CAPITULO 187 OPERACIÓN TORMENTA DE ARENA NOCTURNA "CONFRONTACIÓN ARENOSA"

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PERSPECTIVA: Tercera Persona


Cuerpos de Kamodos se apilaban por el terreno arenoso del piso subterráneo, el enigmático aliado, un hombre de alta estatura y conocimientos en torno a las armas de fuego, había asistido a la Lupian en su lucha contra los semihumanos que le asediaban en tal territorio desfavorable. El misterioso joven manipulaba la Beretta 92 9mm con evidente experiencia de un profesional, mientras Riha se valía de la Desert Eagle.


La lucha concluyo con la muerte de los últimos Kamodos, la loba humanoide de los 6 cargadores del Desert Eagle, consumió un total de 5 y medio (tres balas restantes), quedándole uno de reserva. Mientras que al joven mago con la 9mm, solo le restaban los últimos tres de dicha arma, lo más asombro es que aquel muchacho logro conseguir un número de bajas casi semejante a la Lupian, pese a que la potencia de fuego de dicha arma era menor a la suya y costaba aún más eliminar a los semihumanos reptilitos con la Beretta 92.


—"Su puntería y manejo de la pistola es impresionante, su concentración a la hora de apretar el gatillo está a otro nivel comparado al mío, hasta el punto que incluso los blancos en movimientos sucumbieron a sus balas, casi todos sus disparos acertaron en puntos débiles de la gruesa piel de los kamodos en torno al cuello... ¿quién es este individuo?" –Evaluó la Lupian seriamente con una gran incógnita.


Pronto su cuerpo sucumbe a una debilidad física y cae de rodillas, sus extremidades inferiores temblaban e ignoraban sus órdenes de moverse a la voluntad de la loba. No tardo en averiguar las razones de ellos, la energía mágica obtenida por el segundo cristal de mana que consumió estaba por agotarse, pero no era solo eso.


—Mis piernas...


— ¿Qué sucede? –Le pregunto el pelinegro.


Los temblores en sus extremidades inferiores conllevaron a ser entumecimientos, los temblorosos movimientos involuntarios de estos le impedían hacer uso de ellas de manera efectiva, la Lupian fue privada temporalmente de su capacidad de caminar con normalidad. Aquello fue una consecuencia negativa producido por el consumo de dos cristales mágicas de mana de manera seguida. Siendo la primera vez que utilizaba dichos objetos, su cuerpo no estaba acostumbrado a ello, experimentando la famosa "sobredosificación mágica".


—Tengo que encontrar a Roz...


— ¿Roz?, ¿es el nombre del chico que llevaba en las manos el rifle de asalto? –Le pregunto el enigmático joven pero experto en la pistola.


—Si... tengo que llegar a él... está en peligro, tengo que ayudarle.


—Entiendo tu punto, ¿pero sabes donde se encuentra siquiera?.


—Tengo el aroma de su arma... puedo rastrearle, pero tenemos que salir de aquí primero.


— ¿Puedes rastrearle a través del olor de su arma de fuego?, que habilidad tan útil –le elogio el muchacho.


Incapaz de ponerse de pie por su cuenta, aquel muchacho le ofrece subirse a su espalda, Riha a pesar de no confiar en absoluto en tal persona, acepta con tal de poder llegar hacia su compañero de aventura. El enigmático joven le cargo en su espalda sin tener la más mínima complicación, desde su prepositiva, la Lupian era un peso extremadamente ligero o quizás poseía más fuerza de lo que su delgado cuerpo de solo brazos algo fornidos describían a la vista.

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