Le di un pequeño empujón tratando de ocultar mi sonrisa ante esa muestra de doble sentido. No era que no me ilusionara la idea pero tampoco es que anduviera buscando eso, es decir, no hice todo lo que hice solo por volver a acostarme con ella. Quería que realmente fuera feliz y buscara realizar todas las cosas que siempre quiso hacer, sobre todo las que desconocía por completo. Aquellas que Alya me conto cuando pase todo el día con ella cuidando de su extrañamente adorable bebé.

Y bueno, no iba a mentir, si después de todo esto resultaba que también me aceptaba de vuelta en su vida como antes no respondería de mí. Joder, la haría recorrer la galaxia entera en mi cama todas las veces que quisiera.

- Adrien. Te estoy hablando, ¡vuelve!

- Ah, sí, ¿Qué? –me había perdido en la estratosfera con semejante sueño– ¿Qué pasa?

- Te decía que más tarde queríamos invitar a algunas personas al departamento.

- Amm no estoy de humor para fiestas So.

- ¡No es una fiesta! Solo es una pequeña reunión para... celebrar.

- ¿Celebrar qué? –dije levemente molesto– ¿celebrar que arruine mi vida? ¿Qué perdí el mejor trabajo del mundo?

Se hizo un silencio incómodo y Sophie agacho la cabeza con tristeza haciéndome arrepentirme por levantarle la voz. Había vuelto a ser el gruñón de siempre y ella no tenía por qué cargar con mi mal humor después de lo mucho que me había ayudado.

- Bueno pues... en china le pagan a la gente por abrazar pandas –soltó Jordan en un afán por relajar el ambiente– yo diría que ese si es el mejor trabajo del mundo.

Me quede viéndole. Esperando a que dijera algo mas y al poco Sophie se me unió pero el grandulón solo nos miraba de vuelta, dándonos luces de que ese había sido todo su aporte. Hablar de pandas era todo lo que tenía que decir.

- ¿Qué? –alcance a preguntar antes de que los tres nos echáramos a reír.

Una imagen mental de mí, disfrazado de oso madre me vino a la mente, persiguiendo panditas bebé con un palo de bambú para ganarme el sustento diario. Un abrazo más dinero y así mientras gente como Jordan envidiaban mi labor alrededor del mundo.

- Bueno, no estaría mal –dije tomando algo de agua– aunque no creo que me contraten con este genio.

- Tienes razón, eres un gruñón hermanito.

- Realmente lo siento, no quería ser grosero –le dije tomando su mano– es solo que no creo estar de humor para ver gente.

- Estaba pensando en que solo seriamos nosotros. Invitar a Marinette, a Alya y a su novio –insistió contando con la mano– Rita de seguro querría verte, y tal vez Lance.

- ¿Lance?

- ¡Claro! Nos ayudó muchísimo hoy –lo defendió Jordan– cuando seguridad nos impidió subir por tus cosas él les dio la orden de que nos dejaran pasar.

- Además ha cuidado de Marinette. Y te hizo recapacitar –Sophie parecía cada vez más emocionada– caray, es un gran tipo. No lo había pensado.

- Cierto, es un tipazo –afirmo Jordan– y muy guapo además.

- ¡Es verdad! Me encanta su corte de cabello.

- Y parece estar en muy buena forma. Me pregunto cómo es que no tiene novia.

Literalmente Sophie y Jordan estaban hablando como dos amigas. Opinando acerca de un agradable sujeto que parecía que acababan de descubrir mientras se ponían de acuerdo en un plan para conseguirle una chica.

Dos centavos por una canción. [Miraculous AU]Where stories live. Discover now