Un nuevo mundo (parte 4)

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Dorian sorprendido por su dulce voz la miró fijamente creyendo que tal vez se lo había imaginado, pero ella volvió a hablar.

-Debes descansar, puedo sentir a la muerte cerca de ti, tu cuerpo tiene un límite y ya lo has cruzado más de una vez...-

Dorian se quedó pensando y sólo pudo contestar en un casi susurro -¿Quien es?-

Ella ignoró su pregunta y sólo contestó -Descansa... Te estás envenenado-

Dorian recordó su sueño, ella había dicho algo parecido -¿Qué quiere decir? Soñé con esto, como ahora... No entiendo ¿Por que lo dice? Por favor...- Dorian tuvo que sostenerse la cabeza por el dolor súbito que le atravesó el cráneo de la nada, aturdido la miró y la escuchó decir.

-Sigue a las sirenas, o aléjate de ellas... Depende de lo que quieras hacer-

La mujer hermosa se acercó a él y el dolor se intensificó en su cabeza con cada paso que ella daba.

Dorian temió por su seguridad pero no pudo hacer nada más que perder la conciencia.

Cuando la presión se fue de su cabeza dejándolo atontado pudo incorporarse un poco, sintió que todo lo anterior había sido un sueño, pero lo descartó ya que aún estaba dentro de la jaula de esa mujer... ¿Donde habría ido? Miró a su alrededor pero ella ya no estaba.

-Sigue a las sirenas o aléjate de ellas...- Repitió mientras salía del lugar.

Inconcientemente se dirigió al tanque de las sirenas, cada paso que daba le costaba mucha energía, su cuerpo estaba maltratado y su mente estaba muy confusa.

Las sirenas de ese tanque...
No le gustaban las sirenas, pero sabiendo que ver en el mundo tan sólo una era tan raro ¿Donde más podría encontrar a tantas juntas si no en ese lugar y en ese momento? Debería aprovechar todo y saber...

Una gran explosión sacudió todo, Dorian se tambaleó por un momento pero continuó su camino.

Los oídos le zumbaban.

Las pocas luces de su alrededor parpadearon y más cosas se sacudieron a su alrededor, trozos pequeños de pared y techo se desprendían y el polvo comenzó a flotar en el aire.

Dorian sabía que el lugar estaba colapsando, como su cuerpo lento.

El lugar se sacudió de tal manera que trozos a un más grandes del edificio se caían pero Dorian aún no detuvo su paso lento al tanque, lo tenía a la vista, estaba tan cerca de él...

No supo si fue él o el lugar que tembló y no pudiendo mantener el equilibrio cayó, mirando al tanque pensó que ya no podía levantarse más, quedaría finalmente enterrado en una tumba de cemento, sin lápida, como un perro muriendo sólo en la carretera.

Ni siquiera podía ver una sirena desde su posición y tampoco podía saber nada de lo que no sabía, no tenía sentido mirar más el tanque...

Se dio la vuelta para acostado mirar el techo, oscuro pero sin estrellas, quiso rodar los ojos, que final tan miserable, pensó amargado.

Miró hacia el otro lado en su aborrecimiento por su tumba y vio la figura de un hombre acercándose, casi suelta una maldición, no podría tener una muerte pacífica.

Ya no importaba, se resignó por fin, sentía que se iba su conciencia, creyó que lo mejor era que la muerte llegara como quisiera.

Su mirada se desenfocaba en lo que veía los zapatos del hombre acercarse cada vez mas.

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Sancionenlos a todos... Si, gracias, adiós- Escuchó Dorian.

(BL) CARAMELO DE LIMÓN.Kde žijí příběhy. Začni objevovat