Capítulo 2: Aterrizaje de emergencia

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Cuando Bas en un arranque de rebeldía escapó de su planeta no imaginó que los eventos se volcarían tan desafortunadamente.

El conflicto con su padre era el mismo de siempre, el gran emperador de la galaxia Piniwat estaba obsesionado con que su hijo mayor se casara y se preparara para heredar el imperio.

A Bas no le gustaba nada ese plan, siempre había sido más un explorador. A su corta edad podía decir que había estado en casi todos los planetas de su galaxia. Si, ¡viajar y las competencias interestelares eran mucho más emocionantes que reinar!

Intentó sugerir que su hermana, era una mejor opción para ser la sucesora, pero al parecer su padre consideraba que una bebé de dos años aun no era apta para heredar el imperio.

Pero la gota que derramó el vaso fue cuando en el torneo del solsticio de verano Bas rechazó a todos y cada uno de los consortes que su madre, la reina Bel preseleccionó personalmente para él.

En realidad, casarse le daba igual, pero nadie le gustaba lo suficiente. Así que sabiendo que sería regañado más tarde, decidió huir por un tiempo para escapar de la ira de sus padres.

Se montó en una de sus naves y escapó. Pero la nave falló al cruzar el último agujero de gusano y en lugar de llevarlo a otro de los planetas que estaban bajo el dominio de su padre, terminó yendo a una galaxia completamente distinta.

En cuanto se encontró perdido en una galaxia desconocida con todos los radares de la nave fallando y casi sin combustible tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en un planeta, al que jamás habría ido por voluntad propia.

No fue el mejor aterrizaje, pero había tenido peores. Se aseguró de tener bien colocado el casco depurador de aire y salió de la nave tambaleándose.

Dio unos pasos alejándose de la nave para poder examinar el daño. Dictaminó que no había problema. Segundos después escuchó un par de explosiones desde los depósitos de combustible, y vio como las flamas comenzaban a aparecer envolviendo la nave.

Mientras las llamas consumían los restos de su nave favorita, Bas tuvo que admitir, que quizás... este si era el aterrizaje más desastroso que había tenido.

Después de investigar un poco, notó que el lugar contra todos sus pronósticos parecía estar lleno de vida.

Bas examinó lo que lo rodeaba, el sistema de energía, lucia arcaico, un montón de palos con cableado que conducían la energía a las residencias... la raza que se asentaba allí tenía toda la pinta de ser poco desarrollada.

Se sorprendió al notar que los lectores de su casco indicaban que el aire tenía suficiente oxígeno para ser respirable. Se sacó el casco para comprobarlo, era cierto, respiraba sin problemas.

El problema era la gravedad, esta era superior a la de cualquier planeta en el que Bas hubiera estado antes... le costaba moverse, y no creía que la levitación le fuera a ser posible en el lugar.

Bas deambuló un momento intentando descubrir vida, pero después de unos metros se detuvo porque le molestaba la pierna, parecía que en el aterrizaje resultó herido. Se alarmó un poco cuando vio algo de sangre purpura manchando su traje térmico.

Decidió que tirarse al lado del campo verde donde ardía su nave y esperar a que la patrulla de su padre llegara iba a ser la mejor opción.

...

El sol incluso comenzó a salir. El extraterrestre solo pudo pensar que quizás su padre esta vez estaba demasiado enojado y no quería ir a buscarlo.

Mi Acosador es un AlíenWhere stories live. Discover now