Capítulo 1 - Alternativa elegida

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Él baja la mirada y luce incómodo.

—Ya sabes, debo ir a Boston.

—Ya, claro —asiento—. Los Medias Rojas.

—Matt...

Levanto la mano, haciendo que guarde silencio.

—No estés incómodo con ello —le pido—. Tú te lo mereces, hermano. Y yo estoy jodidamente feliz por ti.

Estoy siendo completamente sincero sobre el asunto de estar feliz por él y todo lo de la gran firma, pero sé que él no termina de creerme desde que no soy capaz de respaldar mis palabras con algo más de entusiasmo. Pero sí estoy feliz por él. Simplemente es que me siento malditamente cansado de todo lo que ocurre con mis padres. Estando bajo el efecto del alcohol no consigo disimularlo muy bien que digamos.

—Vas a conseguirlo también, Matt —me dice, rascando su nariz inconscientemente—. Wilson te invitó a ir con él a Tennessee para la liga de verano. ¿Ya aceptaste?

Me encojo de hombros, rematando de un trago lo último de mi cerveza.

—Le dije que lo pensaría —respondo arrastrando las palabras, mordiendo el interior de mis mejillas y arrugando la frente mientras se diluye un poco el sabor amargo de la cerveza.

—¿Pensarlo? Suena como una jodida buena oportunidad. Ya escuchaste a la gente, todos los que han ido a Tennessee han terminado jugando como titulares en las ligas mayores.

—Lo sé, solo... —chasqueo la lengua—. No sé, Axl.

—Piénsalo y toma una buena decisión, Matthew.

—Tal vez debería decirle que sí.

—Yo sé que deberías decir sí. Y también sé que tú has tenido suficiente cerveza por hoy. Será mejor irnos mientras todavía puedes caminar. Deja tu auto aquí y recógelo mañana, te llevo hoy.

—Aw ¿preocupado por mí, marica?

—Vete a la mierda —se ríe, poniéndose de pie y sacando su billetera del bolsillo trasero de sus jeans—. Yo invito. Ahora levanta tu culo de esa silla y vámonos.

Desliza unos billetes debajo de la cerveza que no terminó de beberse, le hace una seña a la mesera pelirroja que nos ha estado atendiendo desde que llegamos y ella asiente, dándole un guiño. Él se dirige a la salida sin inmutarse por el coqueteo de la pelirroja y yo me pregunto cómo demonios lo hace. ¿Cómo puede ignorar a todas esas chicas calientes que se arrojan a él? Sacudo la cabeza, decidiendo que es algo que no comprenderé nunca desde que él piensa que todo es por la mierda del amor. Claramente es algo que no entiendo. La misma mesera me da una sonrisa sucia mientras camina hacia la mesa a recoger el dinero, si no tuviera a Axl esperándome allí porque piensa que estoy realmente ebrio, cosa que es cierta, probablemente yo me llevaría a esa pelirroja para un polvo rápido en el asiento trasero de mi auto. Pero no pasará esta noche. Me limito a darle un asentimiento de cabeza y salgo detrás de Axl antes de que él regrese por mí.

La residencia no está demasiado lejos, nos toma solo unos pocos minutos de conducir en el challenger de mi amigo para llegar hasta allí. El viento golpeando mi cara durante el trayecto me ha dejado un poco más achispado que antes. Incluso cuando Axl se estaciona a las puertas del edificio me tengo que tomar unos minutos cerrando los ojos, porque no me siento listo para bajar y caminar hasta mi dormitorio sin perder el equilibrio.

—Mi vuelo sale mañana temprano —dice de repente.

Abro los ojos y lo observo, sin moverme. Él está mirando fijamente sus nudillos, que se han puesto blancos por agarrar el volante con tanta fuerza. Parece otra vez un poco incómodo.

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