¿Se han preguntado "Qué pasaría si hubiese otro mundo un tanto distinto al que conoces"?
O ¿qué haría si por fin encontrase a mi media naranja y mi amor es correspondido, pero me entero que hago sufrír a alguién?
Pues bueno, mi nombre es Tetsuya Flo...
No estabá pasando nada interesante en la plaza, así que inicialmente planee ír a la casa sin Taiga, aunque estuve muy nervioso, pues por una parte, quería saber que relación había entre ese señor conejo y mi padre. Pero por otro lado, tenía miedo, ya que podría estar haciando un allananiento a su casa, por no mencionar que podrían descubrirme y terminar tontamente con que solo es coincidencia de que se parecieran tanto.
Todos esos pensamientos hicieron que tuviera miedo provocando que caminara lo más lento posible, pero al llegar a un callejón, escuche algo que me cambiaría la vida.
-Muy bien, no te hagas el tonto y dame el dinero. -Parecía un ladrón.
Me acerqué un poco para ver desde lejos y efectivamente estabá en lo correcto, era un lobo negro el cual llevabá unos pantaloncillos cafes y una camiseta verde.
-Vamos, que no tengo todo el día. -Estabá amenazando más.
La fursona a la que intentaba asaltar me era imposible reconocerla, pues estabá al fondo y lo único que le reconocí fue que llevabá algo que le cubría la cara.
Rapidamente tome mi telefono celular, pero no fue para llamar a la policía, sino, para usar una app de sonidos, entre ellos, una sirena de policía, la cual y surgío efecto.
-Mierda, la policía, NO ME ATRAPARAN. -Salío corriendo tan rapido que seguramente no me vío.
La razón del porque tenía esa aplicación y sigo teniendo, es porque en una tarea de biología me pidieron saber los sonidos de algunos animales, como me gustan estos, decidí quedarmela para siempre, después todo, era una de las pocas aplicaciones que ese celular que sigo teniendo ahora podía tener.
Regresando a lo importante, fuí a ver si la fursona estabá bien, y pude ver que tenía una capucha que le escondía solo el rostro, ya que pude ver que tenía una camiseta gris, unos pantalones negros, y llevabá unas sandalias, note que era de un pelaje amarrillo y blanco que me recordaba a alguién en un inicío, pero no estabá seguro.
-¿Se encuentra bien? -Le pregunte muy preocupado.
Enseguida, se saco la capucha y pude verlo, era Jovan-sama.
-¿Se encuentra bien señor?, ¿le hicieron daño? -Aún no me había respondido.
-No te preocupes, no lo estoy, y todo gracias a ti. -Me dijo eso mientras mostraba una gran y hermosa sonrisa.
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Era tan guapo.
-Me alegro mucho por usted. -Le devolví la sonrisa, aunque era inutíl con lo tapada que estabá mi cara por la bufanda.
-Gracias por haberte tomado la molestía de salvar a un anciano como yo.
-No podía dejarlo así, usted pudo haber muerto. -Ya más tarde me dí cuenta que en realidad, no ibá a morír.
