—Lo hiciste, claro que fue así. Te preocupaste por él.

—Yo estaba aprendiendo a ser madre, no podía cuidar de dos personas y menos de alguien que ya era consciente de sus actos. Debí hacerlo, mamá lo hubiera hecho.

—No eras su madre —le recordé en tono conciliador y cariñoso —Él no necesitaba que lo cuidaran, tú se lo advertiste y no quiso escuchar, fue un rebelde, ese era su problema, no le gustaba ser mandado por nadie.

A pesar de mi intento por animarla, yo sabía que su culpa perduraría, ella tenía muchos sentimientos encontrados tanto como yo, luchar con palabras de aliento no harían el acto mágico de desaparecerlo.

—Debí estar detrás de él —se lamentó con voz abatida —Pienso en las cosas que hubieran pasado si él mismo no hubiera decidido cambiar, ¿Qué crees tú que lo alentó a hacerlo?

Suspiré, cavilé una y otra vez, dándole vueltas a todo pues no conocimos la vida de Evan mientras despareció, la vida que tenía justo antes de buscar a Tom, ¿Habrá hecho algo que le abrió los ojos?

—No lo sé —repuse con aire pensativo, mordiéndome el labio, dubitativa. —Pero me gustaría saberlo en verdad.

(...)

Evan POV

La lista de los invitados en la convención parecía no tener fin, seguir a Tom por todos lados me dejó agotado, solo habían pasado alrededor de tres días y juraba que habían pasado siete; como Tom iba claramente como invitado, le tocaba relacionarse con la mayoría de los invitados también, así que uno de mis muchos trabajos era tratar de recordarle todo su itinerario y preparar sus citas con varios empresarios importantes que se hallaban en busca de buenas compañías. Pronto sería el turno de exhibir nuestra empresa, así que también formé parte de la planeación de exhibición.

Tom y yo estábamos en una habitación de hotel que compartíamos, era muy amplia y lujosa, creí que sería algo modesto pero por nuestra estadía de dos semanas, supongo que entendía porque quería tener todas las necesidades cubiertas.

—Estas papas están deliciosas —Tom estaba comiendo de un gran plato, papas hervidas con especias y aceite de oliva, comía con tanta frenesí que las engulló todas.

Sonreí con discreción, habíamos pasado toda la mañana preparando unas cosas que debíamos exponer a unos cuantos socios, yo no había dormido bien pero desayunamos lo suficiente para seguir manteniéndonos despiertos, ya era casi mediodía y Tom seguía disfrutando de sus papas, macarrón con queso y una rebanada de pizza

Después se rindió con un suspiro, estaba lleno y no se había terminado ni la mitad.

—Estoy satisfecho, ¿Quieres un poco?

Negué, yo seguía comiendo mi ensalada y pollo, había tratado de no comer más comida chatarra, ahora hacía un poco de ejercicio y eso me hacía sentir muy bien, no pensaba dejar la rutina.

—Estoy bien —le aseguré, casi sobre una risa al verlo realmente mal, parecía que la comida el lugar de ayudarlo le había perjudicado.

—Ya estás en forma, si de por sí muchas chicas en la oficina te miran todo el tiempo, con cuerpo de Hércules seguro que se te vienen encima.

Me eché a reír, no podía negar que había unas cuantas chicas que de hecho me habían estado viendo desde el tiempo en que entré a la compañía, ellas mismas a veces pensaban que no me daba cuenta cuando esperaban a que yo subiera al ascensor y entraban al mismo tiempo o incluso deseaban sentarse conmigo en el comedor (cuando lo hacía a veces) prefería salir a comer a un lugar barato yo solo.

Mi Tormento Favorito©+18  [MCF#2]Where stories live. Discover now