CAPITULO 192 LA ANÉCDOTA DEL DRAGON OSCURO

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Las lamias por lo general, realizan el tradicional saludo del apretón de mano con sus colas, cuando lo hacen con un humano en lugar de usar su mano, es la forma autentica en que ellas le reconocen como un amigo. Al parecer dicha raza está conformada únicamente por mujeres, no existen lamias masculinas, y prefiero de momento reservarme la data de como perpetúan a los suyos.


—¿Podría saber tu nombre? -Pregunto la lamia.


—Rozuel Drayt.


—Rozuel Drayt -Replico ella mi nombre con regocijo —Nunca te olvidare de mi parte, yo "Isxaiha Silhith", lo juro con mi vida.


Dado a que Isxaiha era un nombre algo difícil de pronunciar o recordar, estaba de acuerdo con pronunciarla como Isxa para abreviar.


—Jejejeje... -Isxa se hecha a reír.


—¿Qué es tan gracioso?.


—Él también me llamo Isxa para abreviar.


Tal parece que le recordé a su buen amigo humano de antaño, aquel que estuvo antes de mi en cuanto a buenas relaciones ajenas a su gente. La comida, ropa y algo de armas se les fue suministrado en las dos carretas proporcionado a las lamias, aunque lo último no estaba acordado, tal parece que Adil insistió en ofrecerles algunas lanzas y arcos, aquellas armas con la que más estaban adiestradas.


—Adiós mi amigo Rozuel Drayt, que las bendiciones protectoras de las dunas te acompañen -Se despidió Isxa con el suave apretón de su cola en mi mano derecha.


Le desee también un viaje seguro (sin implementar una frase que tiraba tintes espirituales o cercano), observe como las carretas de las lamias fueron las primeras en partir, la única puerta de la fortaleza ya estaba abierta, esperando por el resto.


—¡Todas las carretas están listas!, ¡en marcha! -Alzo Adil la voz.


Adil viajaría en una carreta con Assim, el mago sin brazos, en conjunto con Arpue Asa Hablu, mientras que yo estaría en otra con Riha y Crok, la razón es simple, cada quien prefería viajar en comodidad con los suyos (además de una charla privada). Por si fuera poco, ya era hora de ponerme a hablar de unos asuntos urgentes con cierto individuo atado a mi cuello.


Claro está que no íbamos solos en dicha carreta, además de quien la conducía, nos acompañaban algunos prisioneros liberados miembros de los rebeldes, no se mostraron reacio a tal sentimiento de estar a nuestro lado, de hecho, insistieron. Dicha conducta se mostraría algo sospechoso, ¿quizás quieren vigilarme para mantener informado a su líder?, pero sus ojos denotaban más admiración que intenciones de vigilar, de hecho, solo enfocaban sus miradas a mí.


—"¿Por qué todos los locales me están observando a mí?" -Me pregunte en mis pensamientos con inquietud.


Literalmente, Riha y Crok eran invisible a sus lados, solo tenían ojos para mí, se sentía incómodo.


—¿Realmente tu... acabaste con el Muhaqdad, Yusuf Ahja Zad'tyk? -Uno de ellos pregunto.

Metalord RevolutionWhere stories live. Discover now