Una venganza a mi asesino.

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Abrí mis ojos y vi delante de mi aquel hombre de mirada profunda y misteriosa, con el rostro fruncido y aparentando tranquilidad. Al parecer nadie alrededor podía darse cuanta que ese hombre era mi secuestrador y asesino, y que en ese maletín llevaba nada más y nada menos que parte de mi cuerpo.

Todo comenzó cuando regresaba de mi clase de ballet, a eso de las diez de la noche caminaba por el angosto pasaje que me llevaba a casa cuando vi a lo lejos acercarse un automóvil, comencé a caminar por una orilla para dar paso al vehículo. De este bajo un hombre alto y robusto y sin decir palabra me tomo de manera brusca y me subió al vehículo.

Cuando desperté me encontré en un lugar muy oscuro, con mis ropas rasgadas y mucho dolor en mi zona intima, todo indicaba que este infeliz abuso de mí. Me sentía sucia, asquerosa, pero con ganas de huir de aquel lugar, cogí fuerzas y logre levantarme

del suelo, camine sigilosamente hasta la puerta y comprobé que estaba cerrada, mire a mi alrededor y vi muchas fotografías mías en aquel lugar todas tomadas de manera sorpresiva, en ese momento me di cuenta de que ese sujeto estuvo detrás de mí por meses.

Se escucho a lo lejos los pasos de alguien subiendo la escalera, me tendí en el piso y cerré mis ojos para aparentar que aún no había despertado. Él entro al lugar y dejo caer algo al piso y se fue, en aquel momento no había podido ver su cara ya que todo estaba muy oscuro, luego de retirarse me senté y a tientas pude darme cuenta de que era comida lo que había tirado, repitió esto por varios días, por supuesto yo jamás probé nada.

Una mañana tuve la valentía de preguntarle quien era y porque hacia todo esto, pero no obtuve respuesta alguna. Mas tarde entendería la razón por la cual mi hermanastro hizo esto.

Adam se mudo hace mucho tiempo de casa, la razón la desconozco, pero mi madre siempre me protegió de él creo que ella veía que tenía malas intenciones aunque yo jamás lo note ya que solo era una niña, tiempo después mi madre me dijo que tuvieron qué correrlo de casa porque les confesó su atracción por mí.

Fue una noche en la que el quiso volver abusar de mi cuando reuní todas mis fuerzas y le di un golpe en su rostro y quise salir corriendo, pero de nada sirvió, mas bien lo empeoro ya que me golpeó hasta dejarme inconsciente y no supe más de mi si no hasta que desperté y vi mi cuerpo descuartizado en el piso. No entendía lo que estaba pasando, sus ropas estaban ensangrentadas y su rostro era de desesperación.

No supe que estaba muerta si no hasta que me di cuenta de que nadie más podía verme. Ese monstruo me mato solo por venganza, después de tantos años y aun no podía superar lo que había ocurrido.

Sentía pena por mi familia, que pasaría cuando mamá supiera que su única hija ya no está más, que pasara cuando papa se entere que fue su propio hijo quien mato a su princesita. Mis amigos, sentía coraje de no poder volver a compartir con ellos. Mi futuro, mi carrera, mi vida, ya nada de eso existe, no lo puedo permitir.

Mientras mi asesino planeaba como ocultar mi cuerpo yo planeaba la manera de vengarme de este desalmado. Me volví fría, con hambre de venganza.

Comencé aparecer en sus sueños, le mostraba cada noche aquella fría acción que cometió y le hacia sentir el dolor que me provoco. Despertaba cada noche mas asustado, tanto así que le daba miedo volver a dormirse. Yo le insistía en cada sueño que devolviera mi cuerpo, pero él no quería hacerlo.

Despertó una mañana con la intención de desparramar mi cuerpo por la ciudad para que las pistas fueran aun más difíciles de inculparlo. Tomo un maletín y metió dentro de el mi cabeza y mis brazos y partió rumbo a la estación de trenes. Yo lo seguí, llegamos a la estación, él aparentaba mucha tranquilidad tanto así que nadie alrededor podía darse cuenta de que este maldito era mi asesino.

Debía hacer algo, este desalmado estaba hay como si nada hubiese pasado, llevando mi cuerpo quizás a donde. Abrí mis ojos y vi delante de mí aquel hombre, lo miré fijamente y comencé hacerme ver por él.

 Adam se refregó los ojos y me miro asombrado, creo que no podía creer lo que estaba viendo. Comenzó a ponerse nervioso, asustado, yo comencé acercarme a él lentamente, el retrocedía y miraba a su alrededor como la gente lo observaba con cara de ¿Qué le ocurre a este tipo? Nadie podía verme excepto él, lo que lo puso aún más nervioso, caminaba lentamente hacia el mientras el retrocedía, hasta que mi plan de venganza funciono, y este malparido cayo a las vías del tren en donde tuvo una muerte muy parecida a la mía.

Una venganza a mi asesino.Where stories live. Discover now