III.

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—Es momento de que vayas a hablar con Luzu, tío

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—Es momento de que vayas a hablar con Luzu, tío. —comentó su amigo mientras acariciaba a todos sus perritos—. Por cierto, gracias por la llama.

—No es nada, Mangel. —le sonrió pero miró al suelo retomando el asunto—. Debe estar enojadísimo conmigo.

—Todo se resolverá hablando. —dio palmaditas al mayor en sus dos hombros—. Se arreglarán, lo prometo.

Auron le dio gracias a su amigo por haberle escuchado todos sus problemas. Realmente, no eran muuuy amigos que digamos, pero era el único que estaba "desocupado" en Karmaland. Además, nunca habían tenido algún conflicto para tenerse rencores. Y como muestra de agradecimiento le obsequió la mencionada llama de color rosa que sería un buen y perfecto regalo para Mangel.

Se despidió para que el chico cuidara tranquilo a sus perritos y se fue camino a casa. Ya estaba anocheciendo y tenía que llegar pronto para ir a ver a su mascota Frederick. Obviamente tenía claro que su trayecto pasaba por la oscura y cambiada casa de su vecino. La curiosidad le estaba matando, para qué mentir, así que decidió optar a ir a ver los arreglos que tanto se hablaban en el pueblo. Subió poco a poco las escaleras que llevaban al lugar destinado e inspeccionó poco a poco.

—¿Estará Luzu en casa? —dudó por la hora, era de noche ya.

Visualizó a la lava que caía por cada extremo del lugar. Unas palas con.. ¿sangre? eran visibles en la puerta del muro y sin darse cuenta Luzu lo estaba observando desde muy arriba.

—Pero qué hace ahí, tío..  —pensó mientras sus miradas se conectaban—, qué miedo.

Auron sacó una pala y empezó a sacarle la tierra que tenía y ponerle algunas vallas.

—Luzu, qué haces ahí. —murmuró despacio, se empezaba a cabrear ya—, ¡Baja, cagón! ¡Qué te he puesto unas vallas de mierda! —gritó el menor pero no obtenía respuesta.

Sólo una mirada penetrante en su ser.

—Venga, Luzu. Si quieres algo, estaré en mi casa. —se despidió un poco fastidiado.

Pareciera que el mayor no quisiese hablarle para nada. Auron sabía que Luzu tenía un comportamiento extraño después de perder las elecciones y eso lo justificaba, claro, pero que ahora lo ha pillao' viéndole casi todos los días en reiteradas ocasiones le parecía desconcertado. ¿Por qué el mayor siempre estaba mirando? Realmente pensaba que se había convertido en algún tipo de psicópata ya ¿O acaso le debía algo? ¿O tenía alguna cosa en la cara qué le molestara? Porque, jo'er lo único que tenía en el rostro era lo sexy y no se lo puede sacar.

Bajó las escaleras y se dirigió a su casa. Estaba a punto de dormir y un "trueno" lo sacó de casillas. Miró a todas partes y no había ocurrido absolutamente nada.. sólo un estúpido sonido que, claro, lo tomó de sorpresa nada más.

Vió a Luzu bajar sus largas escaleras con su caballo. Auron supuso que se dirigía a su casa viendo como dejaba al animal a un lado para "hablar".

De repente, el mayor sacó una TNT lista para explotarla con la flecha en su arco.

—Hola, Auron. —musitó retrocediendo unos pasos. Lanzó la flecha y sonrió satisfecho viendo el gran hueco y boquete que le ocasionó—. He venido a hablar.

El menor quedó aturdido por la acción de Luzu y se alejó un poco.

—Te estás pasando, eh. —dijo mientras miraba el desastre en la entrada de su casa—. Tenemos que hablar.

Luzu se limitó a responderle y solamente miraba al menor como se acercaba lentamente. Su corazón latía rápido de vez en cuando y estaba demasiado nervioso por lo que iba a ocurrir ahora, pero no debía demostrárselo.

—Debes calmarte. —agregó Auron—, Esto no está bien.

Luzu rodeó sus ojos por la actitud de él. Claro que le tenía alguna especie de cariño o afecto al chico y por eso estaba haciendo esto.

—Te he traído un regalo. —comentó llevando su mano derecha al bolsillo—, como muestra de mis intenciones.

Auron se estremeció por aquel comentario y "regalo" sorpresa, aunque esperaba lo peor si ahora venía de parte de Luzu.

—Si es una bomba, no la quiero.—dijo resignado dependiendo si eso era lo que tramaba el castaño.

—No es una bomba, es algo mucho mejor.

Y eso fue lo último que escuchó luego de que Luzu le lanzase un frasco con alguna sustancia rara dentro.

Cayó rendido al suelo. Su paisaje y vista se volvió distorsionada. Sombras negras que lo acorralaban era lo único que podía observar y pensar en algo coherente era lo mínimo. ¿Estaba envenenado o algo así?

Cerró sus ojos en un par de segundos y Luzu confirmó que su plan había salido a la perfección.

—Ahora serás mío, Auron.

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a little jealous ! luzuplay.Where stories live. Discover now