Transformando El Dolor

Dicen

Cuenta la leyenda que, en una isla en el extremo del océano, existe un lugar donde llegan las partes de las almas rotas. Dicen que, solo si te atreves a navegar por lugares inhóspitos, venciendo a cada uno de tus miedos y todo aquello que ocultan las aguas, puedes llegar a ella. Y el premio por encontrarla es poder reparar cada fragmento en que el alma se ha ido partiendo, pero no sin antes sentir el dolor más triste que nadie jamás ha sentido.

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Sabor

Los días se hacen largos, las noches son más silenciosas. La prisa se pone en cámara lenta al contemplar la enormidad de la casa y hasta el mate ya no sabe igual. Recuerdo la primera vez que cambió su sabor, pues en las charlas de un domingo a la mañana faltó una compañía, la de su amigo en la mesa. Sí, esa vez, a ese dios, se le ocurrió llamar a mi viejo.

Entonces, ella con todo su amor logró que todas las tardes y mañanas tomaran otro sabor. Otra yerba tal vez, otra mano esperando que el agua se calentara para nuevas charlas, un día con un poco menos de azúcar porque había que cuidarla, mientras sus manos se arrugaban, pero calentaban igual que cada mañana. Sí, mi vieja los hacía mejor que nadie. Hasta que un día el agua hirvió y otra vez su sabor cambió, ella ya no estaba esperando una charla y otra vez, ese dios, quiso llevarse a alguien más de esta casa.

Y el mate ahora está sin un nuevo sabor, tan solo recordando las manos que lo cebaban. Ahora somos él y yo, charlando en el silencio. Y tal vez, alguna vez, le encontremos algún nuevo sabor, ahora que no sabe a nada.

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Campo de Flores

La tierra está en silencio, el pasto capta la luz de sol, piedras con fechas y nombres se llenan de colores. Se escuchan algunos llantos, lamentos y alguna leve mueca que trae con ella un recuerdo. "Es mentira" - dice tu mente - "Esa persona no está en ese lugar".

El humano crea fechas para gastar en algo. Y al mismo tiempo ese sentimiento encontrado de personas felices y aquellos grises por no poder compartir una fecha. Es por esto que muchos sienten el impulso de ir a sembrar ese campo de flores, de darle algo de color a ese gris y callar las voces que dicen "¿Por qué, si ellos no están en ese lugar?" Y te preguntas si hay algo más.

Querés gritar, "¿Por qué demonios ya no están?".

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Aroma

El Jazmín de mamá volvió a florecer. Y me hace acordar lo mucho que le gustaba su olor. Aunque, de hecho, no recuerdo porque lo trajimos de nuestra anterior casa a donde vivimos ahora, es como si él ya hubiese sido parte de ella.

A veces creo que Mamá tenía aroma a Jazmín. Cuando no estoy bien, lo miro esperando a que llegue el momento que vuelva a florecer, es una forma de ver que, pase lo que pase, siempre las cosas vuelven a nacer. Casi siempre florece por la misma fecha. Ella le puso "jazmín de navidad", ya que, pareciendo casualidad, siempre florece en esa misma época. Siempre esperaba a esa fecha para verlo renacer, algo en ella cambiaba, le daba alegría verlo.

Y ahora cada vez que yo lo veo, ella renace en alguna parte en forma de algún recuerdo con ese mismo aroma en su mirada.

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A veces

Hay días que simplemente estás cansado, a pesar que existe algo que te dice que no te quedes todo el día en la cama, escuchando en el silencio tus pensamientos como el eco en una caverna oscura, sin siquiera tener ganas de ver la luz del sol.