CAPITULO 193 LA EXPERIENCIA CONTEMPORÁNEA DEL DRAGÓN OSCURO

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Dicho de una forma más simple, los dragones eran un símbolo de autoridad como poder, sinónimo de dominio, muchos hombres intentan derrotar a uno por el prestigio, la recompensa de su carne y escamas como poderosos ingredientes mágicos, pero pocos consiguen siquiera derrotar a un dragón de edad adulta. Con todo el pasar de los siglos, en Avalía los dragones seguían invicto en su reputación de poderío sobre cada raza existente, humana o semihumana.


Al menos, esa es la mentalidad que casi todos se tendría sobre los dragones, Myldark, atestiguando el poder de tales maquinaciones de metal, que servían como montura para aquellas razas que bajo su perspectiva eran "seres inferiores", llego a una conclusión.


—Si hubiera una guerra entre dragones y estos humanos, ya no seria una batalla unilateral, sería una guerra encarnizada con ambos bandos parejos en fuerzas... no... al principio ese sería el pensamiento trivial de cada dragón joven o adulto, entonces lo más perspicaces de mi raza se darían cuenta al final, que dicha guerra conduciría a la...


Sus pensamientos son interrumpidos por el sonar de numerosos cañones de artillería, el rugir de aviones cazas sobrevolando el cielo y el disparar de ametralladoras pesadas, tales inventos bélicos, por mucho, superaban en todos los aspectos a las tradicionales armas utilizadas en Avalía. Da igual cuanto esfuerzo y sudor esmere un caballero con su espada, o un arquero, un lancero, un maestro ingeniero especializado en maquinarias de asedios como catapultas y arietes, el resultado era evidente. ¿Y qué hay de un escuadrón de soldados montados en grifos o wyvern domésticos?, da igual, nada se compararía siquiera a un arma de fuego ordinaria como una ametralladora o rifle, poner entonces a blindados o vehículos aéreos en la balanza para comparar fuerzas, ya era una discusión inútil, el ganador era obvio.


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La noción del tiempo se hizo desconocido para el dragón, ¿cuánto ha pasado ya?, ¿días?, ¿semanas?, ¿meses?, no lo sabía con certeza, pero poco le importaba llegado a este punto. Como un espectro errante, viajaba tal cual como nómada, observando a esta inusual civilización, en todo este tiempo transcurrido en dicho plano, llego a darse cuenta de algo.


—No hay semihumanos, tan solo humanos...


Los nombres de los tres continentes que él conocía, Gresswold, Sharya y Orianta, no existían, reinos como Luthe, Nagret (Nación Enana), Elvaria (Nación elfo) o Zaragos, que eran localizaciones de Gresswold muy reconocidas, tampoco figuraban ni por asomo. En su lugar llego a oír nombres de continentes como "América", "Europa", "Asia" o "África", como también oír el nombre de países tales como Rusia, China, Estados Unidos o Japón. El dragón con sus siglos de vida, nunca había oído de ellos jamás, hasta ahora.


El numero de naciones sin duda en tales continentes eran enorme, quizás más que en Avalía, pero los que destacaban en termino como países "fuertes" eran al menos tres naciones, Estados Unidos, Rusia y China. Aunque no tardo en oír varias veces sobre un tal "corea de norte", pero comparado a la tal "Unión Europea", el tal "corea" le resultaba insignificante a su lado.


Latinoamérica o África estaban fuera de su foco de interés, aunque al principio le llamo poderosamente atención conocer sobre dichos lugares, pudo concluir que la diferencia de niveles sociales con los tales "Estados Unidos" o "Europa" o "Asia", era bastante. De hecho, aquellos países que destacaban por una superioridad militar y económica, parecían tener bastante influencia sobre aquellos menos prospero, comparo a este punto, como aquellos reinos fuertes de Avalía, que, al derrotar a una nación pequeña, la hacían su estado vasallo o al final, terminaban por anexarlo a sus tierras permanentemente.

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