𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 41: 𝐸𝑛𝑓𝑒𝑟𝑚𝑒𝑑𝑎𝑑

Comenzar desde el principio
                                    

Me dejaron ahí, tuve que entrar pero lo hice sin dar una mirada o decir una palabra, cambie de actitud inmediatamente cuando sentí que había más gente. Tire mi bolso sobre la cama desocupada que había al fondo, era una habitación espaciosa. Me quede de pie allí, justo después de que una extraña alarma sonara, y el sonido de personas caminando, murmullos, palabras, gritos, todo aquello en conjunto se comenzó a escuchar. —Genial, hora de almuerzo.

Por primera vez mis ojos fueron hacia la voz desconocida a mi lado, los vi. Un chico y una chica, ella viéndose mayor que yo, y él, casi de mi edad. El rostro de ella lucia demacrado, pero el chico no lucia así. Lucia bien. Me quedaron mirando porque sintieron que yo lo estaba haciendo también, pero no despegue mi mirada, aun si no sabía nada de los dos. Aún si estaba poniéndome a mí mismo en riesgo. —Qué bonito.

Musitó, el chico, quizá refiriéndose a mí, quizás no. Pero tenía unos grandes ojos tiernos, que no me dejaron pensar más sobre eso. —Nueva compañía, ¿No es eso bueno? Me parece que llevábamos mucho tiempo solos, después de que Yein se ahogara en la bañera.

La chica sonrío, justo después de que su voz dijera la última palabra, dejando caer su rubio cabello rizado por sus mejillas. Más, con ello una extraña y escalofriante sensación sobre mis hombros.

¿Por qué hablaban como si yo no estuviera ahí?

Me estaba mareando.

Me senté en la cama sacando la tapa del frasco de pastillas y tirando unas cuantas en la palma de mi mano hasta depositarlas en mi boca. — ¿Cómo te llamas?

Por primera vez algo de su conversación fue dirigida hacia mí. Trague lo que había echado en mi boca y con palabras secas, di una respuesta. —JiMin.

— ¿Y por qué estas tomando pastillas? No dejan que traigamos nuestra propia medicina aquí. Usualmente la doctora nos receta la medicación. —tenía un tono tan amable y delicado, incluso más que la mujer. Su acciones y gestos lo eran también, se comportaba como, ¿Un pequeño niño, tal vez?

—Y usualmente yo tomo pastillas así que tengo que hacerlo. Si no, cosas malas van a pasar. —dio un respingo, con rostro asustado.

— ¿Vas a suicidarte tú también?

—Uh, no, supongo.

—Lo siento, solo es que Yein dijo lo mismo cuando vino por primera vez. No me gustaría que alguien más muera en esta habitación, no es bueno para mí. Me da miedo. —su rostro volvió a la normalidad, pero, yo seguía analizándolo. Se veía normal, ¿Qué clase de cosas hizo para estar aquí? —Oh, y yo me llamo Jungkook. JiEun es mi compañera de cuarto. No está mucho aquí porque suele escaparse para conseguir drogas, pero siempre vas a verme aquí, nunca salgo.

Encontrando una forma de presentarse, ella se movió de donde estaba llamando mi atención. —Hablando de eso, tengo cigarrillos escondidos debajo del colchón, por si quieres. Por lo demás tienes que pagar, pero tengo píldoras también, ahora que veo que te gustan tanto. —había una ironía innata en su voz que a pesar de que no iba a acorde a la situación, se mantenía allí. No esperó una respuesta de mi parte y solo se levantó, para posteriormente anunciar que iba a comer. Cerró la puerta, no hubo una palabra más, solo el movimiento de los pies de Jungkook, yendo sobre la hendidura que había debajo de cada cama.

— ¿Por qué tú no vas a comer? —pregunté, dejando escapar con ella una de mis primeras dudas.

—No me gusta comer y no me gusta estar con mucha gente. Así que nunca voy cuando suena la alarma cada tres horas. A veces JiEun y Yein me traían comida. Pero luego Yein murió y JiEun comenzó a salir. —no había tristeza en sus palabras, de hecho, parecía que felicidad era lo único que podía existir en su pequeño cuerpo. —La doctora dice que si no subo algunos kilos jamás podré irme de aquí.

—Tú no deberías estar aquí en primer lugar. Pareces pequeño.

—Todos parecemos que no debemos estar aquí por un tiempo, pero si supieras lo que hice no dirías lo mismo. —mi teléfono comenzó a sonar, justo cuando la intriga me había cegado casi por completo. Por ello, fue que yo solo contesté, sin ver la pantalla del aparato.

Mantuve mi mirada fija en Jungkok, esperando que al otro lado de la línea alguien dijera una palabra. No me había dado cuenta, quizá solo tenía que haberlo hecho. —Esto es una mierda, nunca va a coger el puto teléfono.

Abrí mis labios levemente cuando escuché su voz. Esa asquerosa y demandante voz, rasposa al final de cada palabra, con rabia acentuada en cada una de sus letras. Me quedé allí, escuchándolo maldecir hasta que, puede que se haya dado cuenta de que en realidad yo si lo había hecho. Inconsciente, o no, había contestado. Podía colgar, debía hacerlo. — Todo es una basura, JiMin. Sé que estas escuchando, pero voy a buscarte.
Nunca vas a entender todo lo que quise hacer pero llego un punto en el que me importó si esto te hacia mierda. El estar juntos. Ahora estoy haciéndome mierda yo, y eso tampoco pienso permitirlo.

Colgué.

Pero permanecí queriendo que viniera por mí, que lo hiciera real.

—Ya entiendo porque estás aquí, JiMin. —me dijo, aún seguía mirándolo y ni siquiera lo había notado. Pero aquello me hizo despabilar, yéndome desde mis pensamientos hacia la llamada, hasta lo que estaba ocurriendo en este momento, dentro de la habitación.

—Estoy enfermo, sí. Supongo que se nota.

—Quizá lo estas, pero no creo que haya sido ese el problema, estar aquí no te convierte en un loco de forma inmediata. Yo sé que te lo preguntas o sé que ya lo crees, pero no es así. Tú problema es que estuviste con una persona enferma tanto tiempo, que te contagiaste.

Mostró sus dientes en una sonrisa, para concluir su pequeña charla, levantándose y acercándose a mí, susurrando en mi oído lo que parecía ser un secreto saliendo bajo infantiles palabras. — ¿Sabes qué fue lo que hice para estar aquí? Prendí fuego a un peluche, y se lo entregue a mi hermano pequeño, solo para verlo morir.

Todo se volvió minúsculo después de eso.

슈짐 Drama King 〄  Yoonmin [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora