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Becca

Sacudí mi cabeza cuando mi celular sonó de nuevo, me había quedado embobada pensando en cómo me había puesto anoche para quererle robar un beso a Tomás, aunque él no se veía nada disgustado, pero igualmente me sorprendió que no se dejara.

—Hola, amor— respondí mientras me arreglaba el pelo frente al espejo

—Por dios Becca ¿donde te has metido?— respondió del otro lado de la línea eufórico

—Perdón, me tocó ir a casa de una de mis tías y mi celular murió de batería—mentí

—Para la próxima avísame dónde estás ¿de acuerdo? No me gusta perderte de vista...¿te pasa algo y yo no se donde estás? Eso no va, por favor avísame— ordenó y rodé los ojos

—Si, Román perdón— sentencie— nos vemos mañana

—No, prefiero verte hoy...ahora mismo salgo para tu casa, chau— respondió rápido y cortó la llamada antes de que pudiera decir algo más

Revolee el celular en la cama y traté de arreglarme el maquillaje y el pelo, era un desastre después de una fiesta, me perfumé lo más que pude para despabilar el olor a alcohol o a cigarrillo.

Cuando creí estar lista baje a la sala y me senté en uno de los sillones para esperarlo... ahora que lo pensaba mi madre no estaba en casa y eso no me parecía extraño, seguro estaba con mi tío o alguna de sus amigas.

Escuche que tocaron la puerta y crucé los dedos para que Roman no se de cuenta de que le mentí y que salí anoche. Camine despacio hacia la puerta y la abrí despacio, estaba vestido con un jean negro, y una remera de color blanca. Me sonrió un poco y se acercó para plantarme un beso en los labios.

—¿Te arreglaste?— preguntó entrando a la casa y sentarse donde estaba recién sentada yo

—Si...no quería que me vieras en pijama— me excuse y soltó una carcajada

—Te e visto hasta dormida preciosa, no pasa nada si me recibís en pijama— acotó y sonreí un poco sentándome a su lado—¿y tú madre?

—No lo sé, no está y tampoco me dejo razón, creo que se salió

—¿Queres ir a algún lado?— preguntó mientras me acariciaba el muslo

—No, aún tengo sueño ¿y si mejor dormimos?— opine y sonrío ladino asintiendo con la cabeza

Subimos a mi habitación y se acostó en la cama primero que yo, dejé cargando mi celular un rato mas y me acosté a su lado dándole la espalda, se pego lo más que pudo a mi cuerpo y empezó a hacer caricias en mi pelo relajándome.

—¿Be?—preguntó algo duro y algo en mí se alertó, hice un sonido con la boca para que piense que ya estaba casi dormida—¿de verdad estuviste con tu tía?

—Si— respondí bajito haciéndome un bollo en la cama

—Me estás mintiendo— susurró cerca de mi oído y negué con la cabeza, me dio vuelta de manera grotesca y pude ver enojo en su cara—¿donde estuviste anoche?

—Con mi tía, Roman, ya te lo dije— respondí totalmente asustada por cómo tensaba la mandíbula

—¿¡Donde estuviste anoche!?— preguntó esta vez más duro y en voz alta

—En...

—¿¡En donde!?— me interrumpió preguntándome una vez más

—En...una fiesta Roman, en una fiesta con Ornella y su hermano— respondí rápido y la famosa vena apareció en su frente—perdóname por mentirte pero sabía que te enojarías, perdóname

no vas a poder - c.r.oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora