PRÓLOGO

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DISCLAIMER: Demon Slayer pertenece a Koyoharu Gotōge. Publicado por la revista Shonen Jump y animado por el estudio Ufotable. 

Las imágenes utilizadas para la portada e ilustraciones de esta historia no me pertenecen. Los créditos a sus respectivos autores.

PAREJA: Giyuu Tomioka x Shinobu Kochou.


ASÍ, COMO SI AMARA

PRÓLOGO

"...Y entonces el mundo se fragmentó

inevitablemente ante sus ojos

y perdió todo significado."

Gira sobre sí mismo y despierta bruscamente, asustado y con la frente cubierta de sudor.

Las pesadillas lo atormentan nuevamente.

Al intentar erguirse sobre el lecho para recuperar la calma, los huesos de su espalda crujen y sufre una punzada a la altura de los riñones: son los más de 50 años que carga sobre ella escarbando los primeros achaques de su cuerpo... ¿Dónde estaba Giyuu Tomioka de 21 años; vigoroso y joven?

De aquel hombre, sólo queda un pobre anciano saturado de recuerdos y remordimientos. Sí ella lo viera ahora, probablemente se burlaría.

Un terrible ruido nasal lo saca de sus vacilaciones; son los escandalosos ronquidos de uno de sus discípulos retumbando en la cabaña.

«Qué chiquillo tan gracioso», ríe para sí mismo y se anima a realizar un nuevo esfuerzo por levantarse. Aunque lamentable, esta vez lo logra y se desliza silencioso; como un fantasma, entre las penumbras del recinto buscando la tetera para beber algo de agua.

Duda si su habilidad para pasar desapercibido es una bendición o una maldición. Por hoy, es una ventaja pues no quiere despertar a los mocosos que viven con él, quienes lo atiborrarían de preguntas bobas. 

Sirve el líquido frío en un vaso y se escurre hacia la entrada de su hogar, sentándose en las escaleras del portón.

Aquella mañana; muy temprano, Tanjiro llegó sin aviso alguno para visitarle y luego de ponerle al tanto de sus avances en su continua lucha, le expresó su preocupación hacia él. Le preguntó si estaba alimentándose adecuadamente, pues creía que estaba adelgazando de forma vertiginosa desde su último encuentro.

Giyuu culpó a su edad. Últimamente se había acostumbrado roñosamente a culpar de todos sus problemas a la cantidad años que había vivido, asegurado que era suficiente suerte haber superado los 25 años de esperanza de vida que le estimaron en tiempos anteriores; que no podía pedir más.

Aunque en el fondo sabía que el problema era más personal y privado. En los últimos meses fue perdiendo el apetito lentamente hasta el punto que ni su comida preferida le resultaba apetecible. Cada día le era más difícil levantarse y por las noches las pesadillas y las memorias recurrentes perturbaban su descanso, llegando a dormir apenas unas pocas horas diarias; razón por la cual un constante dolor de cabeza le acompaña en sus jornadas.

Pero, su vida en general había pasado por esas crisis cada cierto tiempo.

La última fue hace poco más de cuatro años, cuando su maestro Urokodaki había muerto. El antiguo pilar sólo se recostó en su cama y no despertó más; se fue en completa paz y con una expresión tranquila.

Giyuu pensaba en su juventud. En ese entonces; aunque no lo mereciera, deseaba morir en el campo de batalla, como un héroe; como Rengoku, Tokito y Obanai; para darle sentido a su existencia, siendo un mártir para salvar a otros.

ASÍ, COMO SI AMARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora