Capítulo 1.- El inicio.

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Salí 30 minutos más tarde de la escuela. Por suerte Ken aún estaba en clases así que me adelantaría para preparar la comida, unas hamburguesas, nuestras favoritas.

De camino a casa, me detuve a escuchar las noticias, de nuevo, el tema principal era sobre los ghoul...

No podía pensar en nada más que en la vida de ellos, huyendo, marginados de la sociedad. ¿No habría alguna forma de convivir? Tanta violencia... tantas muertes. — Solo hacen lo que necesitan...- baje la mirada al notar que hable más alto de lo que esperaba entre pensamientos.

Avergonzada mire al suelo abriendome camino bajo la mirada amenazante de los presentes.

[***]

Al llegar a casa puse las hamburguesas que había comprado en una olla y las deje cocer un rato... recibí una llamada mientras lo hacía. — ¿Hola? ____-chan.- sonreí al oírlo hablar. —Llegaré... un poco más tarde...- era Ken.

— ¿Uh? - me sente en el sofá para estar más cómoda. — ¿Quéee? ¿Acaso tienes una cita?- sonreí de oreja a oreja, después de todo a estado actuando raro últimamente y ya tiene 17, así que...

— ... Es algo así...- respondió quedito,  pude sentir como se sonrojaba.

— ¡Me alegra Ken!... a decir verdad ya era hora, pensé que serías un lindo uke.- ahoge una risa, mientras esperaba su respuesta.

— !!____!!- grito más apenado que enojado. — B-bueno tal vez tengas razón.

— Jaja, bueno te veo en la noche, ten cuidado...- me preocupaba un poco el asunto de los ghouls, además Ken nunca llega tarde a casa por lo que no pude sentirme algo ansiosa.

Termine la llamada y mire el celular en mi mano. — Tranquila, todo estará bien. ¡Esto tenía que pasar!- fingí llorar un poco, esta será la primera tarde que pasaré sola...

Ken no regresó en toda la noche, y sin evitar pensarlo... él ya es todo un hombre.

— Jum, mi hermano ya ha crecido.- esta vez salieron un par de lágrimas por la emoción. Mire el reloj, eran las 2 a.m., cuando me apague la televisión.
Si Ken me encontraba despierta seguro me hechaba la bronca.

A la mañana siguiente desperté, siendo lo primero que hice, correr al cuarto de Ken para felicitarlo por la maravillosa noche que tuvo,  pero al llegar a su habitación encontré una cama vacía, la cama estaba aún hecha y las cortinas no habían sido cerradas durante la noche. Ni mensajes ni llamadas, le marque y no contestaba... me estaba asustando, y mucho.

Dos días después recibí una llamada.

— Habla, ¿Kaneki _____?- preguntaron del otro lado de la linea con voz cansada.

— ...¿Eh?...- dude por un momento. — S-si ella... ella habla...- era la voz de un hombre mayor, muy parecida a la misma de aquel señor que nos intento quitar la casa hace ya casi 8 años...

— Señorita, su hermano esta en el hospital, sufrió...- hizo una pausa para tragar saliva sonoramente, podia oírlo a través de la bocina. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. — Tuvo grave accidente.- sentí como todo a mi alrededor se detenía.

— ¿Q-que?...- logré pronunciar con un enorme nudo en mi garganta. Deje caer el teléfono y sentí como comenzaba a llorar, no podía perder a la única persona que quería en este mundo... Tome algunas cosas para él y salí hacia el hospital.

En la puerta me esperaba una enfermera, en silencio me guío por los pasillos hasta la habitación donde se encontraba Ken. La enfermera me dejó en la puerta, con una sonrisa de compasión en labios y lastima en los ojos, me dejo sola... dude un poco en abrir, no me habían dicho nada, ¿qué le paso a Ken? Entre lentamente y tire de la cortina que dividía el cuarto, cuando lo mire no pude creer que el que estaba en la cama era mi hermano, por cada paso hasta la camilla conte una herida, por cada lágrima conte un moreton, al estar junto a él sostuve su mano cuidando no sacar la enorme aguja en ella. —Ken...- musite asustada ante su aspecto. Sentí el corazón estrujado bajo la piel.

[***]

Pasaron algunas semanas y Kaneki, se podría decir, se estaba recuperando, no comía pues decía que le provocaba náuseas, era raro puesto que siempre comía bastante, pero los doctores insistían en que era una especie de trauma o algo así por lo ocurrido. Hoy por fin lo daban de alta y podríamos ir a casa, a nuestro pequeño universo...

— Oye, K-kun, ¡hoy haremos un gran pastel de chocolate!...- dije colocando la mochila en ambos hombros. Me hacia mucha ilusión.

— No.- contestó tajante. Con la mirada pérdida y triste en alguna parte del pavimento.

— ¿P-por qué?- me acerqué y tome su manga derecha con delicadeza. — A ti te encanta el pastel de chocolate...- dije tratando de animarlo y animarme a mí.

— El sólo pensar en el pastel me da náuseas...- baje la mirada por su respuesta... me costo sostener una sonrisa, no sabía como contestarle.

— Hey Kaneki si no comes algo regresarás al hospital... yo no quiero eso...- tome su manga con un poco más de fuerza. — Debes intentar comer o...

— No te preocupes, estaré bien...- me interrumpió, dio media vuelta comenzando a caminar, ¿qué le pasa? Aún no me contaba lo que pasó esa noche... creo que su cita... falleció. No podía creer que ni porqué fuera su hermana me lo contó... ni a Hideyoshi, él también me había preguntado si sabía algo, era extraño que Kaneki actuará así, si él no me decía buscaría como averiguarlo.

~Kaneki~

Aquella noche fue horrible, la chica con la que había salido resultó ser un ghoul, intento comerme pero por alguna razón ella murió... no puedo comer porque me da asco y sólo pienso en algo, carne. Intente probando carne de res o cerdo o cualquiera otra pero no servía, incluso la mordí cruda en un momento de desesperación, pero... termine vomitando igual.

Aún no entendía lo que pasaba, tenía miedo y hambre, lo peor era que no sabía como decírselo a Hide o a mi querida hermana...

[EDITANDO] Serás mía. Uta&(reader) [|Tokyo Ghoul|]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora