Capitulo. 6

975 70 0
                                    

Edmund se dirigía hacia el castillo de hielo y olvido su abrigo en la casa de los castores se abrazo así mismo para evitar el frío pero no servía de nada. Edmund se imaginaba el chocolate caliente, un abrigo y una ricas turcas las cuáles Edmund había probado cuando conocio a la bruja blanca.

— ¡EDMUND! —Grita con todas su fuerzas Lucy.

—Shhh, silencio te escucharán —la manda a callar el señor castor.

Peter está dispuesto a ir por su hermano pero el señor castor se lo impide, agarrando el abrigo que lleva Peter.

—¡NO! —Le dice el señor castor aún agarrado del abrigo.

—¡SUÉLTAME! —Exige Peter y cae en la nieve.

—Es una trampa —, dice el señor castor.

—No podemos dejarlo —dice Susan.

—Es nuestro hermano —le dice Lucy.

—Es el anzuelo. La bruja los quiere a los cinco.

—¿Qué? ¿Por qué? —pregunto confundida Davis.

—Para que no se cumpla la profecía, los quiere matar.

Vemos que Edmud ya se encuentra más cerca de la puerta del castillo.

—Todo esto es por tu culpa —, Susan regaño a Peter.

—¿Mi culpa? —Pregunta Peter ofendido.

—Esto no habría pasado si me hubieras escuchado desde el inicio.

—Oh, por supuesto, cómo que tú sabías perfectamente que esto iba a pasar —, responde Peter.

—Yo no sabía que iba a pasear. Por eso debimos irnos cuando estábamos a tiempo.

—¡YA BASTA! —Grita Lucy —. Asi no vamos a salvar a Edmud.

—Tiene razón. Ahora, solo Aslan puede ayudar a su hermano y amigo.

—Señor castor, llevemos con Aslan —hablo con gentileza Catalina.

...

Edmund al fin llegó al castillo, entro por la puerta sin ningún problema  el jardín estaba lleno de estatuas, las cuales se ven muy realistas, mientras caminaba las admiraba, Edmund se detuvo por unos momentos recoge una raba del suelo; empezó a dibujar frente a una de las estuas, le hizo unas gafas redondas, junto con un bigote. Feliz por lo que hizo, tiro la rama al suelo. Volvió su camino, faltaba poco para llegar a la puerta del castillo de hielo, en medio de las escaleras había una estatua de un lobo. Edmund paso el primer pie, el lobo se le vanta y lo tira al suelo y se posiciona sobre él.

—Quieto forastero, o no volverás a moverte. ¿Quién eres?

—Soy Edmud. Conocí a la reina en el bosque. Me dijo que viniera aquí, es verdad soy hijo de Adán.

El lobo al escuchar esas palabras se quita y se hace a un lado, para que Edmund se ponga de pie.

—Mis disculpas, afortunado favorito de la reina, o tal vez no tan afortunado.

El lobo escolto a Edmund, ambos entraron al castillo, en lo alto de unas escaleras se encuentra un trono de hielo, con una piel blanca.

—Espera aquí —, ordena el lobo para irse a una puerta.

Edmund admiraba el lugar con asombro, se sube a las escaleras, al estar frente al trono decidió sentarse y volver admirar el lugar con una sonrisa. Se imagino siendo rey de Narnia, teniendo a su hermano Peter y hermanas siendo sus sirvientes, mientras que Catalina siendo su futura esposa.

Las crónicas de Narnia: El león, la Bruja y el ropero Where stories live. Discover now