capitulo 4 - una mañana 👶

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Era una mañana tranquila, Vegetta se despertó temprano, muy decidido se levantó a la fuerza de la cama, porque como hoy era día de trabajo, tenía que hacerlo pero igual tenía un sueño de la hostia.

Se fue abajo a hacerse un café.

- mhg - bostezó - maldito Rubén - se sobó la espalda, la noche... Había sido un poco agitada, a decir verdad.

Caminaba arrastrando los pies, a solo un metro de la escalera, piso una pieza de lego, se quejó en voz baja, y quito ese legó rojo de su pie, Maldición.

Pero al seguir caminando y quejarse, ya había tropezado con otro juguete, pero este era más esponjoso, lo suficiente como para que cayera de las escaleras, con dirección para abajo.

¡Pum!

Fue un fuerte golpe que casi hizo temblar toda la casa.

Un preocupado Rubius salió del cuarto, casi cayéndose él también, al correr por el susto, cuando vio a su pareja en el piso de abajo, tirada, se preocupó aún más.

- ¡vege!, ¡vege! - acudió hacia su pareja, bajando todos los escalones - Vegettita - el mencionado intentaba decir algo, pero no podía, el dolor lo estaba consumiendo.

Pero al mismo momento un peluche de cerdo cayó justo al lado de la pareja.

- maldito - susurro frustrado el pelinegro.

Cogió el peluche y lo comenzó a ahorcar, era algo estúpido hacer eso pero ya le había agarrado odio a ese peluche de cerdo. Cómo se atrevía a involucrarse en su camino.

- Samuel...es un peluche - habló con el ceño fruncido el oso.

Pero el llanto del recién levantado luzu, hizo desviar la vista del peluche asesino, se miraron entre los dos, y corrieron hacia el cuarto del bebé.

Al entrar al cuarto ahí estaba luzu chillando y buscando algo, Rubén rápidamente comprendió todo.

- ahhh

Fue lo que escapó de la boca del peli blanco.

- ¿ahora que busca mi pequeño? - habló el pelinegro con el ceño fruncido -

- creo...que yo deje a ese peluche...cerca de la escalera - dijo entrecortado, con el miedo en su voz -

Vegetta lo quería asesinar, así que el oso tonto había dejado todos esos jueguetes por ahí, ¡es que era un descuidado! - Rubén... - el castaño cerro los ojos, no quería sarmones de su pareja, habían empezando tan bien el día... bueno la noche.

Espero algo que nunca pasó, al ya pasar un rato de tiempo, el castaño abrió los ojos lentamente, encontradosé a Vegetta un poco más calmado y la mirada baja. Lo abrazó por los hombros y le quitó el peluche de las manos, para entregársela a su bebé, que tan desesperado estaba por encontrar a Manolo.

- voy a votar esa maldita cosa a la basura - dijo en un susurró, que alcanzó oír Rubius.

- ¡Vege!, es el peluche favorito de Luzu, no puedes hacer eso - hizo un intermediario al hablar - yo ya lo intente, créeme, no parará de llorar.

Pero el otro no le hizo caso y seguía con la mirada plantada en ese peluche.

El menor solo lo miraba también a el fijamente, quería que su pareja le hiciera caso al menos un rato.

- mírame... - habló algo enojado.

Su pareja solo volteó y lo myiro como si lo que hubiera dicho hubiese sido una estupidez suya.

- ¿que? - pregunto incrédulo.

- ¡Mírame!, ¡Ámame!

- ¡serás tonto!, pero si ya lo hago -  se cruzó de brazos -

- no es verdad, desde que nació Luzu, ya no me miras o me hablas bonito, ¡ahora hasta le das más importancia a un maldito peluche que a mí!

- tu si que eres tonto, el amor no se va así no más, y además un bebé necesita más atención que tú.

La pareja estaba peleando, como casi siempre por una estupidez, y el pequeño bebé solo miraba a sus papás hablando en voz más alta entre ellos, realmente no entendía nada.

Y es por eso que se les quiso unir en la conversación.

- bla bla wha - en vez de hablar estaba balbuceando.

Vegeta rápidamente se dio cuenta de eso.

- ¡Ruben! - señalo con desesperacion al bebé -

Su pareja sin entender mucho solo miro adónde Vegetta señalaba. Cuando miro, su enojo absurdo se esfumó como si de una estrella fugaz se tratase.

- esta intentando hablar, esta ¡intentando hablar!, ¡Mi luzu!.

- no puede ser...

Levanto a Luzu de la pequeña cuna, y sin decir una palabra lo alzó en los aires. - ¡Di papá!, ¡Vamos no seas tímido! - hablo el castaño, teniendo aún a Luzu en los aires

Samuel por la alegría rodeó la cintura de su pareja. Para mirar feliz la sonrisa de su querido bebé.

- ¡vez cariño, un niño necesita atención!, ¿Ahora entiendes?

No obtuvo respuesta, el otro seguía con la mirada perdida, a su pareja le dio risa la expresión de Rubén.

Pero la risa se le fue escapando poco a poco, y contagió al pequeño Luzu.

Samuel muy pronto se le unió a al dúo

∆Unos padres primerizos∆ - Rubegetta [Finalizado]Where stories live. Discover now