que se podría decir que quedaba de ellos. Debido al devilcraft, su carne desaparecía en segundos. Un líquido azul emanaba de sus cadáveres, e inmediatamente era absorbido por la tierra.

Tras asegurarse de que me encontraba bien, Nora se alejó en busca de Patch. Mientras los admiraba a lo lejos me recosté contra un árbol, tratando de ralentizar el mundo lo suficiente como para encontrarle sentido. Dante estaba muerto. El devilcraft destruido. Finalizó la guerra. Y lo más importante, había cumplido con mi juramento. Tomé una gran bocanada de aire y exhalé todo el aire de mis pulmones, lo sentí como si fuera la primera vez en mucho tiempo que me daba un respiro. Por fin, todo había acabado.

HUSH HUSH  ━  Final alternativo Scott ParnellWhere stories live. Discover now