tres

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—Está bien, ¿cómo comenzamos?— pregunté.

Mi hermana se encontraba en la sofá del salón, agarrada a su computadora, mientras que yo terminaba de hacer las tortitas con sirope de arce que íbamos a desayunar.

—Um...—pensó mi hermana.—¡Ya lo tengo! Hazme spam, perra.

—¡Dixie!— me quejé por sus pésimos consejos.

—Vale, vale, era broma. Vamos a actualizar tu Instagram, la presencia en las redes sociales es muy importante.

Dejé las tortitas en la sartén y me acerqué a ella. 

—¡Ey! ¿Cómo es que te sabes mi contraseña?— pregunté al ver que ya se encontraba dentro de mi cuenta, revisando mis fotos.

—El nombre de nuestra perrita y tu número de la suerte no son una contraseña, Charli.

Ambas reímos mientras yo me sentaba a su lado en el sofá.

—Entonces...¿qué tenemos que hacer?— pregunté cuando ya me había acomodado.

—Mejorar tu cuenta.

—¿Mejorarla? Lo siento pero mi account ya está perfecta.— me quejé.

—Porque lo digas en inglés no suena menos ridículo.— bromeó ella.

Empezó a navegar por mi perfil mientras que un desagradable olor se empezó a extender por la habitación.

—¿Hueles eso?— dije, con una mueca de asco.

—Sí, bueno, da igual.— respondió indiferente, concentrada en la pantalla.— ¿Una foto de tu brazalete? 

—¿Qué hay de malo? 

— La pregunta es qué hay de bueno.— me espetó con un tono cómico.— A ver, vamos a empezar que esto necesita mucha ayuda. Voy a archivar todas las fotos en las que no salga tu cara o que sean raras, patéticas, extrañas... ya sabes, como tú.

Golpeé con el hombro a mi hermana, que cayó del sofá. Me senté en su puesto, destronándola.

—¡Auch! ¡Eso ha dolido! — se quejó aún en el suelo.

—Dixie.—la llamé pero no me hizo caso.— Huele a quemado...

Mi hermana pareció reaccionar.

—¡Mierda, mierda, mierda! ¡Las tortitas, Charli!— gritó y salió corriendo hacia la cocina.

Después de sacar las pobres tortitas quemadas y tirarlas, decidimos llamar al Dominos Pizza y pedimos una pizza familiar de cuatro quesos para desayunar. Después, hice algunos tik toks junto a mi hermana, que me ayudó a que se vieran más "cool" y preparados.

Comimos los restos de la gran pizza que habíamos pedido para desayunar y no habíamos acabado y nos pusimos a ver Élite mientras comíamos patatas fritas.

— ¡Dixie! — grité en medio del maratón de Élite.

—Char, ¿no puedes esperar? ¡Están a punto de revelar quién mató a Marina! — se quejó.

—No, no, no. ¿Cuál de todas las fotos que me has hecho subo?

Junto con Dixie, seleccionamos los mejores selfies que me había hecho. 

—¡Char! Cuando subas eso será tu primera publicación como famosa.

—¡YA LO SÉ, ESTÚPIDA, NO ME PONGAS MÁS NERVIOSA!— la chillé.

Estuvimos un poco más buscando una buena frase que poner a la foto y vimos Netflix por horas. Hasta que Dixie comenzó a chillar.

—¿Qué te pasa, pendeja?— pregunté.

—¡Nos han invitado a una fiesta en casa de Loren Gray!— chilló mi hermana.— ¡Quieren conocer a las nuevas hermanas de moda!

—Querrás decir al nuevo hype...

Dixie me golpeó con un cojín de florecitas que había en el sofá.

—No me quites protagonismo.— respondió llevándose una mano a la cabeza dramáticamente.

—¿Cuando es? — pregunté y Dixie me miró confundida. — La fiesta, tonta.

— Ah, esta noche.

— ¡Y qué haces que no te estás preparando ya, idiota! — chillé y fuimos corriendo a prepararnos.


FAMOUS | Charli D'amelioWhere stories live. Discover now