Me despierto en una habitación que no es la mía, miro hacia los lados y no veo a nadie. Me bajo de la cama y veo a Dani durmiendo en el suelo con una almohada y una manta. ¿Por qué no me acuerdo de como acabé aquí? Espero no haber hecho ninguna tontería con este ser del infierno.
- Daniel -lo llamo y abre uno de sus ojos-
- Hombre, la pierde llaves -responde divertido- buenos días.
- ¿Como he acabado aquí? Y dime que no pasó nada entre nosotros o tendré que bañarme con desinfectante y repelente para las pulgas -digo y niega con una sonrisa divertida-
- Anoche llegaste un poco antes que yo de la fiesta, y no encontrabas la llave de tu habitación, acompañé a Becca a su habitación porque me lo pediste y cuando volví a bajar te ofrecí ayuda que acabaste aceptando -resume y alzo una de mis cejas- y no, no pasó nada, tranquila.
- Bueno, pues gracias, supongo -digo cogiendo mis tacones y él se ríe- nos vemos -digo y salgo de su habitación-
Bajo hasta conserjería a buscar una copia de mi llave que un chico muy guapo y muy simpático me da. Entro a mi habitación por fin, cojo mis cosas y voy a darme una ducha, para luego ir a comer. Que son casi las doce y media del medio día.
Tras darme una ducha, me visto con un chandal gris, una camiseta básica blanca, me pongo mis Air Force, cojo mis gafas de vista y bajo al comedor.
- Hombre -dice Jesús detrás de mi justo en el pasillo para llegar al comedor-
- Hombre -lo repito- contigo quería yo hablar.
- ¿Conmigo? -dice extrañado-
- Sí -digo y tiro de él hasta llegar junto a las escaleras-
- ¿Qué intenciones tienes con mi chica? -pregunto alzando una de mis cejas-
- ¿Tu chica? ¿Sois...? -dice Jesús abriendo los ojos como platos-
- No, joder, es mi amiga. Soy bisexual, pero no me refería a que sea mi novia -digo y me mira con una sonrisa-
- En principio, solo quiero conocerla, amistad y si surge algo más... -dice y se mete las manos en los bolsillos- es que es muy guapa y algo sarcastica, pero me mola su rollo.
- Bien, pues... -intento hablar pero la voz de Vanessa nos interrumpe-
- Hola cariño -le dice a Jesús y besa su mejilla- ah, hola.
- Que simpática eres -digo poniendo los ojos en blanco- ya hablaremos, no quiero que tu gatita tenga que sacar las garras -le digo y me voy hacia el comedor-
¿Como puede ser la gente así de falsa? Pones los cuernos a tu novio, o lo que quiera que sean, y tienes la cara de hacer como si nada. Cada día flipo más.
Jesús.
Después que Dani me contara que Vanessa estuvo liandose con Izán, la mandé a la mierda, a ver tampoco es que me importara mucho, solo follabamos, así que...
- Daniel, ¿quieres dejar de marearme la perdíz? -le pido y bufa-
- ¿Que perdiz? ¿Qué dices? -responde él-
- Deja de ser tan plasta y presentate al campeonato, si es lo que quieres -le digo y niega-
- Me meterían una paliza que flipas, que va bro -me dice-
- No creo que seas tan malo -le digo- y sino siempre puedes pedir ayuda -le propongo pensando en que Lu podría ayudarle-
- No -dice leyendome la mente- me niego, no quiero que Lu me ayude -dice y sonrío divertido- es una borde y se cree que puede vacilarme siempre que quiera. Si me presento, lo haré porque creo que puedo.
- Como quieras, pero ya te vacila siempre que quiere -digo y me levanto de su cama- Voy al baño, ahora vuelvo.
Salgo de la habitación de Dani y toco en la puerta de par de habitaciones más allá. Veo que es Becca quien me abre y le sonrío.
- Hola -me dice extrañada y se quita uno de los auriculares inalámbricos que tenia puestos-
- Hola Bec, ¿está Lu? -pregunto y asiente-
- Pasa si quieres, ha ido a mear -dice y abre la puerta del todo-
Me siento en la cama de Lu, y Becca me mira algo tímida sentada junto al ventanal de la habitación.
- Pues lo que te contaba Bequita, que pillé a... -dice Lu entrando en su habitación y deja de hablar al verme- joder, que susto, ¿qué coño haces en mi habitación?
- Necesito tu ayuda -le pido y alza una de sus cejas esperando a que le cuente-
Já, se pensará Dani que voy a dejar que se presente si no tiene quien le ayude.