𝐂𝐀𝐏 𝟎𝟑

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No estuvo seguro de cuánto tiempo pasó ahí parado. Cuando regresó a la realidad, JaeHyun esbozaba una sonrisa preciosa que lo embargó de sentimientos contradictorios, pues pese a las mariposas revoloteando en su estómago, llevándolo a aquellos días de la secundaria, su sed de venganza y de hacerle pagar por lo que en el pasado hizo, lo impulsaba a continuar y a sacar lo peor de él.

—¿DoYoung? —preguntó el castaño, levantándose. Escuchar su nombre proviniendo de su boca era definitivamente un nuevo sentimiento. JaeHyun extendió una mano en su dirección, mano que DoYoung no dudó en apretar.— U-Un gusto.

No se acuerda de mí.

—Lo mismo digo —sonrió. JaeHyun señaló el asiento frente a él, indicándole que se sentara. Acató la tácita orden y el castaño lo imitó.

Se sentía nervioso, irremediablemente carcomido por la ansiedad. Esperaba que el efecto que JaeHyun ejercía sobre él cuando eran adolescentes, ya se hubiera disipado, pero cada minuto que pasaba, sólo parecía confirmar su temor de no haberle superado por completo.

La muchacha atendiendo se acercó con una bandeja, de la cual sacó un milkshake para entregárselo a JaeHyun, y luego volteó hacia DoYoung para tomar su pedido. Un vaso de agua, pues estaba bastante seguro de que sus nervios no le permitirían comer. Una vez que la mesera se hubo ido, JaeHyun se atrevió a hablar.

—Entonces —silbó, capturando la atención de DoYoung, quien hacía lo posible para no perder la cordura—. ¿Llevas mucho trabajando en el negocio de novios falsos?

—No —admitió, tras aceptar su peculiar táctica para romper el hielo—. No se originó hace tanto ¿sabes?

—Ya... ¿Y te gusta?

—A veces. Depende de la clientela. Nunca sabes cuándo tu pareja será un psicópata o un asesino serial.

JaeHyun le sonrió.— Yo no soy un asesino.

—Es bueno saberlo —bromeó, recibiendo una risilla adorable como respuesta. Carraspeó, repentinamente el aire volviéndose tenso y sofocante. Dios, esto apestaba—. ¿Y por qué quieres un novio falso? Eres... lo suficientemente guapo como para no pagarle a alguien para que te acompañe.

—Dios —rió, las mejillas sonrosadas haciendo evidente su vergüenza—. No necesitas ser amable, sé que no soy atractivo —DoYoung quería golpearlo en la cara. Si JaeHyun no era guapo, ¿entonces qué demonios era él? ¿Un mutante?—. Lo cierto es que no he querido salir con nadie y... supuse que arrendar un novio no me vendría mal para esta ocasión.

—¿Ah sí? —Enarcó ambas cejas y JaeHyun asintió. Esto sonaba como material útil para sus planes—. ¿Cuál es la ocasión?

—Le he dicho a mis amigos que tengo novio y que vayamos en una cita doble.

—Les mentiste —puntualizó extrañado. JaeHyun volvió a asentir—. ¿Por qué?

—Es... es una larga historia. ¿Qué dices? ¿Estarás disponible mañana a la hora del almuerzo?

—Claro que sí —dijo forzando su mejor sonrisa. Estiró su brazo hasta alcanzar la mano de JaeHyun sobre la superficie de la mesa—. Estoy completamente disponible para mi novio.

Voy a destruirte, hijo de tu mamá.

—¿Deberíamos inventar una historia?

—Por supuesto, es crucial —dijo DoYoung sin pasar por alto la mirada avergonzada que JaeHyun le dirigió a sus manos—. Necesitamos coordinarnos. Si quieres que salga bien.

—Lo quiero. Es sólo que... —Suspiró, apartando su mano de la suya y echándose hacia atrás en su asiento—. Quizá esto no sea una buena idea.

Estaba arrepintiéndose, DoYoung lo sabía, y estaba bien. Varios clientes habían hecho lo mismo antes. Era la gota de consciencia que no podían olvidar, de donde nacía la culpabilidad por generar tal mentira y el último momento en el cual tenían la oportunidad de retirarse. DoYoung respetaba las decisiones de sus clientes, si querían continuar o parar era problema suyo. No obstante, esta vez no podía permitirse darle la opción de escapar.

—No dudes, JaeHyun. Haré un buen trabajo —le aseguró, percibiendo la desconfianza que emanaba de los ojos asustados del castaño—. Podemos empezar por lo básicos, como... —Miró el cielo, pensativo—. ¿Motes románticos?

—¿Qué? —rió. DoYoung reprimió una sonrisa. Lo tenía—. ¿Acaso me llamarás amorcito?

—Sólo si quieres.

JaeHyun volvió a reír y sacudió su cabeza con suavidad, un gesto que DoYoung no pudo evitar observar con adoración. Etéreo. Maldijo en voz baja por andar fijándose en cosas que a estas alturas de su vida simplemente debía ignorar. Su mirada chocó con la del castaño, donde el pasado aún existía. Porque no importaba cuanto hubiera cambiado, sus ojitos cafés seguirían siendo los mismos, y le aterraba que ellos fueran el talón de Aquiles que le impedirían continuar.

'RENT A BOYFRIEND' ─JAEDO Where stories live. Discover now