—¿¡Exactamente cómo dieron conmigo!?— Bakugou se asqueó incluso de pensarlo.

—A mi me dijo Kaminari. — Exclamó Sero, dándole un golpecito con el codo al hombro del rubio.

—A mi me lo dijo Mina.— Mencionó el rubio metiéndose un dedo en la nariz.

—Y a mí...— Antes de que Mina pueda delatarlo, los tres voltearon a ver a Kirishima, quien sonreía con culpa rascándose la cabeza

—¡Te mataré! ¡Maldito pelo de mierda!— Katsuki se levantó del sofá, dispuesto a cumplir su amenaza, Sero y Denki lo detuvieron como pudieron.

—¡Hey, hey, hey, tranquilo viejo! ¡Kirishima no lo hizo con mala intención!— Denki estaba por explotar de tanto aguantar sostenuendo al adverso.

—¡Exacto! ¿Acaso no te alegras de vernos?— Sero no estaba mejor, un par de segundos más y tendría que usar su cinta para inmovilizar al mastodonte.

Aleluya, él se calmó y se dejó caer en el sofá.

—No, no en mi casa, ¡No en mi puta casa!— Se quejó el rubio ceniza, tratando de calmarse.

—Si te invitábamos a cualquier otro lugar no irías.— Exclamó la rosada de inmediato, sin una pizca de mentira en sus palabras. —Y tampoco íbamos a dejar fuera al que nos unió como grupo, ¿O sí?— Los presentes sonrieron, mirándose entre sí; menos Bakugou claro está, esa frase trajo varios recuerdos para todos.

—Son una bola de simios imbéciles.

Trabajando en equipo pudieron convencer sutilmente a Katsuki de seguir con el pequeño encuentro en su casa, no es como si fuesen a hacer una fiesta tipo experimento X, sólo hablarían mientras jugaban, como en los viejos tiempos, ya que Kirishima i...

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Trabajando en equipo pudieron convencer sutilmente a Katsuki de seguir con el pequeño encuentro en su casa, no es como si fuesen a hacer una fiesta tipo experimento X, sólo hablarían mientras jugaban, como en los viejos tiempos, ya que Kirishima insistió tanto en que vinieran a animar a Bakugou, no iban a desaprovechar la oportunidad, por su parte, Mina aprovechó la desconcentración de todos para ir a la cocina con la excusa de que prepararía botanas, apenas entró y agarró su teléfono de inmediato.

—Ochako, adivina dónde estoy ahora.— Murmuró Mina, extremadamente emocionada. —En una reunión en la casa de Bakugou.— Tuvo que despegar un poco el oído del teléfono cuando la castaña mostró su sorpresa levantando la voz. —Sí, sí, ya sé, fue repentino.

—¿Tienes algo en mente?— Preguntó Ochako del otro lado del teléfono, temía que la rosada se meta en problemas por culpa suya.

—Ay, obvio— Mina bufó. —Que no.

—Amm, ¿Y si intentas sacarle conversación a ver si suelta algo?

Estuvieron un par de segundos debatiendo y lanzando una lluvia de ideas, no podría preguntarle nada directamente al rubio, debía ser cautelosa y todo saldría bien.

—Bien, eso haré, tú confía en mí Uraraka, todo saldrá bien. ¡Ya verás!— La pelirrosa hizo un amague de celebración con su brazo y colgó.

—Yo no contaría con eso.— Exclamó Bakugou, quién había dejado el grupo para indicarle a Mina dónde se encontraban los utensilios y etc, como la vio tan entretenida con su llamada, prefirió esperar a que termine, vaya sorpresa que se llevó al oír cierto nombre.

—Ou...— No quería, simplemente no quería voltear a verlo, ya que sabía que le esperaba, debía pensar en alguna excusa, ¡Pero ya!

—Explicaciones, ahora.— Ashido sintió como una mirada le perforaba la espalda con intenciones de matarla, lo normal.

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El héroe N°3. ⌦ᴋᴀᴄᴄʜᴀᴋᴏOnde histórias criam vida. Descubra agora