Él merecía tranquilidad. Sólo eso.

—Ah... bueno... —Shinji quedó pensativo un momento, lo que su madre interrumpió de inmediato.

—¿Quieres que te haga algo de comer? —sonrió tiernamente.

—Está bien...

—¿Qué te gustaría?

—Mmm... ¿Dorayakis? —dijo sin vacilar mucho. Sabía que su madre había comprado los ingredientes hace poco, y le encantaba ese bocadillo

—Genial. Te los prepararé en un momento, cielo —le acarició el pelo— Si quieres espérame en la sala y enciende la televisión. Estoy segura de que ya comenzaron tus caricaturas.

—Bueno —Shinji en su aura inocente fue al sofá para ver la tele un rato. De un momento a otro dejó de pensar en su padre, y en las posibles consecuencias que todo ese complicado asunto podría tener.

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—Buenas noches, cariño —Yui besó la frente de su pequeño, mientras lo acunaba cuidadosamente, casi con la misma dedicación y cuidado que cuando era un bebé.

—Buenas noches, mami... —se despidió, y una vez que su madre se encontraba en la puerta, habló otra vez— ¿Cuándo volverá papá?

Yui se detuvo en sitio y suspiró pesadamente. Trató de aparentar tranquilidad.

—Cielo, tu padre... tuvo que irse a resolver unos cuantos problemas en su trabajo... —se acercó nuevamente para acariciarlo—Pero no te preocupes, él me dijo que pronto podrá volver con nosotros. Sólo estará fuera unos días.

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Simultáneamente, un solitario Gendo se encontraba pensativo, como lo estuvo toda la tarde desde que recibió esa noticia que le cayó como balde de agua fría.

Mientras se preparaba para dormir en esa habitación de hotel, pensaba en su hijo. En qué podía hacer para ayudarlo con su problema. Definitivamente algo se podía hacer.

Tal vez ese niño raro lo convenza de ese tipo de cosas —pensaba Gendo— Quizás le diga que todo eso es normal o algo así... Shinji es muy pequeño para sentirse así de ilusionado por otra persona. En especial por otro chico. Qué desastre... No puedo creer que Yui no se de cuenta del daño que le está haciendo a mi hijo.

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Al día siguiente, el pequeño Ikari fue al preescolar en compañía de su madre, más tranquilo que antes, y sobretodo, feliz de ver a su amigo de nuevo. Lo extrañaría mucho en el verano así que debía disfrutarlo cuanto pudiera por ahora.

—¿Qué hay, Shinji? —como de costumbre, Kensuke lo encontró en la entrada y se fueron caminando juntos hacia el interior del recinto hasta llegar al salón.

Al entrar por esa siguiente puerta, Shinji vio a Kaworu esperándolo en su asiento de al lado alegre como siempre.

A sus ojos aquella expresión era increíble. Cuando el albino aún no lo veía, su cara permanecía seria y taciturna. Como en piloto automático. Mas cuando Shinji aparecía ante sus ojos, su semblante cambiaba por completo. No podía reprimir una bella y amplia sonrisa, y hasta un leve sonrojo de la emoción.

Qué lindo... —pensaba Shinji, cada que lo veía de nuevo por las mañanas.

Kaworu dio unas palmaditas al asiento contiguo, indicándole que se sentara. Claramente Shinji lo haría, así no recibiera aquella innecesaria invitación.

—¡Hola, Shinji!

—Hola, Kaworu... —se sentó junto a él.

—Sé que tal vez estás ansioso, pero en el recreo te mostraré mi sorpresa.

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⏰ Última actualización: Jan 07, 2021 ⏰

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