MAFIA KING #1 © Jeon Jungkook.

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Me solté de su agarre, mirándolo sin expresión alguna, suspiró profundamente.

—Te explicaré las reglas que debes respetar dentro de esta cas-

—¿Que te hace creer que las cumpliré? —Dije retandolo con mis palabras. Soltó una risa sarcástica, levantándo mi mentón con una de sus manos.

—Primera regla, cuidar tu vocabulario al referirte hacia mí —Remarcó la palabra "cuidar", me mantuve callada hasta que me soltó.

—Segunda regla, me obedeceras en absolutamente todo, sin quejas ¿Entendido? —Me dió una mirada esperando una acción, asentí.

—Tercera regla, no saldrás de tu habitación sin que yo lo órdene, ¿Comprendes? -Asentí nuevamente.

—Cuarta regla, nada de andar intentando escapar, porque si me llego a enterar que lo has hecho, te arrepentirás de hasta haberlo pensando —Murmuró lo último a unos centímetros de mis labios, su cercanía me había puesto nerviosa.

—¡Taehyung! —Gritó haciéndome dar un pequeño salto en mi lugar debido al susto. Rápidamente entró ese chico que había visto antes de ser traída aquí.

—Llévala a su habitación, Kim está en camino y quiero que ella me acompañe en la reunión -Asintió. Tomó mi brazo, llevándome hacía donde anteriormente había despertado.

Al estar de vuelta, me llevó hacía un tipo de armario en el cual habían muchos artículos de vestimenta.

—Este es tu armario, aquí tienes todo lo que precises y si en caso de que no y necesites algo más, puedes comunicármelo y se lo haré saber al señor —No respondí.

—¿Por qué me ha elegido a mí? ¿Por qué con el gran título que se carga no se busca otra persona?

—Usted ha sido quién llamó su atención, necesitaba tenerla a su lado, tenerla solamente para él ... Debería verlo de buena forma, no le faltara nada y estará bajo sus cuidados, vivirá como si de una reina de tratase, solo piénselo —Hizo una reverencia, acercándose a la puerta.

—Dijiste que llamé su atención, pero yo a él jamás lo he visto, ni siquiera sabía quién era y-

—Señorita, usted jamás lo llegó a ver, pero debió haber prestado atención a sus instintos, no diré mas —Antes de salir, se volteó para verme. —Tiene que vestirse elegante para hoy, habrá una reunión importante para el señor y usted será su acompañante —Dijo finalmente, se retiró, dejándome escuchar como colocaba seguro a la cerradura.

Tenía que procesarlo, comencé a caminar de un lado a otro en la habitación, me habían secuestrado ... No sé nada acerca de mi paradero, estoy rodeada de guardias, un maníaco que quiere que lo complazca y para colmo, ni una maldita idea se me cruza por la mente ahora mismo.

Intente más de una vez abrir la puerta forzándola, ningun intento funcionó. No sabía cuánto tiempo duré hasta que escuché un ruido. La puerta se abrió de golpe dejándome ver a aquél hombre intimidante.

—¿Acaso Taehyung no te dijo que debías arreglarte? —Me observó de pies a cabeza con una expresión de enojo.

—Mh ¿Si? —Respondí con un hilo de voz.

—Ella tiene algo para ti, ni se te ocurra moverte de ahí —No me dejó responder y salió inmediatamente.

A la par que él salió, una chica que llevaba uniforme de servicio, vino hasta mí, llevándome hacía el baño. Tenía en sus manos un vestido rojo oscuro demasiado corto para mi gusto y unos tacones color negro, que sin duda me sería difícil caminar con ellos.

Me apresuró al vestirme hasta que terminé, sus manos se movieron tan rápidos al dejar el maquillaje sobre mi rostro que ni siquiera podía reaccionar.

—Vamos —Le escuché decir al chico al verme, tomó de mi brazo y comenzó a caminar. No podía seguir su ritmo, mis pies dolían ligeramente, así que iba detrás de él, sin saber a dónde realmente.

—¿Taehyung habló contigo respecto a lo de hoy? —Asentí, obviamente mintiendo.

—¿Que fue lo que te dijo? —Preguntó mirándome.

—En realidad, no logro entender aú-

Escuché su risa, detuve mi habla al instante. Desvíe mi mirada por la vergüenza, pensando en lo que había dicho para que reaccionara así. Se detuvo por fin, mis pies dolían, no estaba exagerando.

—Me confunde todo esto —Confesé sin mirarlo. Me soltó para rodear mi cintura con su brazo, presionando mi abdomen con su mano, entramos a una especie de sala de juntas.

—Estuve considerando que podríamos divertirnos después de la reunión -Su mano se posó en mi espalda, casi llegando a mi parte baja.

Tragué duramente, fingiendo que sus palabras no habían sido escuchadas perfectamente por mi persona y que definitivamente no me habían inquietado.

—Buenas noches, señor Jeon -Dirigí mi mirada hacía el dueño de aquella voz.