Los gemelos terminaron de desayunar y corrieron a la habitación de sus padres que seguían abrazados y profundamente dormidos, cada uno se hizo a los extremos de la cama.

Cecilia Benita del lado de su papá y José Federico del lado de su mamá, uno por uno le dio un beso, pero no despertaban.

Cecilia Benita: y si les hacemos cosquillas?

José Federico: si!!

Cecilia Benita: cuando cuente hasta 3, listo?

José Federico: si.

Cecilia Benita: 1....2....

José Federico: y 3

Los pequeños iniciaron una guerra de cosquillas que despertó a sus padres inmediatamente.

José Miguel: mis loquitos.

Valentina: que traviesos, como se atreven a despertarnos??

Valentina y José Miguel se unieron a las cosquillas, las carcajadas de sus hijos invadieron todo el lugar.

Flor se acercó a la habitación.

Flor: permiso, buenos días, quería saber si puedo hacer sus camas? Las de los niños ya están, y Maria Helena ya tiene su desayuno listo.

José Miguel: qué hora es?

Flor: van a dar las 8.

Valentina: qué? Dios mío! A las 9 debemos estar en la Isla, ustedes ya desayunaron?

Los niños asintieron.

Valentina: entonces vayan a bañarse.

Los gemelos corrieron a obedecer las órdenes de su mamá.

José Miguel: le diré mientras a Francisco que saldremos un poco retrasados.

Flor: no van a desayunar?

Valentina: estamos colgados de tiempo, dile a Maria Helena que sólo tomaré jugo de naranja.

José Miguel: igual yo.

Flor: está bien, permiso.

A las 9:10 Valentina y José Miguel se acercaban a la Isla en compañía de sus hijos.

Francisco: este es el lugar señora Valentina.

La familia yacía sobre el Velero a escasos metros de la Isla.

Valentina abrazaba la urna que llevaba las cenizas de Fernando, sus hijos traían flores en sus manitas.

José Miguel: quieres decir algunas palabras Bonita?

Valentina asintió algo nostálgica.

José Miguel y Francisco se persinaron.

Valentina: en donde estés sé que disfrutas del reencuentro con tus padres, ya no te sentirás sólo, aquí tu recuerdo permanecerá por siempre; fuiste un gran hombre, vuelta alto querido amigo.

Valentina: niños retrocedan un poco.

Valentina abrió la urna y poco a poco empezó a esparcir las cenizas alrededor del mar que los rodeaba, no pudo evitar que sus ojos derramaran unas cuantas lágrimas.

Los niños la siguieron con las flores.

Cecilia Benita: ya que estás con Diosito, por favor saluda a Benita y a mi abuelita Cecilia.

José Federico: y al abuelito Federico.

Cecilia Benita: si! diles que los queremos mucho.

José Miguel sonrió y abrazó a sus hijos tiernamente.

José Federico: y donde vamos a llevarle flores mamita?

Valentina: sus cenizas estarán aquí por siempre, además estas flores que acaban de lanzarse con sus cenizas lo acompañaran a donde sea; mis amores,cada vez que estén cerca del mar podrán recordarlo con mucho cariño.

José Miguel: su mamá tiene razón, las personas buenas jamás morirán mientras su recuerdo permanezcan en sus corazones.

Valentina se acercó a José Miguel muy conmovida a lo que este no pudo evitar abrazarla.

Francisco:  nos regresamos señora?

Valentina: si por favor.

La familia llegó a la orilla.

José Miguel: vamos a comer algo.

Valentina: la verdad tengo mucha hambre.

Francisco: cerca de aquí hay un excelente restaurante típico de la región, les va a encantar.

Valentina: me parece perfecto, entonces vamos.

Francisco: voy por la camioneta.

José Miguel tomó su teléfono y al percatarse de que estaba apagado, decidió encenderlo; al ver que había un mensaje de voz,  decidió escucharlo.

SOY TU DUEÑA 2Where stories live. Discover now