Martina: yo sólo veo lo que eres,  supongo que a José Miguel le das tu mejor cara, la de mujer sufrida e intachable, pero a mi, no me engañas.

José Miguel se acercaba a las caballerizas, abrió lentamente la puerta y se dio cuenta de que su esposa no estaba sola.

Martina: me voy a encargar de que José Miguel deje de quererte.

Valentina: y como le vas a hacer? con más intrigas? él ya no cree en ti... ahh ya sé, me vas a matar?

José Miguel le hizo señas a los guardias para que entraran.

Martina: No me des ideas, tengo unas ganas enormes de desaparecerte, pero será lentamente, quiero verte sufrir, no descansaré hasta verte de rodillas suplicando por tu vida, te ganaré a José Miguel así sea lo último que haga en la vida, tu matrimonio feliz dejará de existir.

Valentina: de verdad crees que voy a permitirlo?

Martina: no tendrás como enfrentarme.

Valentina: que nuevo embuste vas a inventar? no tienes a nadie.

Martina: para lograr mis objetivos no necesito ayuda.

Martina sacó de su chamarra el frasquito que por días la había acompañado.

Martina: esto, será suficiente para acabar con tu belleza y el amor de José Miguel, una sola gota quemará tu rostro, nadie va a querer acercarse a ti ni por lástima.

Valentina se quedó inmóvil, pero pudo ver  a lo lejos a José Miguel y a los hombres que los custodiaban, así que pudo respirar profundo.

Valentina: vas a arrojarlo sobre mi cara? ese es tu gran plan? de verdad que estas rematadamente loca.

Martina: loca de amor por José Miguel, él va a ser mío.

Valentina: bien, estamos solas, hazlo, que esperas?

Valentina desafió a Martina para que sus intenciones quedaran claras ante la justicia.

Martina: Siempre te haces la valiente? pero tienes razón está, es mi oportunidad.

Martina estaba a punto de abrir el frasco cuando José Miguel la detuvo.

José Miguel: No te atrevas!!

José Miguel apareció detrás de ella.

Valentina agradeció al cielo.

José Miguel: si crees que vas a salirte con la tuya estás equivocada, llévesela.

Un guardia la esposó mientras José Miguel notó pálida a Valentina y la abrazó.

José Miguel: estás bien?

Valentina asintió.

José Miguel: no quiero volver a verte en lo que me queda de vida, si he cometido errores, el más grande fue conocerte y considerarte una amiga.

Martina: vas a permitir que me traten como una criminal?

José Miguel: eso eres, o lo que ibas a hacer hace un instante te parece muy sano?

Martina: esto es una trampa que tu esposa me puso.

Valentina: eres una estúpida, de verdad crees que voy a permitir que me pongas un pelo encima?

Martina: lo ves José Miguel? ella me tendió una trampa para obligarme a decir todas esas cosas.

José Miguel: ya basta! deja de decir tonterías, no te creo ni media palabra, por favor llévense esta señorita y enciérrenla.

Uno de los guardias encendió las sirenas de la camioneta que los acompañaba lo que alarmó a muchos de los empleados de la hacienda quienes se acercaron para ver qué pasaba, de la hacienda también salieron Leonor, Isabel, Iluminada, las demás sirvientas y los gemelos, para terminar el panorama Gabriela llegaba en su auto acompañada de las directivas del colegio.

Gabriela: que es lo que está pasando?

Leonor: no lo sé, los guardias encendieron una alarma.

Dos guardias salieron de las caballerizas con Martina esposada.

Isabel: Dios mío! es esa mujer, Valentina, donde está mi sobrina?

Leonor: cálmate Isabel, José Miguel fue por ella, debe estar bien.

José Federico: esa señora le hizo algo a mi mamita.

Cecilia Benita: mi mamita.

Los gemelos iban a correr a buscar a su mamá cuando Leonor los detuvo.

José Federico: déjanos ir abuela, queremos ver a mi mamita.

Leonor: estoy segura que está con su papá.

José Miguel salió abrazando a Valentina que parecía estar nerviosa.

Isabel: Valentinaaaaa

Los niños se desprendieron de Leonor y corrieron hacia su madre.

Alonso tomó su teléfono, era Analia, pero ya era tarde, este había dejado de sonar, entonces le marcó de nuevo.

"Analia: Alonso? no sabes cuánto quería escuchar tu voz.

Alonso: ahórrate tus meloserias, en donde estás? supe que huiste de la hacienda? en verdad crees que es lo correcto?

Analia: no sé qué hacer, por favor ayúdame!

Alonso: cuando quieras usar la cabeza me avisas.

Analia: admito que me deje llevar por el coraje.

Alonso: coraje? Pusiste en peligro a Valentina,  que te hizo para querer hacer eso?

Analia: nada.

Alonso: entonces?

Analia: es que siempre te empecinas en defenderla.

Alonso: sabes que no soporto? los celos, Valentina es muy importante para mí y siempre voy a procurar por su seguridad.

Analia: lo ves? todavía la amas y aún así me enamoraste.

Alonso: no voy a discutir eso contigo, si te hablé fue porque quería hacerte ver que debes hacerte responsable de todo el rollo que ocasionaste.

Analia: yo no pretendo hacerle nada malo a Valentina.

Alonso: eres cómplice de Martina.

Analia: eso no es cierto, nunca estuve de acuerdo con ella.

Alonso: y crees que enviarla hacia ella te excluye de culpa? no Analia, Valentina no merece que le hagas eso.

Analia: me lo dices tú que no tuviste reparo en plantarla en el altar?

Alonso: y eso me costó perderla para siempre; ella es muy noble a pesar del daño que le hice me brindó su amistad, a ti te dio una nueva oportunidad no la desaproveches."

En la hacienda...

Valentina, José Miguel y sus hijos se dieron un fuerte abrazo, Martina la introducían en el auto pero antes de permitirlo les lanzó una advertencia.

Martina: ganaste la batalla Valentina Villalba pero no la guerra, volverás a tener noticias mías.

SOY TU DUEÑA 2Where stories live. Discover now