— Eres hermosa, Hanna.

Son decir nada mis manos viajan a su pecho, lo acaricio hasta alcanzar el nudo de su corbata y comienzo a deshacerlo, una vez deshecho, desabotonó lentamente su camisa y acabo por dejar su torso desnudo.

Esta para comérselo.

Chitón.

Vuelve a besarme, esta vez de forma apasionada y pierdo completamente la noción del tiempo. Se siente precipitado para mi decir que creo estar enamorada de alguien a quien a penas conozco, pero es que con Eric todo es una montaña rusa, es tierno, me enfada, me seduce, me cela... no se, es... algo loco pero cada cosa que comparto con el me parece lo mejor que he hecho en toda mi vida.

(...)

Mi primera vez con Eric ha sido... maravillosa, en la vida pensé que esto sería tan genial, pero con el lo es.
Me ha tratado como a una reina y me ha hecho sentir muy querida. Aquí tumbada, apoyada sobre su pecho desnudo, me siento bien, me siento segura y en casa, como jo me había sentido con nadie. Me siento tan bien que me quedo profundamente dormida.

(...)

Despierto sola en la gran cama de la que ahora es nuestra habitación, extrañada me levanto y me visto con unos bonitos pantalones y una blusa arreglada, nunca se sabe lo que una puede tener que hacer un sábado. Me maquillo de forma sencilla, como cada día y bajo a la cocina para desayunar.

Cuando bajo una señora de más o menos la edad de mi madre y vestida de uniforme me da los buenos días.

— Encantada de conocerla, señora Williams.— Aun no me acostumbro a ello.— Yo soy Maia, la nueva ama de llaves, el señor Williams me ha contratado para trabajar para usted.— Se presenta con una amplia sonrisa.— Siéntese, su desayuno casi está listo, el señor me ha dicho que le gustan las tortitas de avena para desayunar.

— Así es, muchas gracias Maia.— Ella pone delante de mi un plato con tres tortitas que tienen una pinta genial.— ¿Has desayunado tú Maia?

— Si señora, me he despertado temprano y he desayunado fuerte para tener energía.— Me gusta lo alegre que es esta mujer.— Bueno, si necesita algo puede...

— Espera, si no te importa me gustaría conocerte un poco, y por favor, tutéame.— Digo con una sonrisa.

Maia se sienta frente a mi y empezamos a hablar de nuestra vida, para conocernos mejor.

— Con que fue a la universidad a los diecisiete, tiene cara de ser una chica muy inteligente.— Dice sonriendo.

— Jajaja, yo no diría tanto inteligente, sino curiosa.

— Eso es maravilloso.

— ¿Que hay de ti? ¿Tienes hijos?

— Si, tengo un hijo, se llama Daniel, también trabajará en esta casa, hará de chofer y de jardinero. Lo hace para pagar sus estudios, es también un chico muy inteligente.

— Vaya, pues será genial conocerlo, Maia.

— Bueno, se incorporará la semana que viene, Hanna hoy hace un día estupendo para salir a que le de un poco el sol, ¿no le parece?

— Si, lo cierto es que lo es.— La voz de Eric irrumpe en la cocina.— Buenos días cariño.— Dice besando mi mejilla.

— Buenos días.— Sonrío sin poder evitarlo.— ¿Has estado entrenando?

— Si, he salido a correr, Maia tiene razón, hace un día estupendo.

— Te he preparado zumo de frutas, ¿te apetece?— Le pregunta Maia a mi esposo.

— Claro, gracias nana.— Dice antes de besar su mejilla.

— Conozco a Eric desde que tenía cinco años, antes yo era su cuidadora, cuando cumplió los quince pase a ser la ama de llaves en casa de sus padres.

— Vaya, no tenía ni idea.

— Maia es la mejor cocinera que podrás encontrar, y además le vas a
agarrar mucho cariño, ya verás.

— Me lo puedo imaginar.— Digo riendo.

Nos tiramos un rato hablando con Maia y nos sugiere que salgamos a pasear. Eric se queja y dice que está cansado de tanto correr.
Maia le da en el brazo con el periódico que tiene al lado.

— Tú esposa no ha salido, haz un sacrificio y llévala a pasear, vago.

Yo no puedo parar de reír ante la situación, y Eric tampoco lo puede evitar.

— Ahora mismo ve a ducharte y vístete para pasear con tu esposa.

— Si, Maia.

Eric es como un niño pequeño cuando está con Maia, no puedo evitar sentir mucha ternura al verlos juntos. Le doy un sorbo al delicioso zumo que me ha preparado Maia cuando de repente:

— Bueno, ¿y han pensado en tener hijos?

Me atraganto al instante y empiezo a toser. Maia ríe mientras me da palmaditas en la espalda y me alcanza un vaso de agua.
— Maia, nos acabamos de casar, danos tiempo.

— Solo preguntaba querida.— Dice riendo.

— Aún así, no creo que Eric quiera tener hijos.

— ¿Y que es lo que tú quieres?

¿Lo que yo quiero?
¿Quiero tener hijos?

¿Lo que yo quiero? ¿Quiero tener hijos?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

HE VUELTOOOO!!!!

Siento muchísimo lo que he tardado de veras, como ya sabéis he estado pasando por mucho últimamente y a penas tenía ganas de escribir, pero poco a poco he conseguido tener este capitulito
Me encantaría que pusieran su opinión en los comentarios y me dijeran que tal.
También me gustaría sabes si quieren que haga un preguntas y respuestas en mi IG por si quieren saber algo tanto de la historia como a cerca de mi, lo haré encantada, déjemelo saber

Os ha gustado el capítulo?
💭 y ⭐️
Gracias por leer❤️
Lifefighter ❤️

El hijo del socio de papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora