Una (gran) novela de fantasía medieval, acción y misterio basado en una de las más grandes tramas que he tenido en el tiempo en el que he estado en la comunidad del rol. Esta trama significa mucho para mi, marcó un antes y un después en muchos aspec...
Tras las sombras, de árbol en árbol, dejando a su espada grandes ráfagas de aire que hacían mover las hojas de manera violenta, tan solo podía alcanzarse a ver una pequeña y rápida sombra. Podría decirse que hasta casi invisible, de no ser por sus bruscos e indiscretos movimientos.
La sombra menuda se paró de forma repentina en una robusta rama de un gran y majestuoso roble, situado frente un gran lago de agua opaca pero resplandeciente. Su cara era redonda; tenía grandes ojos similares al de un lince, con un color grisáceo-blanquecino bañando su iris. Su nariz era pequeña y respingada, y una tierna manta de pecas cubría sus mejillas y parte de su nariz, dándole un toque dulce e inocente. Sus labios eran algo carnosos, algo rosados y con forma de corazón. A los extremos de la cabeza, se encontraban unas pequeñas y pálidas orejas pero ocultas por una espesa, larga y ondulada melena de un delicado color naranja claro. como bien se ha dejado claro, era de pequeña estatura, y su cuerpo era de complexión atlética. su tez blanca y su apariencia, mostraban una pequeña y delicada niñita, como cual muñeca de porcelana.
Acto seguido, dio un pequeño salto aterrizando en el verde y frondoso pasto, flexionando un poco sus piernas para mantener el equilibrio. Flexionó sus piernas constantemente, pero con calma, dirigiéndose poco a poco al inmenso lago que tenía frente sus ojos. Tomó un largo y profundo respiro.
Relajó sus hombros y sus pómulos, comenzando a escrutar el horizonte, como si algo fuese a aparecer de la nada en el cielo. El sol comenzó a caer, dejando una bella mezcla de colores cálidos en el cielo del alba, así reflejándose también en el agua. Bajó su cabeza para observar su tenue reflejo debido al intenso color del cielo la cual reflejaba el agua. Flexionó de nuevo sus piernas, así poniéndose en cuclillas, para , al instante, extender su brazo, haciendo que las yemas de sus dedos toquen el agua. Mientras, pronunciaba con determinación:
-''Fortitudo mea tuenda hoc regni tenebras current non succumbet.''
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