—Me vuelas la cabeza —murmuró y apretó fuertemente sus caderas.

Evelyn sonrió y metió su mano bajo la remera de Justin para acariciar sus pectorales. Cuando estaba por quitarla del camino, el sonido del celular sonó interrumpiéndolos, era el de Justin. Este gruñó molesto y lo tomó del bolsillo de su pantalón para tirarlo sobre la cama.

—Atiende —dijo Evelyn alejándose un poco de él.

—No, vuelve aquí —pidió con la respiración agitada y colocó sus manos en su espalda para acercarlo a él, pero el celular no dejaba de sonar provocando que ambos se irritaran—. ¡Mierda! —exclamó.

Evelyn volvió a alejarse y siguió acariciando su pecho por encima de la remera mientras Justin tomaba su celular molesto. Bufó al ver que era Susan.

—Hola Susan —dijo cuando atendió y pegó el celular a su oreja.

Sonrió al ver como Evelyn levantaba la ceja y negó con su cabeza.

—Hola Justin, disculpa que te moleste. Pero necesito que vengas al restaurante, hubo un problema.

—¿Qué sucedió? —preguntó preocupado.

—Prefiero que lo veas, ¿puedes venir?

—Claro, en unos minutos estaré allí. Adiós —respondió y cortó la llamada—. Tengo que ir, ha surgido un problema en el restaurante.

—Está bien —respondió un poco desilusionada. Se quedaría con las ganas de follar.

Se levantó de la cama y comenzó a buscar su ropa. Justin también se levantó y la tomó por la cintura.

—Me encantaría quedarme aquí contigo, pero en serio tengo que atender ese problema.

—No te preocupes Justin —respondió Evelyn y sonrió.

Justin bufó por tener que irse y acomodó su miembro en su pantalón para que no se notara como estaba.

—¿Quieres venir conmigo? —preguntó provocando que Evelyn se sorprendiera. Él también se sorprendió por su pregunta.

—No creo que sea lo correcto, es tu trabajo. Luego puedes volver si quieres —respondió Evelyn.

Justin sabía que tenía razón, pero de todos modos no cambió de opinión.

—Pero quiero estar contigo —respondió y se encogió de hombros—. Además es posible que en algún momento trabajes allí si quieres seguir con las clases de cocina, ¿qué dices?

—Está bien, espera que me cambio —dijo y Justin sonrió.

—Grandioso.

Media hora después, Justin aparcó el auto frente a su restaurante y frunció el ceño al ver que había dos patrullas también estacionadas allí. La lluvia seguía cayendo con fuerza sobre la ciudad y no tenía intenciones de parar.

—¿Qué mierda ha pasado? —se preguntó a sí mismo y bajó el auto. Lo rodeó y le abrió la puerta a Evelyn—. Vamos linda.

Esta salió sintiéndose nerviosa por alguna razón y se colocó a su lado para comenzar a caminar. Se sorprendió cuando sintió que Justin tomó su mano con posesión, esta vez no había sido un impulso.

—¿Quieres que te suelte? —preguntó Justin al ver su cara.

—No si no quieres hacerlo —respondió Evelyn sonriendo.

—No quiero —le guiñó un ojo.

En la puerta del restaurante se encontraba Susan hablando con algunos oficiales. Justin frunció el ceño al ver que la gran vidriera del frente estaba completamente rota.

MasterChef ➵ j.bWhere stories live. Discover now