Mientras los días pasaban Cham se sentía más y más inquieto por su conversación con Hava, sabía que ella haría algo al respecto, pero... ¿Y él? ¿Él sería capaz de hacer siquiera el intento? Se sentía como un cobarde. Y bueno, tenía razón en estar seguro de que Hava haría algo para cambiar las cosas; ya había reclutado a casi todos en su escuadrón, sólo faltaban dos, Jaken y él.

Hava no estaba muy segura de ambos, ellos siempre habían sido muy leales a Apollyon, nunca había incumplido una norma o fallado en algo.

Cham supo sobre los planes que tenía Hava, tuvo la intención de delatarla, pero algo lo detuvo, ¿Dios? Quizá, aunque podría asegurarlo, él es el único capaz de cambiar corazones de piedra por corazones de carne, sensibles, piadosos, bondadosos, fuertes y sobre todo valientes.

Cham reclutó a Jaken pues eran buenos amigos. Hava no sabía cómo comportarse cuando ellos llegaron a las filas, estaba muy feliz de que ellos decidieran ayudar en tan noble pero arriesgada y sobre todo peligrosa causa.

-¿Cómo lo piensas hacer?-preguntó Jaken.

-No lo sé... Cham y yo somos los de la fuerza bruta, tú eres el inteligente, para eso te necesitábamos-dijo ella un poco apenada.

-Idearé algo, pero estén seguros de que saldrán lastimados. Estamos luchando contra los dueños de todo. Nuestros carceleros.

-El agua es nuestro objetivo. Dios sabrá ayudarnos.

-¿Ahora crees en Dios?

-No solo creo en él, sino que también le creo a él.

-Bueno, pues más te vale orar mucho para que tu buen Dios nos libre de una muerte segura-dijo Jaken con sarcasmo.

Una vez terminada su conversación cada uno se fue a dormir. A la mañana siguiente todo el escuadrón se despertó unas horas antes para la primera reunión. Todos estaban ansiosos, pero decididos a salvar el agua.

-Lo primero que necesitamos es un líder.

-Yo propongo que sea Hava, fue su idea, ¿No?-dijo Cham de repente.

-Bueno... pues el que llevará la inteligencia será Jaken así que...

-Ambos lideremos, tú en el terreno de infiltración, y yo en la inteligencia o estrategia... y pues Cham también puede ayudarnos en cuanto a armas; después de todo es el mejor de todos en ello.

-Trato hecho-dijo Cham emocionado.

Hava ya no estaba tan segura, pero había algo que la impulsaba a seguir adelante... ¿Dios de nuevo? ¿De nuevo era él? ¿No serían ya ideas suyas? Estaba convencida de que no era así, estaba convencida de que era él; nadie más podría ayudarnos sino él se dijo así misma tratando de convencerse.

-¿Cómo piensan infiltrarme?-dijo de la nada obligándose a escapar de sus pensamientos.

-Eres la pequeña muerte, ¿Lo olvidas?-dijo Jaken descaradamente-Además, el líder de Apollyon, nuestro muy odiado Abitub te ha mandado a llamar, recuerda que debemos dar un reporte...

-No lo recordaba...-respondió pensativa.

-Intenta encontrar algo, cualquier cosa... podrían ser coordenadas del próximo ataque, la posición exacta o aproximada de las reservas, las cantidades, porcentajes... no sé. Algo-dijo Jaken con un deje de desesperación.

-Lo intentaré.

Minutos después sonó la alarma; hora de ponerse en marcha para la acción, pero como era día de pasar reporte todos pasaron al comedor antes de ir a los campos de entrenamiento.

Todos los jefes de escuadrón fueron rápidamente a la planta alta del edificio principal.

Uno por uno pasó el reporte, algunos salieron muy tranquilos, otros muy tensos y unos pocos no lograron salir, al menos no ese día.

Cuando alguno de los jefes de escuadrón no salía por un tiempo del cuartel los reclutas le llamaban el rapto, una vez que salían no volvían a ser los mismo... Hava estuvo a un paso del rapto, pero algo sucedió, algo muy grande sucedió poco antes de que se la llevaran al calabozo, desde ese momento comprendió que su madre no había creído en vano en un Dios que aparentemente no existía, en ese momento supo que él era real, que la había escuchado, y que realmente la cuidaba.

Cuando llegó el turno de Hava uno de los jefes más poderosos salió de la oficina, pasó por su lado y tropezaron, en un segundo él puso algo la mano derecha de Hava, el jefe no se detuvo y ella se quedó un poco desconcertada. Para no levantar sospechas metió con mucho cuidado lo que sea que le haya dado el chico en su bolsillo trasero.

Tomó aire y se obligó a sí misma a respirar profundo y dar paso por paso hasta llegar a la puerta, cuando lo hizo ahí estuvo la prueba de fuego; empujarla y entrar.

En segundos, nunca supo cómo, pero en segundos estaba frente al horrible jefe de Apollyon; Abitub.

¡Dios! ¿Qué hago ahora? Preguntó anhelando una respuesta.

-Hola, Hava-dijo Abitub con esa típica sonrisa falsa y engañosa.

-Hola...-respondió Hava dudosa.

-Quiero tu reporte-dijo con voz grave.

-Claro. Aquí está-puso sobre la mesa una carpeta negra con un símbolo de una gota de agua y una espada, ambos dorados.

-Muchas gracias-dijo mientras tomaba la carpeta.

Mientras examinaba el reporte miraba de vez en cuando a Hava y sonreía grotescamente.

En cuanto a Hava buscaba discretamente con su mirada algo que le señalara un punto débil.

Justo antes de que el horrible jefe, o más bien, carcelero terminara con su reporte ella notó un mapa y una ruta bastante larga trazada sobre él. Tuvo el impulso de preguntar para qué era pero supuso que Abitub nunca se lo diría o bien la castigaría.

-Muy bien Hava, tu escuadrón es el segundo de todo el campo, te felicito. Aunque te aconsejo que cuides más el frente, eres fuerte pero cualquiera de los de afuera podría degollarte en un segundo.

-Lo tendré en cuenta.

-Puedes irte.

-Muchas gracias.

Cuando salió de esa oficina sintió que volvía a respirar. Ella sabía de las atrocidades que el mismo Abitub era capaz de cometer con sus propias manos; durante los primeros siete meses de su estadía en el campo de entrenamiento ella fue la protegida de Abitub, y por ello tuvo que ver todo lo que ocurría cuando alguien traicionaba, rompía las reglas o sencillamente se equivocaba.

Cuando Hava regresó se encontró con que muchos de los otros escuadrones se habían unido a esa causa que la estaba llevando al límite de la locura. Ya no estaba sola. Con tanta gente estaba segura de que triunfarían.

Todos se pusieron firmes y a cada persona se le dio una función. Cuando todos estuvieron listos se tomaron el campo, fue una batalla sangrienta, pero vencieron.

Hava junto con otros de los líderes tomaron el control de Apollyon y abrieron las puertas a los de afuera. Muchos murieron en la lucha, pero también se salvaron muchos.

Hace varios años que se fundó una nueva patria a la cual llamaron Dalit, que significa Dibujo de Agua, ya que una vez que los verdaderos guardianes del agua la recuperaron dibujaron con agua la vida de muchos que ya se sentían más muertos que vivos.

DALITWhere stories live. Discover now