(BL) CARAMELO DE LIMÓN.

Un Mundo Nuevo. (Parte 1)

La chica rubia le sonrió a Dorian y este intentó no distraerse con el escote profundo de su pecho, le hablaba de lo bello que era Rusia en aquella época del año y demás cosas a las cuales él sólo asentía y sonreía. Ella hablaba sin parar, se reía y gesticulaba con las manos, estaba bastante animada, él sólo le contestaba ocasionalmente pero a ella parecía bastarle.

Ella decía ser americana. Dorian sabía que no lo era, esa aparentemente confiada y parlanchina rubia era Sophi Chen, una agente de la inteligencia china.

De padre de origen chino y de una madre rusa de la cual había heredado el físico, se aprovechaba de su apariencia nórdica para despistar, y hacía un excelente trabajo.

En sólo una semana la rubia ya tenía comiendo de su mano a Derek Mamáyev, su objetivo.

Había estado con ojos y oídos puesto a todo lo que ocurría en ese hotel desde que había llegado hace diez días, y había visto como esa rubia, en menos de una semana interceptaba a Mamáyev, coquetea con él y poco a poco se ganaba su confianza.

Ella era muy buena en lo que hacía, pero, era una pena, no sabía cuál era su objetivo y él tenía sus propios planes para Mamáyev.

Sería su fuente.

Tenía que descubrir dónde llevaban a los Omegas que secuestraban.

Pero ya llevaba diez días investigando y no descubría nada todavía.

Incluso si tenía ocultos micrófonos y cámaras en su habitación, Mamáyev no había dejado caer nada, era demasiado precavido.

Y por eso él estaba charlando con la rubia.

Ella tenía puesto un vestido azul estilo griego que resaltaba su blancura, el cabello recogido en lo alto con rizos colgando, era muy hermosa.

Dorian se preguntaba dónde tendría guardado el micrófono, no parecía usar sostén.

Sabía que ella aun no había conseguido nada, de lo contrario no estaría aun ahí. Siendo ella humana tal vez no supiera que Mamáyev era un Alfa, y por eso iba tan despreocupada, o tal vez si lo sabía.

En el expediente de Mámayev ponía su gusto de juguetear con mujeres humanas, sólo salía con Omegas femeninos y mujeres humanas. No salía con Omegas masculinos ni con nada masculino. Tal vez la rubia también sabía eso, o sólo era coincidencia.

Como fuera, no importaba.

Dorian tomó un trago de su whiskey y vio caminar a Mamáyev y sus dos gorilas hacía la barra donde estaban.

-Veo que hiciste un amigo, querida,- Dijo Mamáyev al llegar al lado de Sophi.

Ella sonrió y besó su mejilla, desdeñando lo dicho anteriormente contestó, -Así es, su nombre es... Cómo dijiste que te llamabas?,- Le preguntó como restándole importancia.

-No lo dije,- Contestó Dorian aparentando desinterés.

La rubia no supo como reaccionar, Mamáyev guardó silencio. Finalmente la rubia sólo se rió, -Es verdad, -Concedió. -Entonces, cómo te llamas?-Lo dijo con gesto de coquetería y condescendencia, como diciendo "Todos soy amables conmigo y me dan lo que quiero por ser bella, y lo sé".

Dorian fingió estar desinteresado en la situación. Era un hombre calvo, con un traje caro, sentado en la barra de un bar, Cuál era el maldito problema? Quería ver cómo trataría Mamáyev a un hombre que no sabía leer entre lineas, o sólo no quería apartarse de él con miedo, como si no le interesara su presencia amenazante.

Lo más útil sería que él empezara a notarlo y esa era su manera.

Esperaba que Mamáyev fuera el tipo de persona poderosa que no soporta ser ignorada.