-Sé más respetuoso con tus mayores, niña.

-¿Qué eres un anciano senil? -Aarón sonrió y se me acercó, demasiado diría yo.-

-Más bien sería un viejo verde. -Se relamió los labios y yo lo aparté de un empujón.- ¿Te he puesto nerviosa?

-Cállate y muere. -Aarón carcajeó y a mi se me pegó su risa.-

Sí, ya estaba mejor pero a decir verdad, cuando ellos me dejaban en casa volvía a pensar en Bokuto y me deprimía, lo quería y quería estar con él, pero me daba tanto miedo hablarle para que me fuera a ignorar de nuevo...

-¡______! -Alcé la cabeza para ver de donde venía esa voz, por fin había venido Kuroo a buscarme, incluido Kenma. Supuse que estaría allí por obligación de Kuroo.-

Había quedado con él para practicar así que me despedí de los chicos con un fuerte abrazo y corrí hacia donde estaban ellos, nos fuimos del skatepark para ir a nuestro parque de siempre.

-Y ahora Olya es una de las más populares de la academia, ha estado utilizando a Bokuto para ello. -Kuroo suspiró molesto.-

-Debería hacer algo...

-Kuroo, esto es cosa de nosotros, no es necesario que hagas algo. -Él me miró sorprendido y después negó.-

-No ______, eres una muy buena persona y no pienso dejar que Bokuto haga semejante tontería por mucho más tiempo, porque te está haciendo sufrir demasiado. -Agaché la cabeza un poco.- ¿Qué pasa?

-Hace unos días han surgido unos rumores... -Pausé un momento para suspirar.- Dicen que han visto a Bokuto salir de la casa de Olya.

-¿Cómo? -Kuroo apretó los puños molesto, y su cara daba realmente miedo.- Me estoy hartando de que sea tan gilipollas... -Murmuró.-

Llegamos al parque pero en vez de entrenar, Kuroo se puso a explicarme lo que haríamos mañana para arreglar esto, y por mucho que me quisiera negar, Kuroo me insistió tanto que al final tuve que aceptar.

-Entonces, quedamos detrás de la academia después de su entrenamiento. Yo me encargaré de retener a Bokuto todo lo que pueda con la ayuda de Akaashi y tú, harás que Olya diga la verdad y para que está con Bokuto.

-Pero...

-Me aseguraré de que no haya nadie en el gimnasio, solo nosotros. -Suspiré nerviosa, no quería hablar con Olya de nada, pero supuse que tendría que hacerlo por las buenas o por las malas.-

Hablamos un poco y después me acompañaron a casa, cuando ellos se fueron le envié un mensaje a Mei diciendo que si podía venir a mi casa para contarle del plan de Kuroo, quería que también me ayudara ya que me sentiría un poco más segura con Mei cubriéndome las espaldas.

Ella aceptó encantada, aunque no sé si lo hizo para ayudarme o para ver a Kuroo en persona, pero que más da, lo importante ya se había dicho.

-Se va a enterar esa zorra rusa... -Golpeó su mano con su puño derecho y yo me eché para atrás, Mei siendo vengativa es lo peor que puedes ver, es el mismísimo infierno personificado.-

Seguimos hablando hasta que se hizo de noche, por lo que Mei se quedó a dormir en mi casa. Al día siguiente me despertó antes de lo normal de un tirón, haciendo que me cayera de la cama, después de perseguirla con la escoba para vengarme, nos vestimos y desayunamos para luego ir juntas a la academia.

Estaba nerviosa por ese día, sentía escalofríos en la espina dorsal y eso significaba peligro.

-Tranquila, sabes que mientras esté contigo no te va a pasar nada malo. -Sonreí a Mei agradecida y ella me imitó.- Jamás dejaría que Olya te hiciera algo.

Ángel. ||Bokuto Kotaro.Where stories live. Discover now