De secuestros extraños y fiestas de Halloween

Start from the beginning
                                    

«Appa sangeo ttururutturu.

Himi sen ttururutturu.

Badatsok ttururutturu.

Appa sangeo.

Halmeoni sangeo ttururutturu.

Jasanghan ttururutturu.

Badatsok ttururutturu.

Halmeoni sangeo.»

Alguien a mi lado empezó a tararear la canción y yo seguí con mi concierto interno, olvidándome hasta de que me estaban secuestrando y a saber tú a dónde me llevarían y qué me harían.

«Halibeoji sangeo ttururutturu.

Meotitneun ttururutturu.

Badatsok ttururutturu.

Halibeoji sangeo.»

—Ya mariquitas, es increíble que nos estemos llevando a un tipo que se sepa ésta canción por completo.

Esa voz... Es hermosa.

—¿Aún no hemos llegado? —Pregunté.

—No y te agradecería que mantuvieras esa boca cerrada hasta llegar —dijo el dueño de aquella voz.

—Está bien, pero sólo porque me lo pides tú.

Sentí que pasó una eternidad cuando por fin el vehículo se detuvo.

—Bien, lo dejan donde acordamos y del resto me encargo yo —dijo el dueño de la hermosa voz.

Me bajaron del vehículo y al poco tiempo de caminata escuché como abrían algunas puertas, supuse que estaba en una especie de casa.

Nos detuvimos y uno de ellos colocó su mano en mi hombro, empujándome al piso, caí de rodillas.

—Quédate allí, ya vendrá el superior a realizar lo necesario contigo.

—Uy, ¿y qué cosas me hará? —pregunté coqueto.

—No lo sé, hombre, pero mejor no te emociones.

Escuché como cerraban una puerta y luego el silencio era lo único que me acompañaba en ese momento o eso pensé cuando algo tocó mi hombro, del susto grité como nena y me dejé caer aún más al suelo.

—Gritas como niña —dijo el chico con voz de ensueño.

—Disculpa por asustarme a tal punto —solté a modo de reproche mientras me acomodaba sobre el piso nuevamente, quedando apoyado en mis rodillas.

—Pareces un cachorro que sabe que lo van a sacrificar.

—No soy un cachorro, pero presiento que si me vas a sacrificar.

—Vamos, tampoco es para tanto.

—¿No es para tanto? —dije alteradamente. —¡Voy a morir!

—Bueno, si te sigues quejando así probablemente si te sacrifique.

—Y yo no quiero morir... Esperar, ¿qué?

—Sólo quiero algo tuyo, pero si me gastas la paciencia serás un sacrifico perdido porque no me servirás.

—¿No te serviré? ¿Entonces qué quieres?

—Chico bonito, ¿harías algo por mí? —dijo en un sensual susurro mientras acariciaba mi mejilla.

—Dime.

—¿Me dejas ver tu lengua? Solo la veré, no te preocupes.

—Está bien —accedí un poco desconfiado mientras abría la boca para dejar salir a mi lengua.

De secuestros y fiestas de Halloween. [Kaisoo]Where stories live. Discover now