37《EL SUFRIMIENTO》

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-ay por favor ten algo de tacto Tom! ¡Eres mi padre!- digo enfadada.

Mi padre, quien ya se estaba alejando, se volteó y volvió hacia mi.

-no vuelvas a mencionar ese asqueroso nombre muggle- dice mirandome fijamente con sus ojos rojos para tener la última palabra e irse. Lo que me intimidó un poco.

...

Estaba durmiendo plenamente después de este aburrido día, pero ruidos interrumpieron mi sueño y desperté de golpe, miré la hora y eran las 12:34 AM, salí de mi habitación y bajé rapidamente las escaleras, haciendo que los ruidos se tornaran mas intensos, eran gritos, gritos de dolor.

Llegué a la sala principal en la planta baja y en una esquina estaban Narcissa y Lucius observando la situación, no alcancé a ver sus caras porque me preocupé más por lo que veía.

-¡Alto, déjalo!- dije en cuanto vi a Draco torturar a Antonin Dolohov y Thorfinn Rowle bajo las órdenes de Voldemort.

Quienes al parecer fallaron cuando los mandaron a buscar a Potter y compañía.

Es obvio que mi padre no se lleva bien con los Malfoy, estoy segura de que quería verlos sufrir y aprovechó la situación en la que Dolohov y Rowle fallaron en la importante misión.

-¡silencio!- dice Bellatrix en una esquina, quién sonreía triunfante.

Draco conjuraba Cruciatus a los castigados, su mano temblaba cada vez más y su mirada era de espanto, al ver dos hombres sufriendo de tal manera, por él.

Ahora pude divisar los rostros de los Malfoy y Narcissa tenía lágrimas en sus ojos, Lucius lo miraba sin expresión pero dudo que haya estado de acuerdo con eso.

-¡expelliarmus!- dije lanzando la varita de Draco por los aires, haciendo que este me mire asustado como si hubiera visto un fantasma. (Aunque eso sea normal acá)

-¡incarcerous!- grita Bellatrix amarrandome y logrando que caiga sobre mis rodillas.

-¡que esperas busca tu varita y continúa!- dice Voldemort apresurando a Draco mientras las víctimas aún se retorcían en el piso. Éste no dudó y se apresuró a recoger su varita casi resbalandose de los nervios.

-¡déjalo maldito monstruo!- grito con todas mis fuerzas pero nadie se detiene.

La única luz que nos iluminaba era la de la varita mágica de Draco conjurando Cruciatus.

-Lucius, llevatela, no le hagas daño, solo llévala fuera del salón- dice mi padre con voz calmada.

Lucius asiente y deshace el hechizo que Bella me había lanzado. En cuanto me liberé corrí hacia Draco evitando que Lucius me agarre. Me coloqué frente a Dolohov y Thorfinn cubriéndolos.

-¡alto!- digo con mis brazos abiertos parada entre los hombres y Malfoy.

Draco, quien no apartaba su mirada del objetivo, estaba a punto de lanzar otro Crucio hasta que me puse frente a él. Su varita me apuntaba pero detuvo sus palabras en cuanto me vio.

Lucius fue a por mi rapidamente, permitiendome estar frente a Draco solo unos segundos.

-¡llevatela ahora!- grito mi padre.

Lucius Malfoy me agarró entre sus brazos fuertemente inmovilizandome, me llevó hasta la puerta casi arrastrandome ya que mis pies se deslizaban por el piso intentando frenar.

-¡es tu hijo, bastardo!- grito en sus brazos golpeando su espalda con mis puños.

-¡como lo permites imbecil!- continúo sin dejar de golpearlo. Pero este no responde nada y me lleva hasta el pasillo.

Me suelta ahí y conjura ¡confundus!

Siento como el hechizo me pega de lleno y un agudo zumbido en mi oido comienza a molestarme. Lo ultimo que recuerdo fue que caí y ahora, no se cuantos minutos despues me encuentro en el suelo del pasillo, con un ligero dolor de cabeza. Veo hacia adelante y la gran puerta estaba cerrada, no intente abrirla, solo me acerqué. Se escuchaban los gritos, pero estos estaban cesando. Supongo que estaban muriendo.

Sería en vano intentar abrir la puerta, seguro la habían encantado, asi que me alejé aún mareada y me dirigí a mi cuarto. Para nada satisfecha con lo que había pasado.

Dormir luego de eso se me hizo imposible. Aunque los gritos habían terminado, aún había alguien sufriendo, y ese era Draco. Como media hora después escuché a lo lejos la puerta de la habitación de Malfoy cerrarse. No me siento nada tranquila ahora, tampoco tenía idea de si debía dejarlo pasar o hablar con él.

Al diablo no dejaré esto asi. Me levanté de mi cama de un salto y toqué la puerta de Malfoy, la cual no estaba cerrada del todo. No recibí ninguna respuesta.

Abrí la misma delicadamente y me encontré con Draco sentado al borde de la cama dandome la espalda. No dijo nada en cuanto entré, ni volteó a ver.

-¿Draco?- pregunto despacio. Ninguna respuesta.

Camino lentamente hacia él, quien estaba cabizbajo. Me arrodillo para verle mejor y sin decir nada, lo abrazo. Mi amigo permaneció quieto, pero tampoco esperaba que respondiera.

Me levanté para irme y eso hice. Cerré la puerta al salir y caminé triste a mi cuarto. Ahora si pude dormir a pesar de que tardé unos minutos.

《Maia Riddle》 Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora