23 | Es hora de contar la verdad.

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No volver a confiar.

Esa frase se repetía un sin fin de veces en mi cabeza.

Estaba acostado en mi cama con la cabeza colgando y un cigarrillo entre mis labios, no había nadie en casa y yo ni siquiera había querido volver a la Universidad. Una semana exacta carcomiendome la cabeza con lo que ese tal Lorenzo, si no me equivoco en el nombre, dijo.

Natalie sabe mucho más de lo que decía saber, incluso, aún lo sigue sabiendo y no ha intentado contarme. Después de todo ella es como todas las personas, creen que con mentir u ocultar cosas van a proteger a los demás, sin saber que es cuando más daño le hacen.

Le di la última calada a mi cigarrillo y luego lo tiré al suelo, me incorporé y lo aplasté con mi zapato. A estas alturas ya debí haberle reclamado a mi madre y quizá sacado toda la verdad, pero soy un cobarde, un cobarde que se sigue refugiando en sus vicios.

Mi celular vibraba, era una llamada. Tobías para ser específico.

Viejo, ¿por qué no has venido? Te estás perdiendo un montón de examenes, ¿no piensas recuperarlos? — habló desde el otro lado de la línea.

—No, realmente no pienso recuperarlos. Da igual, repetiré el semestre.

¿Qué rayos dices? ¿te encuentras bien, amigo?

Suspiro.
—Ahora no quiero hablar, Tob. —corto.

Caminaba de un lado a otro, estaba demasiado frustrado, me palpitaba la cabeza de tanto pensar. Tomé un poco de pan con mermelada y empecé a comer a ver si eso me distraía, pero ni siquiera pude terminar de comer.

—Aiden, hijo, ¿estás bien? — pregunta mamá entrando a la cocina con el entrecejo levemente fruncido.

—¿Quién es el papá de Natalie? — espeto.

Ella me mira totalmente sorprendida. Es obvio que ella debe saberlo, no tengo ni la menor duda que es así.

—Yo... no lo sé, ¿por qué me preguntas eso?

Golpeo la mesa y ella se sobresalta.

—¡¿Hasta cuándo más mentiras?! —grito.

—¿Qué demonios te pasa, Aiden? — pregunta mi hermano al escuchar todo el alboroto.

No sé en qué momento llegaron a casa para ser sincero.

—Pasa que sé muchas cosas Jael, cosas del pasado de nuestros padres que jamás nos iban a contar probablemente.

Mamá me mira completamente confundida.

—¿Qué... qué sabes? —pregunta casi llorando. — ¡No sé de qué hablas!

—¡Estoy vivo porque te violaron! ¿eso nunca me lo ibas a contar o sí? — estoy enojado, muy enojado.

—Necesito que ambos se calmen — dice Jael poniéndose en medio de los dos con su mirada fija en mamá. —, vamos a tener una conversación mamá, es hora de que nos cuentes toda la verdad.

Estábamos en la sala, sentados en los sofás, mamá tenía un vaso de agua en sus manos mientras lloraba.

—Yo... yo en serio lo siento. — sorbe su nariz. — No quería que se enteraran de mi pasado a través de otra persona, no pensé que podría pasar, pero la verdad siempre sale a la luz. — me mira y yo aparto la vista hacia otro lugar. — Antes de empezar, quiero decirles que oculté todo porque viví un pasado horrible, no me gusta revivirlo, todos estos años he intentado olvidarlo, enterrarlo, Dios... — suspira. — No es fácil, he tenido miles de pesadillas por las noches, el psicólogo no ha ayudado mucho tampoco, y yo, sólo quería protegerlos de mi pasado, no quería que supieran todo lo que sufrí, no quería que existiera algún tipo de rencor en ustedes.

—¿No quieres que exista ningún rencor? Entonces deja de ocultar cosas. — hablo apretando mis dientes.

Llora con más fuerza.
—Lo siento Aiden, de verdad.

—Es mejor que empieces a contar todo mamá. —aporta Jael un poco decaído.

Aquí vamos...

—Me secuestraron, una mafia, narcotraficantes para ser específica, usaban a mujeres para vender su droga, a otras las prostituian, no había mucho qué hacer, si no lo hacías, entonces te golpeaban. Escapar de allí era imposible, lo intenté una vez y gracias a ello recibí un balazo y un montón de golpes. — toma un poco de agua para luego continuar. — El cabecilla de todo eso era Alan Blacke, el papá de Jael, y mi padre también estaba detrás de todo eso, sólo que no sabía que su queridísimo socio había raptado a su hija.

Me levanto del sofá y paso las manos por mi cabello, cada palabra, cada frase que está narrando mamá se reproduce en mi imaginación como si fuese una película.

—Jessica, la madre de Natalie, ella trabajaba para ellos, junto con su hermano. Al igual que Lorenzo, o como le llamaban: Escorpión. Él fue quién le pagó a alguien para que me violara, no sé quién fue, de verdad no lo sé. —Llora aún más fuerte. — Ellos nos drogaban para así poner manejarnos más fácil, vi como mataban a una mujer, sufrí en carne viva, aún tengo secuelas de todo lo vivido, cicatrices que jamás se borrarán de mi piel.

Entonces se queda en silencio, sé que no seguirá hablando y tampoco se lo pediré.

Paso mis manos por mis mejillas que se encuentran húmedas, ni siquiera me había dado cuenta que estaba llorando. Escuchar todo lo que sufrió mi madre dolía, ahora sí puedo ponerme en su lugar y tratar de entender el por qué ocultaba su pasado.

Miro a mi hermano, está con la cabeza gacha, pero sé que está llorando.

No puedo evitarlo y me acerco a mamá para abrazarla. Apretujo su cuerpo contra el mío y siento como vibra. Justo ahora puedo entender por qué ocultaba todo, no la voy a justificar, pero no debe ser fácil vivir lo que ella vivió.

Mamá suele usar ropa que tape todo su cuerpo, elegante por supuesto. Llegué a verle una que otra cicatriz, pero jamás me imaginé lo que se escondía detrás de todo eso. Ahora podía entender por qué nos quería lejos de Natalie, no es por ella, es por su madre, fue una mujer demasiado cruel en su pasado y ella sólo quiere protegernos.

—No quiero que se alejen de Natalie —dice. —, pero tampoco quiero que les pase nada.

Mi hermano se acerca y se une al abrazo.

Mamá era buena, una mujer luchadora, y me amaba; a pesar de todo ella me amaba. Creo que soy el chico más afortunado del mundo por tenerla. Justo ahora analizo el amor tan grande que siento hacia ella, y quiero cambiar, no más cigarrillos, no más alcohol, deseo ser un mejor hijo para ella. Y Natalie, quizá sea buena elección alejarme, aunque la esté queriendo con muchas fuerzas, aunque mi corazón quiera salir de mi pecho justo ahora por ser tan idiota y tratarla como la traté.

Lo que no sabía que mientras más intentaran alejarse, el destino los volvería a unir.

~º~º~º~º~

Nota de autora:

Hola Hola caracolas, ustedes dirán 'Elena ni en cuarentena actualiza' jsjs, no sé si dirán eso, pero al menos yo si lo pienso.

Les juro que estoy haciendo todo lo posible para escribir y actualizar , pero mi imaginación no está ayudando mucho.

Sin mucho palabreo aquí les dejo un nuevo capítulo. ¡Elena al fin les cuenta su pasado a sus hijos!

Dejen sus comentarios por favor, me gustaría leerlos. Y no olviden votar.

Xoxo.

Ah, y recuerden: ¡Quédate en casa!

Cicatrices | 2 | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora