Uno.

1.2K 170 17
                                    

Suspiró tras ver a la última persona salir del establecimiento, mirando una vez más el reloj para bufar al notar que su turno acabaría dentro de poco tiempo y su compañero no daba indicios de aparecerse por el establecimiento, siendo lamentable, pues quizá tendría que cubrirlo por un par de horas más, lo cual significaría más paga, pero también mayor tiempo aguantando a personas irritantes y estando completamente expuesto a tener que sufrir por un asalto o algo parecido.

Dejo caer sus hombros, completamente cansado y con ganas de dejar todo a un lado, y justo en ese momento un joven abrió la puerta del lugar, entrando con una brillante sonrisa que probablemente hizo suspirar a quien estaba detrás de la caja. Se trataba de un sujeto bastante apuesto, sonrisa hipnotizante, nariz perfilada y ojos brillantes, que casi podría jurar que la palabra para describirlo era "sol", pues éste parecía irradiar con tan sólo su presencia, haciendo sentir un poco más animado a el de apellidos Jeon.

–buenos días uh... sólo cobreme esto, por favor...

La agradable voz del chico le saco de su ensoñación, pasando a ver el producto que había sobre la caja, siendole inevitable el no fruncir su entrecejo al notar que se trataba de un producto completamente insignificante.

buenos días, ¿sólo llevará un chicle?

Preguntó ligeramente confundido, esperando que el contrario no de ofendiera por la pregunta mientras pasaba el pequeño código del producto por el identificador, tecleando sobre la pantalla.

–Si, por favor.

Contrario a lo que el castaño pensaba, el peli negro frente a él le regaló una sonrisa, provocando que el primer mencionado se sintiera a derretir ante aquel simple gesto.

–¿Gusta hacer una recarga?

No, gracias.

–Bien, son dos pesos, por favor.

El castaño tomo el ticket que recién terminaba de imprimirse, mirando de reojo a el cliente peculiar, notando que su sonrisa esta vez se parecía más a aquella expresión que los niños pequeños usan cuando están por hacer una travesura.

–Genial uh...¿tiene cambio de un billete de 500?

Y en ese momento supo que el contrario parecía ser demasiado bueno como para ser verdad, mirandole con resignación mientras abría la caja y sacaba todo el cambio que necesitaba, rodando los ojos ante la sonrisa coqueta que el cliente fastidioso no borró durante todo el rato, ni siquiera cuando le devolvió el cambio.

Y es que, ¿a quien demonios se le ocurre comprar un chicle y pagar con un billete grande?

La poca paciencia que aquel día, el de apellidos Jeon llevaba no ayudaba en nada en la situación, sin embargo, quizá ni siquiera volvería pronto aquel chico raro y quizá sólo fue por esa ocasión, ¿no?

@ OXXO | HopeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora