Lo sabía,
Sabía que después de leer eso no volverías a hablarme.
Me evitabas.
Me mirabas con esos ojos fríos que parecían estar captando lo que yo sentía.
Quise y quiero ser perfecta ante tus ojos.
Pero tú, no me apreciabas.
Te cansaste.
Y me mandaste al zafacón.